Los Celtics de Boston pueden coronarse esta madrugada campeones de la NBA si logran derrotar por cuarta vez en esta serie final, disputada al mejor de siete encuentros, a los Lakers de Los Ángeles, a quienes sólo un milagro les daría el título. Jamás en la historia de la Liga un equipo ha logrado recuperarse de un 1-3 en contra para acabar haciéndose con el título.
Para los Celtics, supondría el primer anillo desde 1986. Sólo quedan tres partidos, como mucho, por disputarse. El de esta madrugada en el Staples Center angelino está asegurado y, aunque todo puede acabar ahí, Boston dictaría sentencia el martes o incluso el jueves próximo.
En el duelo del pasado jueves, los Celtics llegaron a ir perdiendo de 24 puntos a mediados del segundo cuarto y de 18 al descanso para acabar ganando por 91-97, culminando así una de las más grandes remontadas de las Finales de la NBA.
Para los Lakers la derrota fue un jarro de agua fría y su técnico, Phil Jackson, lo sabe. "El equipo necesita recuperarse probablemente más en el aspecto psicológico que en el físico", dijo el entrenador tras la sesión de vídeo del viernes. Jackson reunió a los suyos y les mostró imágenes del cuarto partido. Sin necesidad de entrenamientos, mandó a sus jugadores directamente a casa para descansar, volver a la práctica el sábado y afrontar con garantías el decisivo y puede que culminante duelo esta madrugada, en el que no pueden fallar.
"Hemos estado comprobando cómo estaban los chicos y cómo se sentían, pensé que era buena idea", agregó el ganador de nueve anillos de la NBA como técnico de Lakers y Bulls de Chicago. "Les dije que como equipo, nos habían arrancado el corazón; es duro recuperarse de esto, pero lo harán. Esto no se ha acabado".
El viernes también fue día de asueto para los jugadores de los Celtics, que llegarán al próximo encuentro con la duda de su pívot titular, Kendrick Perkins, lesionado en el hombro izquierdo, y las molestias del base Rajon Rondo y del alero Paul Pierce.
"No estamos en una gran condición física", comentó Doc Rivers, el entrenador del equipo de Massachusetts. "Pero esto es lo que hay y no hay nada que hacer al respecto. Nuestros chicos son hombres de partidos, el hecho de que Rajon intentara volver a la cancha el jueves fue fenomenal".
Ni Rondo ni Perkins saltaron a la pista en el último cuarto de ese partido, cuyo resultado final allana considerablemente el camino hacia la gloria para los Celtics. "Ya lo saboreo", dijo Kevin Garnett, la estrella de Boston.
"La lesión de Perkins puede ser significativa, no sabemos los resultados aún, pero claramente no pinta bien ahora mismo", continuó Rivers, que nunca ganó un campeonato en sus trece temporadas como jugador profesional en la NBA.
Lo cierto es que los Celtics andan más preocupados del estado físico de sus jugadores que del peligro que puedan ofrecer los Lakers en el próximo o próximos envites. "Siento dolor", dijo Pierce al término del cuarto partido. "A Rajon también le duele, Perkins está mal con el hombro, así que estos dos días van a ser geniales para recuperarnos de estas pequeñas lesiones".
Fuente: www.granadahoy.com
Para los Celtics, supondría el primer anillo desde 1986. Sólo quedan tres partidos, como mucho, por disputarse. El de esta madrugada en el Staples Center angelino está asegurado y, aunque todo puede acabar ahí, Boston dictaría sentencia el martes o incluso el jueves próximo.
En el duelo del pasado jueves, los Celtics llegaron a ir perdiendo de 24 puntos a mediados del segundo cuarto y de 18 al descanso para acabar ganando por 91-97, culminando así una de las más grandes remontadas de las Finales de la NBA.
Para los Lakers la derrota fue un jarro de agua fría y su técnico, Phil Jackson, lo sabe. "El equipo necesita recuperarse probablemente más en el aspecto psicológico que en el físico", dijo el entrenador tras la sesión de vídeo del viernes. Jackson reunió a los suyos y les mostró imágenes del cuarto partido. Sin necesidad de entrenamientos, mandó a sus jugadores directamente a casa para descansar, volver a la práctica el sábado y afrontar con garantías el decisivo y puede que culminante duelo esta madrugada, en el que no pueden fallar.
"Hemos estado comprobando cómo estaban los chicos y cómo se sentían, pensé que era buena idea", agregó el ganador de nueve anillos de la NBA como técnico de Lakers y Bulls de Chicago. "Les dije que como equipo, nos habían arrancado el corazón; es duro recuperarse de esto, pero lo harán. Esto no se ha acabado".
El viernes también fue día de asueto para los jugadores de los Celtics, que llegarán al próximo encuentro con la duda de su pívot titular, Kendrick Perkins, lesionado en el hombro izquierdo, y las molestias del base Rajon Rondo y del alero Paul Pierce.
"No estamos en una gran condición física", comentó Doc Rivers, el entrenador del equipo de Massachusetts. "Pero esto es lo que hay y no hay nada que hacer al respecto. Nuestros chicos son hombres de partidos, el hecho de que Rajon intentara volver a la cancha el jueves fue fenomenal".
Ni Rondo ni Perkins saltaron a la pista en el último cuarto de ese partido, cuyo resultado final allana considerablemente el camino hacia la gloria para los Celtics. "Ya lo saboreo", dijo Kevin Garnett, la estrella de Boston.
"La lesión de Perkins puede ser significativa, no sabemos los resultados aún, pero claramente no pinta bien ahora mismo", continuó Rivers, que nunca ganó un campeonato en sus trece temporadas como jugador profesional en la NBA.
Lo cierto es que los Celtics andan más preocupados del estado físico de sus jugadores que del peligro que puedan ofrecer los Lakers en el próximo o próximos envites. "Siento dolor", dijo Pierce al término del cuarto partido. "A Rajon también le duele, Perkins está mal con el hombro, así que estos dos días van a ser geniales para recuperarnos de estas pequeñas lesiones".
Fuente: www.granadahoy.com