Aceitunas Fraga Morón perdió un
partido en el que claramente fueron superiores durante la primera mitad, pero
que, como suele pasar en algunos encuentros, se pierde en la segunda parte.
Ahora se afronta una recta final de infarto para poder certificar la
clasificación a los play-off de ascenso. La buena noticia es que con estos dos
partidos solo se puede mejorar. Pero no se pueden repetir esos errores si
queremos alargar la campaña del equipo.
Inicio complicado para Aceitunas
Fragata Morón. Seguros Solís Alcázar disputaba cada balón como si fuera el
último y no facilitaba las opciones del equipo visitante en ataque. Eso resultó
en un partido muy disputado en sus primeros compases, con intercambios en el
marcador de forma constante, aunque favoreciendo un poco más al equipo de
Castilla La Mancha. De hecho, Solís Alcázar se fue en el primer cuarto mandando
en el marcador gracias a la enorme actuación del croata Jurge Gunjina, que acaparaba
la producción ofensiva del equipo con sus 10 puntos. Era un comienzo muy
trabado y ninguno de los dos equipos se sentía cómodo en el parqué, pero en el
intercambio de golpes, los locales salieron victoriosos. Al final del primer
cuarto, vencían con un 18-16 en el marcador.
El segundo cuarto, sin embargo,
tuvo el color especial de Sevilla. Una soberbia actuación colectiva sofocó la
intentona de los rivales de aumentar esa ventaja en el marcador y posibilitó la
ventaja con la que el equipo de Rafa Rufián se fue a los vestuarios. Un triple
de Chagoyen empezaba a marcar el camino del equipo en este segundo cuarto, en
el que Aceitunas Fragata Morón se mostraba más cómodo en la pista, tanto en
defensa como en ataque. La producción ofensiva de Alcázar se reducía gracias a
una mayor concentración del equipo, y los rebotes defensivos se convertían en
contras mortales para que Aceitunas Fragata Morón se fuese alejando en el
marcador. Canastas mágicas de Alo Marín y jugadas de calidad del equipo
contribuían a esta dinámica, aunque Solís Alcázar no bajaba los brazos. De
todos modos, el 31-44 indicaba el camino a vestuarios.
Era el descanso, pero Aceitunas
Fragata Morón entendió que era el final del partido. Aprovechando la renta del
marcador, nuestro equipo siguió atacando para aumentar la ventaja del
resultado. En un comienzo fulgurante, Tyler, Ola y Alo aumentaban el resultado
sevillano en el electrónico hasta el 36-56. Maravillosos minutos moronenses,
pero que dieron paso a la debacle. Sí, es muy duro el término “debacle”, pero
es la única explicación para lo que ocurrió a continuación. Seguros Solís es un
gran equipo, pero si no les dejas vivir, no pueden hacer nada. Se dieron las
dos situaciones. Remontaron una desventaja de 20 puntos. Veinte. No en este
cuarto, pero aquí fue cuando se fraguó la remontada de Alcázar. Cinco minutos
sin anotar hasta que Chagoyen cortó el parcial. El cuarto terminaba con un
49-58 para el equipo visitante.
Y ya en el último periodo se
consumó la remontada de Alcázar. A pesar de la defensa, Díaz Fernández ponía
tierra de por medio con sus canastas. Alo Marín, Keshinro y, especialmente,
José Alberto Jiménez (una vez más, destacado con Chagoyen) trataban de lavar la
cara del equipo. Pero Seguros Solís tenía otro plan y el electrónico les favorecía
hasta que, al final, tras jugar con tanto fuego, Aceitunas Fragata se quemó.
Cruel derrota por la forma en que fue ejecutada para llegar a ese 79-73.
Juan Luis Mármol