jueves, 11 de diciembre de 2014

Empoderamiento de los jugadores (Por Manuel Rodríguez Tovar)

**Tercer artículo que en la última semana nos llega de Manuel Rodríguez Tovar entrenador del equipo Infantil Femenino del CAB-Estepona y que en este caso se centra en un aspecto tan llamativo como el "empoderamiento de los jugadores", que hablando de forma básica y fundamental nos lleva al concepto de generar en nuestros jugadores la confianza necesaria para desarrolllar y llevar lo mejor de si mismos a las camchas de juego. Muchas gracias Miguel Ángel por tu colaboración con el blog  y compartir tus excelentes ideas con todos nosotros**
EL EMPODERAMIENTO DE LOS JUGADORES
(Definición de Empoderamiento: se refiere al proceso por el cual se aumenta la fortaleza espiritual, política, social o económica de los individuos y las comunidades para impulsar cambios positivos de las situaciones en que viven. Generalmente implica el desarrollo en el beneficiario de una confianza en sus propias capacidades.
Es frecuente que al principio de las temporadas o cuando uno empieza a entrenar a un equipo o jugador  nuevo,  tengamos la sensación de no saber que demonios ha estado entrenando ese niño o niña, como lo ha hecho y porqué su entrenador lo ha hecho así. 
Los niñ@s suelen pasar de una categoría a otra arrastrando unas carencias grandísimas tanto técnica como tácticamente. 
(Manuel Rodríguez Tovar, primero por la derecha con sus compañeros del CAB-Estepona)
Por desgracia esto es normal y a todos nos ha pasado. Muchas veces uno no puede entrenar todo lo que le gustaría ni como, bien por las continuas faltas de asistencia de los jugadores, porque entrenas al descubierto y se pasa la mitad de la temporada lloviendo y sin poder entrenar o simple y llanamente, por desconocimiento o mala formación del entrenador. 
Pero lo que verdaderamente me preocupa es como llegan estos niños, en el aspecto psicológico y de confianza en ellos mismos. 
A la pregunta ¿tú que hacías en los partidos?, las respuestas siempre suelen ser las mismas: el entrenador no quería que botase, yo no tiraba nunca porque el entrenador sólo quería que tirasen las buenas, mi función sólo era defender al mío y que no molestase en ataque… 
Si estuviésemos hablando de jugadores en edad senior donde el baloncesto se especializa mucho, sería algo completamente normal y que todos entenderíamos. Podríamos estar más o menos de acuerdo, pero digamos que es lo habitual y donde los jugadores no van a ir mucho más allá en su perfeccionamiento salvo en contadas excepciones. 
El problema sucede cuando esto se da en categorías de formación 
Recientemente he asistido a un clínic de J. Cuspinera actual segundo entrenador del Real Madrid y antiguo profesor mío en los cursos de entrenador que realicé en Madrid, y una de las cosas en que hacía mayor hincapié es en que no matásemos la creatividad y la progresión de los niños. Una frase que ilustra perfectamente esto es la siguiente: Nosotros como entrenadores no podemos darle talento a un niño que no lo tiene, pero sí podemos quitárselo. 
Ojo con lo que entrenamos y como lo entrenamos porque podemos estar haciendo un daño irreparable en los niños y niñas que se están iniciando en el deporte del baloncesto. 
Es muy fácil ver como los entrenadores siempre quieren que los mismos jugadores sean los que suban el balón por poner un ejemplo o a quien le dicen que tienen que tirar más o entrar a canasta. Está claro que a veces en los partidos no tenemos otro remedio que darles el balón a aquellos jugadores que tienen actualmente más habilidad para botar que a otros que todavía no la tienen. Esto sólo haría que los menos habilidosos cogieran más miedo y lo pasaran mal. Pero lo que sí podemos es en los entrenamientos, en los partidos amistosos o en partidos donde somos muy superiores al rival, darles responsabilidad a los jugadores que suelen participar menos en el juego. Para que vayan cogiendo confianza y así ir empoderándolos.
Para mí es casi una obsesión que las niñas que habitualmente se esconden en los partidos o en los entrenamientos sean capaz de hacer cosas, o de al menos intentarlo. Nuestra regla básica en el equipo es que ni una sola bronca a una niña que falla un tiro a canasta, sólo ánimos en el momento y luego pedirles máxima exigencia en defensa. Ya habrá tiempo más tarde para ver porqué ha fallado ese tiro y como mejorarlo. 
Tenemos que lograr que nuestros jugadores no jueguen al baloncesto con miedo, atenazados, coartados. Al contrario, tenemos que estar continuamente apoyando, animando e incitando a que intenten cosas, a que participen del juego, a que se sientan importantes y aprendan a confiar en ellos mismos. 
Con esto no estoy insinuando que lo que quiero es que la primera que coja el balón se vaya botando a la canasta como pollo sin cabeza, al contrario. Hay que cumplir una serie de normas y reglas para que el juego tenga sentido, pero que sea un juego en donde todas puedan participar y sean importantes. Para ello no sólo hay que valorar y premiar a la que mete la canasta, sino a la que da un buen pase, hace una buena ayuda defensiva o coge un buen rebote por poner un ejemplo. 
Hay que estar continuamente empoderando a nuestros jugadores, en mi caso este año jugadoras. 
Hay que enseñar más a leer el juego que a hacer autómatas del baloncesto. Está claro que es mucho más difícil y que nuestra clasificación en la liga se verá afectada por el momento. Es mucho más fácil darle la bola “al bueno” y apartar “al paquete” para que no moleste. Pero deberíamos estar menos pendientes de la clasificación en categorías de formación y estar más pendientes de formar para el futuro y poder crear jugadores con una fuerte autoestima, sin miedo al fallo, con una buena lectura del juego y muy muy solidarios.
Es muy difícil preveer la evolución que va a tener un jugador o jugadora con tan sólo 8 o 10 años, incluso entrenadores como Javier Imbroda en sus clinics comenta que hasta que no tienen 18 años o alguno incluso mayor, no es posible saber si un jugador va a servir para la alta competición. Así que imaginaros con un niño que empieza a jugar con 6 años y al que su entrenador no le deja subir el balón porque lo va a perder o porque es el alto del equipo y tiene que estar pegado al aro. 
Al finalizar el escrito os dejo un par de videos bajo mi punto de vista muy interesantes sobre la educación, el talento y la creatividad, y como podemos hacer que se desarrollen. 
Y recordad: No podemos darle a un jugador el talento que no posee, pero sí podemos arrebatarle el que tiene. 
Un saludo. 
Miguel Rodríguez Tovar (Entrenador superior de baloncesto)

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