La temporada 2010/2011 ya es historia para el primer equipo del CP Peñarroya, una campaña que quedará enmarcada dentro de los acontecimientos que relatan la vida de este Club, como aquella en que las obligaciones económicas forzaron a abandonar la Liga EBA e instalarse en una mas modesta competición como es la 1ª Nacional.
Con Antonio Luna al mando del banquillo por tercera temporada consecutiva se configuró un equipo en el que la prioridad eran los jugadores locales. Tras el si de Alberto Martín, Paco Alcalde, Emilio García, Juan Gabriel García, Juan González y José Antonio Jurado el primer paso estaba dado, pues la mitad de la plantilla era peñarriblense, pero lo pudo ser incluso completa en su totalidad aunque por diferentes asuntos no se pudo contar con otros jugadores locales de gran calidad como Felipe García, Carlos Andrés Gallardo, Rafa Tomio, David Delgado o Rubén Calero y otros.
Se trabajó entonces en la incorporación de los puestos necesarios para cerrar un equipo de garantías. En ello llegaron los cordobeses Paco Raya, Juan Fuentes y Eloy Rodríguez así como el londinense Liam O´Mahoney y casi al final, llegó el también cordobés, aunque residente en Peñarroya, Manuel Arroyo.
Con estos cimientos comenzó el Peñarroya su nueva andadura en una 1ª Nacional un tanto revalorizada por la integración en ella de algunos equipos también procedentes de EBA y algunos refuerzos de lujo que la crisis económica acomodaba también en esta categoría.
El balance deportivo del conjunto minero habría que escindirlo en dos mitades, siendo la primera aquella que nace en pretemporada y finaliza antes de Navidades y justo cuando termina la primera vuelta, cuando Antonio Luna pide su cese a la Directiva con el único deseo de que la situación deportiva pueda mejorar tras la llegada de un nuevo técnico y con el horizonte de la segunda vuelta. Los números hasta ese momento dictaban una situación irregular en la clasificación con tres triunfos por seis derrotas, cinco de ellas consecutivas y el equipo totalmente atascado.
Estas cifras no eran, sin lugar a dudas las esperadas para un equipo con la calidad que se presuponía y aunque el inicio estuvo marcado por la lógica, con tres victorias ante La Palma, Huelva y Náutico y una derrota en parte lógica ante Lepe, la caída en picado con las citadas cinco derrotas lastraron las expectativas puestas en el equipo.
La salida de Antonio Luna significó la llegada de otro hombre de la casa, Felipe García, que con su titulo recién salido del horno y aun calentito, asumió la tutela sin temor a quemarse, de la plantilla del primer equipo del Club que le vio dar sus primeras lecciones técnicas como jugador. Y como reza el dicho, a entrenador nuevo, victoria segura y esta llegó además de manera holgada en la pista onubense de La Palma y con ella el bautizo del nuevo técnico peñarriblense que pocos meses atrás aun estaba dando esas magistrales asistencias con las que tantas veces a puesto en pie las gradas del Polideportivo de la Paz.
Deportivamente se puede considerar muy satisfactoria su primera andadura como técnico pues el balance de seis triunfos por tres derrotas delata un cambio sustancial en la dinámica de un equipo que con total seguridad debió de finalizar mucho mas arriba de la clasificación y eso que debió lidiar toda la segunda vuelta con numerosas lesiones que mermaron el potencial de una plantilla cuya dirección en la pista se le encargó a Paco Raya, un base cordobés que había sonado en otras ocasiones para jugar en Peñarroya y que en esta ocasión si pudimos por fin tenerlo entre nosotros. De Raya se pueden destacar muchas cosas, aunque nos quedamos con su seriedad y compromiso como persona y su capacidad de sacrificio en labores defensivas dentro de la cancha.
Junto a el iba a estar un recuperado para el baloncesto, Emilio García que tras numerosas lesiones volvía a la pista. Su labor ha sido la de oxigenar al primer base y aunque puntualmente a dado muestras de la calidad que siempre atesoró, los que le conocemos sabemos que yendo en el camino correcto nos puede dar muchas tardes de satisfacciones.
Como jugador de perímetro llegó el también cordobés y escolta, Juan Antonio Fuentes, un fichaje que sorprendió a muchos. Tenemos que decir sobre Juan que su saber estar y su involucración durante toda la temporada en nuestro equipo no nos ha sorprendido a los que apostamos por el, demostrando también en la cancha su calidad y veteranía.
La última perla de nuestra cantera y recién salido de júnior, el escolta Juangra García se incorporaba también al primer equipo, su misión, acoplarse a una competición para la que tiene mas que sobrada calidad y no tardará en hacerse dueño de su parcela en próximas ediciones.
Como primer alero continuaba una temporada más uno de los buques insignia de este club en sus últimas temporadas, Juan González, que a pesar de haber tenido que compaginar sus asuntos laborales con los entrenamientos ha demostrado un año mas la relación estrecha que sigue manteniendo con el aro desde la linea de 6,25.
Cerrando el trio cordobés de esta temporada llegaba un joven Eloy Rodriguez cuyo potencial técnico nos llamaba la atención, después hemos confirmado su potencial humano cuando le hemos tenido entre nosotros. Eloy es un extraordinario jugador con una enorme capacidad de sacrificio y estamos seguros que lo tiene todo para triunfar en superior categoría.
En el juego interior dominaba la presencia de jugadores locales siendo el mas veterano, Alberto Martín quien tenia depositadas muchas ilusiones este año al disputar una categoría que conoce perfectamente y a la que le tiene cogida la medida pero una lesión a mitad de temporada le frenó en seco sus aspiraciones, hasta entonces había demostrado su pundonor en la zona y un excelente tiro exterior.
Junto a él un novel José Antonio Jurado que recién salido del júnior ha cumplido con su misión de ir sumando minutos de experiencia en una liga muy atractiva para el. Como poste alto llegaba tras muchas vicisitudes en el fichaje de un jugador de estas caracteristicas, el británico O´Mahoney cuyo sueño de jugar en España se hizo realidad con su llegada a Peñarroya. Liam lo tiene todo para triunfar, es fuerte y muy técnico pero quizás su juventud le ha privado de demostrar mas de lo que es capaz. Con todo, se ha mostrado muy recio en el rebote y tan solo su bisoñez no le ha permitido ser un referente en ataque.
En el último tercio liguero se incorporó al equipo Manuel Arroyo que a pesar del poco tiempo que ha tenido, lesión incluida, ha demostrado que puede ser una buena opción para la próxima temporada.
Por último y quizás la sorpresa mas agradable de lo que ha dado de si esta campaña ha sido el papel realizado por un rescatado del provincial, Paco Alcalde. El pívot peñarriblense nos ha dado muy buenas tardes de baloncesto este año mostrándose como una verdadera fortaleza en defensa y muy firme y seguro en labores de ataque. Sin duda una gran noticia que esperemos tenga continuidad en próximos ejercicios. Para finalizar recordar también el impagable trabajo de un Paco Muñoz Castañeda curtido en mil batallas en su labor de Delegado de Equipo y a todas las personas que hacen posible con su aportación el soporte necesario para que el CP Peñarroya siga labrando un futuro con expectativas.
FUENTE: WEB DE PEÑARROYA (Texto y fotos)