¡Estamos en la final!

Que trabajito ha costado pero ya estamos en la final, no me equivoqué ni un ápice en mis vaticinios de cuartos, dije que me temía que nos encontraríamos con Grecia y la verdad aun me sudan las manos de la tensión nerviosa, nos llevaron a su terreno y nos sacaron de quicio.
Panagiotis Giannakis planteó la semifinal con el objetivo prioritario de rebajar la anotación del combinado español, de asfixiarle en cada ataque y obligarle a moverse en ataques largos, también necesitaba forzar contactos continuos para desgastarles psicológicamente. Su planteamiento le salió casi a la perfección.
Lo visto hasta entonces guardaba un claro paralelismo con la semifinal del Mundial 2006 ante Argentina, que también apostó por la mano dura para resquebrajar el baloncesto y la fe del equipo nacional. El objetivo de complicar los ataques españoles sí era un hecho. Pau Gasol mantenía el ritmo anotador, pero por medio de tiros libres porque recibir el balón le costaba un calvario entre empujones, pequeños toques, manotazos.
Sin embargo apareció la capacidad de sufrimiento del equipos español, el triunvirato Calderón, Gasol y Navarro mostraron sus mejores credenciales, y a pesar de la permisividad arbitral, del partidazo de los griegos y también por qué no decirlo de la pequeña pájara de Pepu (demasiado tiempo en una zona que era una y otra vez bien atacada por los helenos y que además les permitía jugar con facilidad y marcar el "tempus" de juego del partido) y otra cuestión para mí aún peor (cambió el sistema de rotaciones que siempre emplea, me pareció que renunció en parte a ser el mismo), España ganó de forma merecida en un Palacio de Deportes totalmente abarrotado.