El salto en baloncesto: "Detente, cadencia y coger la posición"

Todos los entrenadores de baloncesto nos hemos encontrado en alguna ocasión con algún muchacho “más alto de lo normal” que no se levanta ni de puntillas, enseguida nos planteamos la necesidad de sacarle provecho a su altura. Lo primero que tenemos que estudiar es su problema físico y luego el técnico, si está en periodo de crecimiento es difícil que según su estructura salte a tope, a veces este tipo de jugadores tienden a ser vagos y cuesta hacerles trabajar con la intensidad que es necesaria.

Técnicamente la mayoría de los jugadores jóvenes no saben sacarle rendimiento al potencial de sus palancas. Si observamos con detenimiento un buen saltarín (jugadores de voleibol, saltadores de altura, etc), podemos observar que el salto se inicia en la superficie plana de la planta del pié y recibe el último impulso de las puntas de los dedos. En dicho salto todas las palancas actúan con eficacia, esto les hace mantener un nivel de salto considerable.

En un partido de baloncesto se producen numerosos saltos, con lo que más se identifica es con el rebote, pero hay otras facetas en las que se dan también (tapones, tiros en suspensión, etc). 

No todo es cuestión de “DETENTE” (salto vertical en posición de parados), hay jugadores con mucho detente que sin embargo no cogen demasiados rebotes. 

Hay otro factor en el salto que es primordial “LA CADENCIA”, tuve un  jugador que media 2:06 metros y que tenia un gran salto que sin embargo no cogía apenas rebotes (siempre encontraba jugadores con mejor cadencia que estaban arriba cuando el intentaba saltar de nuevo). Un ejemplo concreto de un jugador no muy alto y con una gran cadencia que le permite coger rebotes ante jugadores mayores que él, es Kyle Hines (CSKA de Moscú), que con 1´98m se impone a grandes pívots que sobrepasan con creces su estatura). 

Para coger mas rebotes además de tener buen detente y buena cadencia hace falta un tercer aspecto que es esencial “COGER LA POSICIÓN”, esto debajo de las aros es imprescindible, el jugador no puede ser una cabeza giratoria ante un tiro, sin observar donde está su atacante y sin cerrarle el paso hacia el rebote usando su cuerpo de forma legal interponiéndose en su camino.

Si conseguimos aunar  visión del rebote, buen detente, buena cadencia, saber coger la posición, manos ágiles y envergadura habremos encontrado el pívot ideal, ¿conocéis muchos?, la verdad hay pocos pero los hay y cuando un equipo se sustenta sobre algún pívot de estas características suele alcanzar grandes objetivos.