Fue la final soñada, el guión perfecto, colofón a un
primer año de historia del Almería Basket en el que se hicieron realidad (casi) todos
los deseos de principio de temporada: las gradas pobladas de una
afición teñida de rojo y entregada a su equipo; un rival tenaz que mereció por
igual ser campeón, y lo fue durante 39 minutos; la canasta de la victoria y el
título a falta de 2 segundos; un héroe de 18 años, almeriense, Luis Rueda,
manteado por sus compañeros; la alegría desbordada de unos y otros, la de los
hombres de rojo en el instante mismo de terminar el encuentro, la de los
jugadores y técnicos del CB Deportivo Coín cuando pasen el trago de una última
y ajustadísima derrota que no debería empañar una trayectoria espectacular, de
recién ascendido a finalista de la categoría, coronada por un subcampeonato y
un honorífico (y virtual) trofeo al mejor jugador de la temporada para Juan Vasco.
Como se leería
después en Twitter: “Chapeau”.
(Almería Basket y sus "hombres de rojo" celebran título de Primera Nacional)
Almerienses y malagueños fueron
acreedores del triunfo y, sin embargo, el que más acabó ganando fue el
baloncesto, un espectáculo ayer en estado puro, sin artificios, sin
contaminantes. Único. Los dos mejores conjuntos de 1a Nacional rindieron por
encima de todo un homenaje a este deporte y a quienes tuvieron la feliz idea de
desplazarse hasta el Moisés Ruiz para apoyar a sus respectivos colores. Si en
la tribuna (o pendiente del teléfono móvil) hubo ayer alguna persona capacitada
y predispuesta para materializar el ascenso de estos clubes, es probable que ya
no albergue ninguna duda. Ambos lo merecen.
El CB Deportivo Coín se presentó en el
Moisés Ruiz con la baja significativa de Ballestero y 10 puntos de renta (78-68
a la ida). Enfrente un Almería Basket sin Paco Vivar y con Álvaro Fernández
Cueto muy mermado, una rotación reducida que planteaba, a priori, inquietudes
en el puesto de base dada la floja actuación de Luis Rueda hace justo una
semana. La ausencia del número 10 malagueño parecía tener mejor solución: en el
primer partido de liga, misma pista y mismos rivales, los pupilos de Juanjo
Méndez se llevaron una cómoda victoria (58-71), con Ballestero reducido a un
papel secundario ante la omnipresencia de Meras y Vasco. El primero dejó el
equipo con aquella exhibición (23 puntos), legando al pivot todos los galones
para el resto de la temporada, con el resultado ya conocido. Ayer no fue una
excepción. Volvió a echarse el equipo a sus anchas espaldas y, con la
inestimable ayuda de Juan José y Francisco Méndez, sostuvo a los suyos durante
la batalla de desgaste en la que los de César Martínez convirtieron el primer
tiempo. Tras 16-15 con el que se cerró el primer envite, el “big three”
malagueño aprovechó el habitual carrusel de cambios de los locales para marcar
las primeras diferencias notables en el luminoso (16-23, min 16). El regreso a
pista del inconmensurable Miguel López cambió por completo la dinámica del
partido: sus 8 puntos anotados casi de forma consecutiva dieron la vuelta al
marcador y cambiaron la iniciativa de bando, frenada apenas por un triple de
Fran Méndez sobre la bocina antes de enfilar el túnel de vestuarios. 29-28 y
las espadas en todo lo alto.
Que nadie se lleve a engaño: la guerra
de trincheras de los primeros 20 minutos formaba parte del plan previsto de
inicio por César Martínez. El flemático técnico almeriense no alteró la hoja de
ruta cuando vio a su equipo -17 en la eliminatoria ni al encajar ese último
tiro que la recortaba hasta el -9. Los objetivos a medio camino se habían cumplido:
la defensa funcionaba (los de Coín acreditaron casi 80 puntos de media durante
la fase regular) y el trío ofensivo rival había acumulado casi el doble de
minutos que los teóricos titulares de casa, a excepción de Luis Rueda por los
anunciados problemas físicos de Álvaro.
A la vuelta de la pausa, y conforme al
guión trazado pre-partido, los hombres de rojo se lanzaron al ataque: en torno
a la figura de un Miguel omnipresente, dueño y señor de los aros durante el
tercer cuarto (e imponer el respiro de Vasco, agotado), Povilas y Dovidas, con
sendos triples, y en especial Cristian, autor de 6 puntos, situaron la ventaja
en +13 (47-34). El regreso de Vasco la recortaría desde el tiro libre en un
punto (su 3/10 desde la línea fue su único lunar estadístico, a imagen de sus
compañeros, autores de un calamitoso 10/28 que a la postre les condenaría)
antes de afrontar el definitivo último tramo con la eliminatoria prácticamente
igualada (47-35) y la sensación de que el Almería Basket había alcanzado su
mejor versión, con muchos jugadores enchufados (7 relevándose y aportando) y
una defensa infranqueable (¡sólo 8 puntos encajados!)
