En el baloncesto actual todos los equipos suelen presionar al base del equipo rival, algunos van algo mas allá y tratan de dificultar incluso la recepción del primer pase, esta presión o intención de controlar al base o al driblador principal de cada equipo viene motivada por múltiples y variadas razones, fundamentalmente para que no organice el juego de su equipo, que no vea el campo, que no piense, que gaste segundos en ataque, que se desgaste físicamente, que psicológicamente y mentalmente se vea mas agobiado y provoquemos que cometa mas errores de lo normal, etc.
(Ángel Vázquez, base del Yosiquesé dirigiendo el juego)
Por tales motivos los jugadores que suelen subir el balón
en ataque poseen una técnica individual muy depurada en la mayoría de los
casos, manejan bien el balón con ambas manos, dominan los cambios de dirección
y de ritmo con balón, aplican a todas sus acciones una fuerza y velocidad
considerables, tienen buena visión de juego, etc.
Lejos
quedan aquellos años en los que los bases apenas recibían presión sobre el
balón desde que recepcionaban el balón, recibían el balón sin apenas defensa
presionante y esta comenzaba a aparecer una vez pasado el medio campo (eso ya
apenas si se ve).
¿COMO CONTROLAR AL BASE?
En el baloncesto moderno los defensores están muy dotados físicamente, tienen buenas piernas, realizan buenos desplazamientos defensivos, son rápidos en sus acciones y generalmente suelen ser agresivos, trabajan para provocar el error y no están a verlas venir, sino que se anticipan al movimiento del atacante y tratan de sacarlo de su forma de jugar, de su ritmo y de sus zonas mas habituales de juego (zonas de confort donde se sienten seguros y peligrosos).
A veces se comete un error en defensa porque se confunde agresividad con estar muy cerca del atacante, no basta con esto último yo puedo estar muy cercano a mi atacante y no hacerle ni cosquillas, hay que dar un paso adelante y ser agresivo e intenso.
¿Cómo podemos conseguir ser mas agresivos?
-Si lo deseo y quiero lo conseguiré, fe y confianza en nosotros mismos y en mis compañeros.
-Mas que robarle balones que es lo que casi siempre se busca, es mas importante incomodarle con fintas defensivas de manera que tenga que estar constantemente atento al balón.
-Provocar que realice acciones de las que nos podamos beneficiar, por ejemplo reversos que hay momentos en los que pierde de vista el balón y nos podemos aprovechar. Es por así decirlo como si la defensa fuera la inductora del reverso.
-Luego está lo del acercamiento al atacante pero poquito a poco, centímetro a centímetro que tiene mucha mas efectividad que si aparecemos de golpe como un elefante en una cacharrerÍa y que en la mayoría de los casos nos pitarán fata personal.
Buscar que detengan el dribling suele ser sinónimo de éxito
Los grandes dribladores no suelen detener el dribling, porque saben que si lo hacen ya no pueden hacer otra cosa que pasar o tirar y que la defensa se les va a echar encima como cosacos.
Curiosamente cuando los dribladores se van mas acosados menos intentan dejar de botar, lógicamente no son tontos y saben que en esa situación se van a quedar en inferioridad ante la defensa. Por eso es bueno y de jugador inteligente en defensa darle a veces mas espacio y que se confíen y se relajen y por propia iniciativa agoten el bote, es el momento de echarnos encima para provocar el error pegarnos todo lo posible a él y que los demás compañeros defiendan anticipadamente las líneas de pase no dejando recibir y provocando el error del base.
No todos los directores de juego son iguales
Si pensamos que todos los grandes dribladores y directores de juego son iguales estamos perdidos, cada uno va a requerir de un tratamiento diferente. Debemos conocer bien mediante el scouting cuales son sus fortalezas y sus debilidades y en base a ellas establecer nuestra estrategia defensiva. A veces la mejor defensa no es pegarse demasiado y ser demasiado agresivo sino flotar e incluso casi provocar que tire a media distancia (sabedores de que no es su recurso mas fuerte, algo que en algunas ocasiones entrenadores con fama de intensos defensivamente han puesto en práctica con sus equipos, por ejemplo Obradovic).
Es muy importante tener en cuenta la posible triple amenaza del director de juego y en función de ello actuar. ¿Penetra bien a canasta? ¿Es buen pasador? ¿Es buen tirador?
Si el atacante reúne las tres condiciones, ¡tierra tráganos!, pero no es lo mas usual, generalmente nos va a hacer sufrir bastante y posiblemente será muy difícil pararlo, en estos casos hacerle que suelte el balón y que no le vuelva a llegar suele ser lo mas práctico, pero es que estos bichos generalmente no la sueltan y cuando la sueltan llevan el balón a donde mas daño nos hacen (Spanoulis, Diamantidis, Sergio Rodríguez, Teodosis, Nando di Colo, Llull). Recurrir a un buen entramado de ayudas y cambios defensivos, defensas mixtas, etc, puede ser que nos ayude.
Si es un buen tirador está claro que no le podemos flotar, pero tampoco debemos obsesionarnos con su defensa demasiado encima porque nos pueden sobrepasar con facilidad y provocar una situación de ventaja numérica, la típica en la que obligan a salir a los pívots y doblan balón fácil bajo aro.
No soy partidario tampoco de flotar a un base que sea buen pasador aunque no sea buen tirador, porque si le defendemos dándole demasiada distancia va a llevar el balón dentro o fuera de la zona a donde mas daño nos haga (asistencia segura), prefiero presionarle y crearle todas las dificultades posibles.
Quizás el único momento en el que me plantearía una defensa de flotación (aunque no es que me guste demasiado), sería en el caso de un base que sepamos que no es tirador y que cerrando la zona y los espacios no le dejamos penetrar (suele ser su mejor arma) y asistir (provocan ayuda y la dan), caso por ejemplo de Ricky Rubio (aunque parece ser que últimamente está mejorando bastante el tiro de tres).
FUENTE: Apuntes de Juan Tena