**Nueva colaboración del entrenador cordobés Ángel Fernández Tripiana "Tripi", titulada "La cuarta amenaza" en la que pone especial énfasis en que en el baloncesto de formación no todo es correr e insiste en que todo aprendizaje tiene su proceso y hay que cuidar con esmero los pasos que se dan en la enseñanza de los fundamentos a los jugadores/as de baloncesto. Desde Viveelbasket una vez mas agradecemos a nuestro amigo "Tripi" que cuente con nosotros para divulgar sus estupendos artículos**
LA CUARTA AMENAZA
“Muchos entrenadores examinan sus carreras enteras y no han ganado un campeonato, pero son grandes entrenadores”. (Chuck Daily ex entrenador NBA).
El maestro Eduardo Burgos, autor de este blog, escribió hace unos años un libro titulado: “Tirar, Pasar, Botar”, que tuvo una gran aceptación en nuestro mundillo. El nombre de este trabajo no hace sino referirse a los tres fundamentos básicos del baloncesto, esos que prioritariamente se deberían enseñar cuando se trabaja en categorías de formación.
Pero si entre entrenadores de baloncesto hablamos de: tirar, pasar y botar, nos viene rápidamente a la cabeza el concepto ofensivo de TRIPLE AMENAZA, esa posición en el que el jugador en ataque con balón puede ejecutar los tres fundamentos básicos. Mas precisamente el orden que le demos en nuestro juego a esos fundamentos no es baladí ni mucho menos, ese orden, esa disposición, va a marcar claramente nuestra filosofía de juego.
Cuando un niño comienza a jugar al baloncesto el bote se hace imprescindible, es en nuestra opinión el fundamento vital del párvulo, de tal modo que si disponemos de un par de jugadores en nuestro equipo que tengan un buen dominio del balón, lo más probable es que acabemos ganando muchos partidos, aunque esto no indique que lo hagamos jugando bien. Cuando tenemos jugadores muy noveles la prioridad en la serie de fundamentos suele ser: Botar, Pasar y Tirar.
De un tiempo a esta parte algunos entrenadores han hecho desaparecer la triple amenaza de sus jugadores, de sus equipos, la han capado hasta dejarla en “mono amenaza” gracias al “extra-pass”, haciendo casi desaparecer en su juego de ataque los fundamentos de Botar y Tirar, fiándolo todo a Pasar, de tal guisa que en los casos más extremos, si quitáramos las canastas, el juego de sus equipos no se resentiría, no lo notarían, seguirían jugando “ad eternum”, sobre todo en categorías de formación donde no hay reloj de posesión. Para estos entrenadores la prioridad es: Pasar, Pasar, Pasar y muy al final, Tirar.
En el aprendizaje de Entrenador, todos, en mayor o menor medida, hemos padecido el “sarampión” de la “entrenadorítis”, una enfermedad que la suele curar el tiempo aunque a algunos entrenadores esta dolencia se le resiste mucho más que a otros, y hemos logrado, a veces por ignorancia, a veces por presunción, que nuestros jugadores se saltasen pasos básicos en su formación y entre otras cosas no les hemos permitido equivocarse coartando su evolución de los fundamentos. Tú no botes, tú no tires, etc., en definitiva hemos cercenado su creatividad e ido demasiado rápidos en la enseñanza. Todo por la victoria, esa moneda con la que cobra la vanidad del entrenador.
En el proceso de aprendizaje del jugador deberíamos permitir que el fallo aflore y tomarlo como algo natural, es lo que conocemos como enseñanza constructivista, que otorga al jugador un papel principal y el fallo es tomado como una buena oportunidad de aprendizaje para que no se convierta en error. No confundamos, lógicamente, error con falta de compromiso o responsabilidad ya que son aspectos diferentes, donde estos últimos conceptos no deberían darse nunca en nuestro equipo.
Si como técnicos no somos capaces de aprender de nuestros errores, no sólo se ralentizará nuestro aprendizaje como entrenador sino que volveremos a cometer los mismos fallos.
