Recibí la noticia del fallecimiento de Abilio estando en Málaga y no pude asistir a su sepelio, ni siquiera en ese momento me era posible escribir en el blog aunque si lo hice en Facebook y compartí algunos artículos excelentes que otras personas escribieron de él, en concreto los aparecidos en Cordópolis (Paco Merino) y en el Diario Córdoba (Antonio Raya), además he leido todos los comentarios posibles de sus exjugadores, compañeros y amigos y prácticamente tendría que repetir muchos de los calificativos escritos.
Abilio tenía una gran personalidad, con sello personal propio e instranferible, tanto para lo bueno como para lo malo, tenía gracia, ocurrencia, originalidad y una simple conversación con él te hacía no olvidarlo nunca, como dicen algunos compañeros que he leído nunca dejaba indiferente a nadie.
Supongo que ya alguién habrá escrito que Abilio Antolin Funes comenzó a darse a conocer en Córdoba como Entrenador de Natación en la década de los 70 (En el Andrés Arroyo, allá por 1970), de ahí pasó como jugador y entrenador al Córdoba OJE, aunque en la temporada 72-73 jugó en el DOSA en Tercera División a las órdenes de José Luis Reyes "El Pipa", siguió entrenando al Córdoba OJE, en el año 1973-74 ascendió al equipo a Tercera División, ese equipo sería llamado con el paso de los años Juventud de Córdoba, mas tarde Diario Córdoba Colecor y posteriormente Cajasur de Córdoba (siempre acompañado por su amigo Andrés López como presidente), tras un paso por Peñarroya, entrenó durante muchos años al Bar Moriles y en su última etapa fue Coordinador de las categorías base del Bball, donde no se cansaba de realizar Programas de Tecnificación con los mas jóvenes. Su curriculum ha sido extensísimo, en realidad lo podéis encontrar en los artículos anteriormente citados mucho mas ampliamente que aquí.
Quiero centrame mucho mas en su figura a nivel de jugador y de entrenador, coincidí con Abilio tres años de jugador, dos en el Córdoba OJE y el último en Dosa. Abilio era un base con muy buena técnica individual, sus acciones de parada y tiro tras bote eran excelentes, buen dominador del balón, destacaba por su facilidad para anotar, tenía buena visión de juego y daba excelentes pases de contraataque, quizás su único defecto era que a veces abusaba demasiado del bote pero fue uno de los mejores bases de la Segunda División Nacional de aquella época. Nunca se me olvidará en el segundo año que jugamos juntos en el Córdoba OJE, los ánimos y el apoyo que me dió cuando al fallecer mi padre jugamos a los pocos días una final provincial, para él sus compañeros y a los jugadores que entrenaba siempre eran los mejores y los defendía a capa y espada. De los partidos y viajes podría contar multitud de anécdotas pero no voy a entrar en ello por no desvirtuar el sentido del artículo, si decir que en el equipo del Córdoba OJE de esa época yo era el mas joven (19 años) y él el menos joven (29 años).
De Abilio como entrenador tengo que decir que además de ser el primer Entrenador Nacional que salió de Córdoba, a él le seguimos otros pocos como Antonio Cantillo, Manolo González, Jesus Orozco y yo, fue el máximo referente de los banquillos cordobeses durante muchos años, le pese a quién le pese, y en cierta medida fue un precusor de la defensa individual en Córdoba (no le gustaba defender en zonas, nunca se las ví hacer y estoy hablando de los años 70 en adelante), buscaba una defensa hombre a hombre inteligente, si era necesario se flotaba un poquito, decía que no había que estar siempre como perros de presa para defender bien, creía mas en trabajar adecuadamente las líneas de pase. Le gustaba entrenar mucho tiempo el tiro (un obsesionado de esto) y se esmeraba en corregir la forma de hacerlo (tenía una especie de manía con ello), sus equipos destacaban por su facilidad para anotar y daba mucha libertad de acción a sus jugadores (no los encorsetaba nunca con demasiados sistemas), le gustaba mas que jugaran por conceptos y haciendo buenas lecturas del juego. Creía ante todo en el talento y en la inteligencia y cuando detectaba a algún jugador que pudiera tener esas cualidades lo mimaba, lo protegia y lo ensalzaba como nadie.
Indudablemente la personalidad de Abilio llevaba implícita un pequeño aire de chulería, ¿por qué no decirlo?, pero era una chulería sana, divertida y que aunque parezca algo contradictorio terminaba por hacer amigos con su talante ocurrente, diferente y lleno de sabiduría, porque Abilio siempre ha sido una enciclopedia hablante y no sólo de baloncesto, a mi me sorprendía porque casi siempre sabía de casi todo, y cuando se creía en la posesión de la verdad te lo explicaba, te lo razonaba y terminaba casi convenciéndote. Ese poder psicológico para hacer creer a sus jugadores que todo se podía conseguir le daba un plus de calidad importante de cara a los hombres que tenía a sus órdenes.
Abilio era un tio especial, sus señas de identidad no se podían separar de la palabra BA-LON-CESTO, en Córdoba se le debe mucho y dudo que se le haya correspondido como él se merecía, pero todavía aunque sea a título póstumo se debe reaccionar y montarle un homenaje y un reconocimiento que nunca se olvide. Las Instituciones Públicas, la FAB en Córdoba, los clubes por los que militó y el baloncesto en general debe reaccionar en ese sentido cuanto antes.
¡GRACIAS AMIGO ABILIO POR TODO LO QUE HAS DADO AL BALONCESTO!