Moncho Monsalve del conocimiento a la sabiduría

**HABLAR DE MONCHO MONSALVE ES HABLAR DE BALONCESTO, TENGO QUE CONFESAR QUE PARA MÍ COMO ENTRENADOR HA EXISTIDO UN ANTES Y UN DESPUÉS TRAS TENER DE PROFESOR A MONCHO EN EL XVII CURSO NACIONAL DE ENTRENADORES (1980).
SU PASIÓN, SUS CONOCIMIENTOS Y SU SABER INFLUYERON NOTABLEMENTE EN MI FORMA DE VER EL BALONCESTO, ME ABRIÓ CAMINOS Y GENERÓ EN MI IDEAS Y PLANTEAMIENTOS NUEVOS QUE INDUDABLEMENTE MARCARON MI TRAYECTORIA BALONCESTÍSTICA POSTERIOR, GRACIAS MONCHO POR TU APORTACIÓN AL BALONCESTO Y A TANTOS Y TANTOS ENTRENADORES QUE HAN BEBIDO DE TU SABIDURIA Y DE TU MAGISTERIO GENEROSO**

MONCHO MONSALVE Y LOS JUGADORES INTERIORES

Ramón Jordana presentó con brillantez a Moncho Monsalve: “El conocimiento lo dan los libros mientras la sabiduría, la experiencia”. Sabio reconocimiento a la trayectoria de uno de los maestros de nuestro baloncesto.

Reaparecía Moncho Monsalve en el Curso Superior y desde esa peculiaridad que ha hecho de su persona un personaje irrepetible cautivó al alumnado con ese discurso sentido y profundo. Porque Moncho, mientras el tema vaya relacionado con el baloncesto–de música también es un experto-, es capaz de llenar el auditorio con sus reflexiones, con sus emociones. Porque Moncho respira baloncesto y como lo respira, lo transmite. Llegó a Zaragoza convaleciente de una mala racha física pero ese rostro se fue iluminando a medida que se impregnaba del ambiente de baloncesto del hotel Tryp y el Pabellón Siglo XXI. Porque no hay mejor medicina para el gran Moncho que unas cuantas dosis de baloncesto.

Sí, ese entrenador que como siempre repito en mis escritos ha hecho del baloncesto una forma de vida, se recuperó física y moralmente justo en el momento en que se puso delante de los 168 alumnos aspirantes a Entrenador Superior y tuvo la oportunidad de compartir con ellos su pasión por este juego al cual se enganchó siendo un niño y que, peinadas ya seis décadas largas de vida, sigue instalado en sus entrañas, mejor, en su corazón. Convincentes argumentos basándose en el extraordinario trabajo de vídeo que han realizado Orenga y Bety Cebrián, con el soporte durante la ponencia de Jota Cuspinera. Y ahí, parando imágenes y analizando acciones de los grandes jugadores del momento fue dando las claves, una a una, del buen rendimiento de los jugadores altos, tanto en el juego de espaldas al aro como sin balón y en la amenaza de frente.

Y claro, como buen veterano, supo gestionar los tiempos, los espacios, el interés de todos esos alumnos que, algunos de ellos, tanto oyeron hablar de él y que nunca tuvieron la oportunidad de verle en acción. Porque Moncho es un clásico en el Curso y en el baloncesto. Moncho, como siempre, sigue profundizando sobre lo que sucedió hace años y, sobretodo, lo que sucede hoy.

FUENTE: MIGUEL PANADÉS (FEB.ES)