El CB Deportivo Coín sacó toda su
casta y, conjugando una pizca de la necesaria suerte (triple a tablero
incluido) y mucha más clase (la de Juanjo Méndez ¡8 puntos seguidos!), redujo
la distancia hasta el 50-48 (minuto 35). Muchos hubieran apostado entonces por
embarcar a su equipo en algún intento desesperado, o jugárselo a la tediosa
lotería de las faltas personales. No fue el caso de César Martínez, demostrando
que el magisterio de los banquillos no es flor de un día, se ejerce y es el
resultado del trabajo de toda una temporada. Se mantuvo fiel a sus ideas: dio
descanso a Miguel y a Luis, quitó a Cristian y no les reintegró en cancha sino
en el instante preciso, ni un minuto antes, ni un segundo después. Retiró a
Álvaro, a Paquito y a Ismael y optó por jugar con 4 “pequeños”, acelerando
todavía más el encuentro (pero siempre dentro de lo previsto). Lo logró, vaya
si lo logró. Al triple de Povilas y los 6 puntos de Miguel respondió Vasco,
quién si no (¡menudo duelo!), dejando las cosas en 59-56 (min. 38). 60 segundos
de zona press a todo el campo transcurrieron, interminables para el público
enfervorizado, asfixiantes para los malagueños, antes de que
(Luis Rueda en el momento de anotar la canasta decisiva del partido)
Luis Rueda
driblara, fintara, sorteara rivales (reverso aquí, mirada allá, poesía en
movimiento) anotara primero y asistiera después a un José Jiménez pletórico que
recogió justo a tiempo el testigo de manos de un desfondado Cristian. 63-56 y
45s por jugar. Taber estuvo a punto de recuperar la posesión a continuación
pero fue sancionado con pasos, presagio del papel que el destino le reservaba.
Vasco volvió a fallar 2 tiros libres y en el siguiente ataque el crack de
Tabernas enchufó un triplazo desde la esquina (¡sus primeros y únicos tres
puntos!), premio a su entrega y vital papel durante todo el año. 66-56. Virtual
empate. Falta rápida y 2 tiros libres para Juanjo Méndez (4/6 hasta ese
momento). El primero fuera, el segundo dentro. 66-57 y 31 segundos por jugar.
Tras el tiempo muerto, Taber se levantó de nuevo desde los 6,75 y esta vez
erró, pagando con su quinta falta la frustración y brindando a una afición
entregadísima la oportunidad de corresponderle a la altura de su titánico esfuerzo.
Cerrada y merecida ovación. Aisa no acertó con los dos lanzamientos de los que
dispuso y la invasión de zona antes del rebote cocendió un nuevo tiempo muerto
a César Martínez. Demasiadas facilidades, demasiado cansancio. El Almería
Basket volvía así a disponer de un último ataque y 9 segundos. Nueva bola de
partido, de campeonato, de apoteósico final.
Luis recibió el balón, olvidó por un
momento la selectividad (¡18 años la criatura!) y con la naturalidad de quien
respira o traga un vaso de agua rodeó el excelso bloqueo de Miguel, se lanzó
hacia la canasta rival y zanjó la contienda, dejando dos segundos y un último
tiro al CB Deportivo Coín en anécdota estadística. No hay vara de medir para el
talento del pequeño de la saga de los Rueda ni tampoco para la emoción que
recorrió ayer el Moisés Ruiz en una tarde memorable. Aquella en la que Luis dio
su primer título al Almería Basket y se coronó, por derecho propio y ojalá que
por muchos años, como junior de oro.
Fue muy hermoso. Hasta el dolor para
el bueno de Juan Vasco, de la estirpe de Felipe Reyes, aunque físico más
parecido al de Alfonso, que volvió a impartir (y van..) otra lección de
entrega, clase y habilidad cerca del aro. Hasta el éxtasis para el colosal
Miguel López, el líder espiritual de unos hombres
de rojo que celebraron, cava, puro y remojón en vestuarios a directivos y
cuerpo técnico incluídos, el punto y final a una campaña llena de éxitos.
De aquí a la próxima solo queda uno.
Materializar el ascenso. Por lo visto ayer, comunión de público y equipo,
Almería tiene hueco en liga EBA. Sí se puede.
Ficha Técnica:
Almería Basket 68: José Jiménez (10), Taber
(3), Luis Rueda (12), Miguel López (18), Cristian (8) – quinteto inicial –
Povilas Bileisis (11), Dovydas Taujenis (6), Álvaro Cueto (0), Paco Vivar (-),
Paquito (0) , Benja (0), Isma (0).
CB Deportivo Coín 57: J. J. Méndez (17), J.A.
Briales (4), F. Méndez (15), J. Vasco (15), Marco (2) - quinteto titular
– A.J. Mateo (0); J. Berrocal (0); S. Aisa (4), M. García (0).
Parciales: 16-15, 13-13 (29-28), 18-8 y 21-21.
Incidencias: Partido
correspondiente a la vuelta de la final de ascenso a Liga EBA en el Pabellón
Antonio Moisés Ruiz de la Diputación de Almería ante unas 750 personas. Quedó
fuera de la convocatoria Eliot Carrasco, lesionado. Con este resultado, y tras
superar los 10 puntos de desventaja del partido de ida, el Almería Basket se
proclamó Campeón de 1a Nacional Andaluza. Ambos equipos recibieron las medallas
y trofeos correspondientes al terminar el encuentro de manos de José Cara,
vicepresidente de la Federación Andaluza de Baloncesto y delegado en Almería.
COMUNICADO DE BALBINO FERNÁNDEZ REVUELTA (fotos de Fco García Sierra)