He querido palpar la opinión de un entrenador debutante en la liga EBA como es
Chus Corrionero entrenador del Baloncesto Unión Córdoba, creo que sus respuestas no tienen desperdicio y demuestran hasta que punto está ilusionado con el proyecto que ha emprendido:
¿Te importa hacernos un breve curriculum baloncestístico?
De forma muy resumida te diré que he sido jugador, árbitro, profesor de los cursos de entrenadores en Córdoba, entrenador de las selecciones provinciales, comentarista en Onda Mezquita, entrenador de los Campus de la FAB, entrenador en Instituto Séneca, Salesianos, Adeba, Maristas, 2º entrenador en Peñarroya (1ª División nacional), entrenador de Villanueva (ascenso a EBA), y ahora Director General deportivo y entrenador del Baloncesto Unión Córdoba de liga EBA.
¿Contento con dirigir a este equipo?
La verdad es que me apetecía mucho volver a entrenar en categoría senior y cuando me ofrecieron la oportunidad de liderar el club en la parcela deportiva, no dudé en apostar por este proyecto ambicioso aunque hecho desde la humildad de quienes sabemos que nos queda mucho por aprender y por demostrar.
El grupo humano es fantástico y es un honor para mí poder hacer algo que me encanta, como es ser entrenador de baloncesto, rodeado de una junta directiva tan capaz y de unos jugadores que estoy seguro que va a darle muchas alegrías al baloncesto cordobés.
¿Qué opina a nivel global de la plantilla que está a sus órdenes?
En principio, soy consciente del gran trabajo que nos queda por realizar en lo que a conjunción de la plantilla se refiere, pues conformar un grupo humano completamente nuevo, con jugadores de Córdoba y de fuera de la provincia, que se implican en un proyecto nuevo como éste, no es tarea fácil.
No obstante, creo que hay talento y capacidad de trabajo como para ser optimistas y ponernos la meta de ir partido a partido, demostrando que queremos ganar en cada cancha y que odiamos la palabra “perder”.
En otro orden de cosas, creo que la plantilla es una plantilla equilibrada, donde se mezclan juventud y veteranía, juego exterior y juego interior, jugadores más explosivos y jugadores más cerebrales. Como grupo humano son chavales estupendos y creo que esa va a ser una de las claves para que durante la temporada vayamos creciendo individual y colectivamente.
¿Cuáles son los objetivos que se marca para esta temporada?
El objetivo primordial va a ser jugar cada partido con la máxima intensidad. A partir de ahí, la competición dictaminará dónde debemos estar en la tabla clasificatoria.
De todos modos, creo que la pasión y la ilusión nos debe empujar a no ponernos metas fáciles y ser humildemente ambiciosos. Los que me conocen saben que quiero que estemos entre los cinco primeros de la competición.
¿Qué rivales considera más fuertes?
Siempre es difícil hacer apuestas y pronósticos. A priori, equipos como Guadix, Peñarroya, Montilla y los equipos extremeños, son los que deben estar arriba. Sin embargo, creo que durante la competición habrá más de una sorpresa y, desde luego, vamos a trabajar para ser una sorpresa agradable al final de la liga.
¿Qué tipo de baloncesto le gusta para sus equipos?
Si son equipos de formación es indudable que el talento del jugador debe primar sobre todo, pues los chicos deben disfrutar con el baloncesto, asimilando los fundamentos individuales de forma paulatina y creciendo en lectura de juego colectivo conforme van dominando la técnica individual y la táctica individual.
En equipos seniors, creo que es imprescindible la máxima intensidad en la cancha, pues ello te permite desarrollar un juego muy rápido, con defensas alternativas, capaces de romper el ritmo ofensivo del rival. Me gustan mucho los equipos que son agresivos en defensa y ambiciosos a la hora de plantear tácticamente los partidos.
¿Qué baloncesto pondrá en práctica el Baloncesto Unión Córdoba?
