Actitud y aptitud claves para instalarnos en el sendero del éxito

Hay dos premisas importantísimas que se cumplen cuando un equipo busca instalarse en el sendero del éxito: 1) Aptitud y 2) Actitud. Cuando en un equipo sus componentes reúnen las dos premisas citadas indudablemente es muy difícil que no se consigan los objetivos que se persiguen

Tengo cierta experiencia en estas lides, son muchas horas de basket y si uno observa con detenimiento, los gestos en los partidos, las reacciones en los diversos momentos, las respuestas a los aciertos y errores, los cambios de jugadores y su aceptación, la atención en los tiempos muertos, etc, es fácil ver que se tiene tanto actitud como aptitud.

Si definimos de forma purista ambos términos diríamos que:

La actitud: "Es la voluntad para encarar las actividades"

La aptitud: "Es el conocimiento o capacidad para desarrollar cierta actividad"

Se aprecia que los jugadores tienen una buena actitud, con la implicación y corresponsabilidad de todos, con el deseo y ganas de llevar a cabo su trabajo de forma exitosa. ¿Creen ustedes que si un equipo no tiene una buena actitud sus jugadores trabajarían tantas y horas en los entrenamientos y defenderían a destajo en los partidos? 

Un equipo con buena actitud lo demuestra en cada momento y en cada partido, aunque eso no quita para que de vez en cuando las cosas no les salgan bien o se puedan encontrar con un rival mejor o más experto y con mayor oficio.

La aptitud sin embargo tiene que ver mas con la capacidad que lleva intrínseca cada jugador en sus genes y en su cerebro para poder llevar a cabo un deporte determinado y que le hacen desarrollar sus habilidades en el campo, cada jugador tiene implícita una carga de aptitud, en cierta medida esa carga la podríamos relacionar en mayo o menor medida con su dosis de talento.

A través del entrenamiento y de la competición los entrenadores podemos mejorar la aptitud de los jugadores y ese será nuestro gran carro de batalla. Ni que decir tiene que también desde el el conocimiento del jugador como persona, desde el convencimiento y desde la psicología (vital para ejercer como entrenador), también podemos mejorar e influir en su actitud y en ese sentido la gestión de las emociones de la plantilla por parte del entrenador cobra un papel fundamental.