domingo, 16 de febrero de 2014

Lo mejor que encuentro en mis paseos por la red: "Modificar las reglas por los niños", por Francis Tomé

**Interesantísima reflexión de Francis Tomé actual entrenador del Clínicas Rincón de Málaga en la Adecco Oro y persona que ha estado muy vinculada al baloncesto de formación tanto en Unicaja como en Las Selecciones Andaluzas de base, por eso el artículo que publica en el diario "La Opinión de Málaga" titulado "Modificar las reglas para los niños" y la reflexión que en el mismo hace, debe ser muy tenida en cuenta por todos aquellos que rigen los destinos del baloncesto en edades tempranas, a mi personalmente me ha encantado su punto de vista al respecto**
(Francis Tomé en un tiempo muerto con su actual equipo)
MODIFICAR LAS REGLAS PARA LOS NIÑOS
Hace unos días estuve viendo un partido de cantera. En él se enfrentaron uno de los mejores equipos de España en su categoría, con un muy buen nivel técnico y físico, y otro equipo, un año menor en edad, que probablemente sea el mejor de los equipos de su generación en Málaga. El equipo más joven hizo un partido fabuloso, luchando cada balón, trabajando como equipo, siguiendo las órdenes que desde el banquillo les daba su entrenador? Pero perdieron por una diferencia de más de cien puntos puesto que el otro equipo, que también hizo un muy buen partido, era muy superior.
El partido se disputó a cuatro cuartos de 10 minutos, como los partidos de ACB, pero sin poder hacer cambios durante cada uno, por lo que los mismos jugadores que empiezan un cuarto deben acabarlo. Esto hace que los chicos vayan perdiendo frescura a medida que va avanzando el cuarto y el juego también baja en calidad al no existir la posibilidad de rotar jugadores. ¿En cuántos partidos de ACB ven ustedes a jugadores profesionales que jueguen 10 minutos seguidos?
Esto es algo que pasa con frecuencia en las canchas de baloncesto de cantera, en categorías de niños de 10, 11, 12, 13 años. Equipos que no han adquirido las capacidades técnicas de otros o que carecen de las cualidades físicas y que van a ciertos partidos sabiendo que, hagan lo que hagan, van a perder por una diferencia enorme o les van a «cerrar el acta», que es como se llama al momento en el que un equipo saca 50 puntos de diferencia al otro, quedando el marcador congelado sin anotar más puntos a favor de nadie para que la ventaja final sea esa, 50 puntos. ¿Cómo llegan esos chicos a casa después de haber hecho un partido fenomenal dentro de sus posibilidades, haber luchado al máximo, pero perdiendo por una enorme diferencia de más de 100 puntos? ¿Cómo se sentirán al ver a sus padres después de esa enorme derrota? ¿Qué dirán el lunes a sus compañeros de clase?
Es imposible evitar que se celebren estos partidos puesto que la competición así lo requiere. Pero posiblemente se pueda ayudar a diluir ese mal trago de la derrota por paliza de alguna manera. Yo propongo dos detalles que pueden hacer cambiar este hecho tan habitual.
En primer lugar, aumentaría el número de cuartos en un partido en categorías inferiores. Esto ya se hace en categorías minibasket, preminibasket y babies (de 8 a 12 años). En estas categorías se juegan 6 sextos de 8 minutos. Es más fácil que un chico de esa edad pueda jugar 8 minutos seguidos, pudiendo mantener la norma de que no existan los cambios para que los niños jueguen, que es el principal objetivo que se debe tener en estas categorías. Al ser seis sextos también aumenta el número de sextos que obligatoriamente debe jugar cada jugador como mínimo, que deben ser dos.
El gran cambio que implantaría es que cada sexto se jugara con un marcador que comenzara cero a cero, es decir, en cada sexto se busca la victoria en ese sexto. De esta manera, el objetivo sería ganar el mayor número de sextos dando igual la diferencia por la que pierdas alguno de ellos. En caso de empate a sextos ganados, ganaría el partido el equipo que mayor número de puntos haya conseguido en el partido.
Con este pequeño cambio de norma conseguimos que esos chicos que saben que van a perder el partido claramente por ser inferiores, puedan plantearse como meta ganar un sexto (imaginen la alegría que pueden tener de conseguirlo) y llegarán a casa o al colegio contando que perdieron 6-0. Ya nunca comentarán que perdieron por 100 o les cerraron el acta. Y si son capaces de ganar uno de los sextos lo contarán como un logro enorme a pesar de haber perdido el partido 5-1.
Además conseguimos que haya seis finales de partido, uno por cada sexto, aumentando la diversión en partidos entre equipos más igualados. Es cierto que con este método puede darse alguna vez la circunstancia de que pierda el partido un equipo que en el transcurso de los seis sextos anotó más puntos. Pero este hecho no debe ser muy frecuente y, sobre todo, ¿qué más da si conseguimos así que nuestros chicos eviten malos tragos por disputar un partido?
FUENTE: FRANCIS TOMÉ (LA OPINIÓN DE MÁLAGA.ES)

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo...
    Ya hace años que deberían haberse modificado estas reglas para los niños.

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  2. Totalmente de acuerdo. Comenzar cada cuarto 0-0 se hace, desde hace algunos años, en Almería en los Juegos Deportivos Provinciales organizados por la Diputación de Almería. Y no sólo en baloncesto, también en fútbol sala y en voleibol.

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