En la anterior pregunta reside gran parte de la respuesta a esta cuestión.Los jugadores son conscientes de la filosofía de juego que el cuerpo técnico quiere desarrollar y, a pesar de que está costando acoplar a todos los jugadores, creo que poco a poco están empezando a desarrollar un juego por conceptos con mucha variedad ofensiva, en el que existe un buen equilibrio entre juego exterior e interior, donde se reparte el protagonismo anotador y, sobre todo, en el aspecto defensivo, nuestro sistema de ayudas y de ajustes entre defensas zonales e individuales está siendo cada vez mejor. Hay parcelas como el rebote que son francamente mejorables, así como el aspecto de pérdidas de balón, pues jamás debemos confundir en cancha el juego rápido con la precipitación.
¿Se atreve a decir algún defectillo y alguna virtud de usted mismo como entrenador?
Posiblemente, mi mayor defecto pueda ser el exceso de vehemencia con el que me expreso y actúo en algunas fases de los partidos, aunque creo que eso es algo que con el paso del tiempo he conseguido mejorar, aunque aún falta bastante para poder decir que ese tema está completamente dominado.
En cuanto a virtud, dicen que no le temo a los retos y que suelo ser un buen director de grupo, aunque eso es algo que hay que plasmar en el día a día. Creo que aprender de los demás es algo que jamás deberíamos de olvidar los que aún tenemos mucho que demostrar.
Todos tenemos nuestros ídolos o personas que nos han marcado e influido en este mundo tan apasionante del basket. ¿Cuáles han sido los suyos?
Mis ídolos de pequeño, cuando vivía en Barcelona, eran Earvin “Magic” Johnson y Larry Bird, así como Fernando martín y Drazen Petrovic. También recuerdo con cariño un partido, cuando yo tenía 12 años, entre el Joventut de Badalona y el Real Madrid – mis dos equipos –, en la “penya”, en el que pude ver en directo a jugadores de la talla de Juan Antonio Corbalán, Fernando Martín, Mirza Delibasic, Wayne Brabender, Fernando Romay ... De todos ellos conservo el autógrafo, así como el del gran Lolo Sáinz. Fue una experiencia impresionante para mí como amante del baloncesto.
En el baloncesto cordobés admiro a personas de las que hay que aprender cada vez que abren la boca como son Abilio Antolín y Eduardo Burgos, por citar sólo dos ejemplos.
¿Resultados por encima de todo o jugar bonito y mantener principios y filosofía de juego?
En equipos de base, tengo claro que ganar debe ser lo último pues la formación de los chavales, tanto humana como deportivamente, debe primar sobre cualquier otro aspecto.
No es así en equipos profesionales o semiprofesionales. En este tipo de equipos, trabajamos para conseguir unos objetivos, y éstos dependen de los resultados. De todos modos, creo que si un equipo es fiel a su filosofía de juego y ésta se basa en la mejora de la técnica individual de los jugadores y su implicación a nivel colectivo para que el equipo rinda más en cada partido, tarde o temprano se consiguen buenos resultados durante la temporada.
Lo de “jugar bonito” es una frase futbolera que jamás entenderé porque en primer lugar ignoro lo que es el juego bonito y en segundo lugar, el baloncesto es un deporte tan complejo y tan rico a nivel táctico que lo que puede ser sublime para una persona que esté viendo un partido, para otra puede ser lo menos parecido al espectáculo.
Lo fundamental es que nuestros socios y simpatizantes, cuando vean a nuestros jugadores en la cancha, observen a un equipo que lucha por cada balón y que tiene las ideas claras a nivel táctico, un equipo de jugadores comprometidos al máximo con el club y que lo dan todo durante los cuarenta minutos de cada partido, defendiendo nuestra camiseta.
Tal y como era previsible el equipo cordobés del SALSAS MUSA venció al colista menorquino el Alaior Opel CoingaJovent por (68-78), de forma totalmente merecida y dominando el partido desde el salto inicial. Los resultados de los dos primeros cuartos lo dicen todo (16-25) y (11-19), la defensa cordobesa pudo totalmente con el equipo rival y dejó casi sentenciado el choque. en el segundo tiempo tímida reacción local en el tercer cuarto en el que prácticamente intercambiaron canastas y se entró en el cuarto final con 17 puntos de ventaja para los de Córdoba. a pesar de los últimos esfuerzos de los locales,Salsas Musa supo jugar con el control del tiempo y aunque el rival redujo algo la diferencia, la victoria de Ciudad de Córdoba nunca peligró.