Errare humanum est, perseverare diabolicum. Errar es humano, perseverar (en el error) es diabólico.
Pero volviendo al concepto de triple amenaza, desde un tiempo a esta parte podemos ver como se está imponiendo en equipos de formación lo que vengo en llamar “LA CUARTA AMENAZA”, que no es sino CORRER, correr mucho, cual si esa fuera la receta del Bálsamo de Fierabrás, y claro, los jugadores corren tanto que lo hacen por encima de sus posibilidades, tanto físicas como técnicas, en una clara confusión entre jugar rápido y jugar precipitado que no es lo mismo. Se obvian claramente las carencias físicas: falta de fuerzas, descoordinación, etc. y las carencias técnicas y se suceden, sin solución de continuidad, un error tras otro: pasos, dobles y tiros precipitados y errados, vamos una especie de Run and Shoot… and Fail. Correr y tirar…y fallar. Desde luego ese correr por correr y por encima de las posibilidades del jugador es una clara AMENAZA al juego sincopado y armonioso en el que poder observar gestos técnicos en los jugadores, no todos están preparados para conducirse a máxima velocidad. Item más, como su juego de ataque se basa casi en exclusiva en ese concepto de CORRER, podemos ver a equipos de categoría cadete o junior que no saben jugar en ataque posicional, no saben jugar sistemas, dándose la paradoja de que equipos minis e infantiles hacen bloqueos y “jugadas” teniendo una alarmante falta de fundamentos y, sin embargo, equipos cadetes y Juniors ni siquiera se lo plantean dentro de su juego ofensivo. Cosas veredes amigo Sancho.
Desde luego sobrevaloramos lo que podemos hacer a corto plazo y hemos subestimado lo que podemos hacer a largo plazo.
Todo aprendizaje tiene su proceso y toda enseñanza su metodología. Si hablamos de enseñar matemáticas el método, sin posibilidad de cambio, es: Sumar, Restar, Multiplicar y Dividir. Es en ese orden y no hay otro. En primer lugar aprendemos a sumar contando con los dedos, hasta que poco a poco lo hacemos de manera fluida. Después introducimos los problemas de suma. En segundo lugar aprendemos la resta que lleva implícita la suma, para posteriormente plantear problemas de restas. Así sucesivamente con la multiplicación y la división. Primero aprendemos cuentas y después problemas. Hay quien los problemas matemáticos sencillos los puede solucionar por “la cuenta de la vieja”, pero todos sabemos que no es lo correcto y que más adelante tendrá dificultades en la resolución de problemas cuando estos sean más complejos.
Esa es la forma en que algunos entrenadores consiguen ganar partidos e incluso campeonatos: por “la cuenta de la vieja”, que no es sino hacerse trampas al solitario. Hacen defensas en todo el campo, basado en el físico de sus jugadores, sin haber enseñado las ayudas básicas o hacen bloqueos cuando sus jugadores no saber botar o pasar bien, etc. y cuando avanzan sus equipos de categoría empiezan a perder partidos y campeonatos que antes ganaban fácilmente y es entonces cuando toda la culpa recae sobre sus jugadores.
El baloncesto desde luego no es una ciencia exacta, claro que no, pero la secuencia de la enseñanza debería ir de lo fácil a lo difícil, de la técnica individual, defensiva y ofensiva, diaria en jugadores de formación, al juego a todo campo en defensa y ataque, para con los años acabar con el ataque posicional. No tenemos la fórmula de la Piedra Filosofal, sólo queremos hacer constar que si no somos capaces de aprender de nuestros errores, no sólo se ralentizará nuestro aprendizaje como entrenador sino que volveremos a cometer los mismos fallos. Un error nos convierte en fracasados sólo si no sabemos convertirlo en experiencia.
Como dijo Red Auerbach ex entrenador de los Boston Celtics: "Uno de los peores errores en que puede incurrir un entrenador es enamorarse de su propia voz".
AUTOR: ÁNGEL FERNÁNDEZ TRIPIANA (Entrenador del CV Carmen, Infantil Femenino)