Es duro despertar de un sueño tan bonito. Cinco minutos más, por favor, es
lo primero que se nos vino a la cabeza. Pero el reloj ha sonado y toca afrontar
la fría realidad. Aceitunas Fragata Morón no estará en la final de la fase de
ascenso a LEB Oro, puesto que Comercial ULSA Valladolid fue mejor en los dos
últimos partidos de la eliminatoria. Pero sí quedará para siempre en la memoria
de Morón de la Frontera. El final fue demasiado cruel para lo que ha conseguido
este grupo de jugadores, pero así es el baloncesto. Nuestro rival se enfrentará
en la final contra Zornotza por méritos propios gracias a un partido de muchos
quilates.
Empezó, eso sí, muy igualado. Con un tanteo altísimo (26-26, una auténtica
barbaridad), los dos equipos demostraron a las claras querer vencer en este
decisivo partido. ¿Qué deportista no querría hacer eso en un partido con tanta
expectación? Si alguno se hubiese borrado es que no está para ser deportista de
alto nivel. Aquí aparecieron los grandes de ambos equipos: Sergio de la Fuente
volvió a ser el MVP (35 de valoración) con sus triples, sus rebotes y sus
canastas bajo aro, pero Javi Marín también quería sumarse. Ambos fueron los
mejores de este periodo, asistidos por Sidibe y Kasse, que ponían el
espectáculo en ambas canastas. El partido se dividía en mates al contragolpe y
triples certeros. Wade Chatman y Tyler Gaffaney empezaban a calentarse y el
partido se ponía muy interesante en el primer cuarto. Precisamente este último,
con sus dos tiros libres, igualaba el marcador contestando a un triple de
Graham Bell.
Durante los siguientes diez minutos, Aceitunas Fragata Morón pisó el
acelerador en el final del periodo, combatiendo contra todos los elementos
posibles (a veces cuesta mucho defender con determinados requisitos propios de
estos tiempos en los que cualquier contacto es una falta) y con la
participación activa de la segunda unidad. Grandes minutos de Rubén Gutiérrez
y, especialmente Alejandro Rodríguez. Este jugador ha demostrado ser uno de los
mejores fichajes de la temporada y ojalá pueda seguir el año que viene en
Morón, porque tiene un crecimiento espectacular. A sus capacidades mentales
(lee el juego con una facilidad pasmosa) le suma su buena anotación bajo aro. Con
un poco más de físico dará mucho que hablar. Morón se hacía con el control a
base de buenas defensas y triples clave, pero Valladolid no daba la sensación
de noqueo que deberían tener a estas alturas. Grandísimo trabajo de Paco
García, que reactivó a su equipo con una charla antológica tras el cuarto
partido contra Alicante. Chatman y De la Fuente se volvían a echar a Valladolid
a su espalda y comenzaban a recortar distancia en el marcador. Ola Keshinro
dejó el marcador en el 43-49 al descanso.
Al igual que el domingo pasado, el paso por vestuarios no sentó bien a
Morón. No llegó a anotar 30 puntos en toda la segunda parte. Durante el tercer
cuarto lo intentó cuanto le dejaron y en el último periodo, con las
circunstancias del partido, las fuerzas quizá fallaron. Pero es muy difícil
defender al MVP cuando cualquier contacto es falta. No es normal que se llegase
al bonus en todos los cuartos con 4 minutos de juego, especialmente si el
criterio no es el mismo en ambas canastas. No, no es una excusa, pero sí es muy
importante. Morón empezó mandando en el marcador con una canasta de Alo Marín,
pero entre González (el mejor triplista apareció en el último partido), Chatman
y De la Fuente acabaron por consumar una remontada que sería definitiva. Tyler
trataba de frenar la sangría con un triple, pero el final del cuarto marcaba un
68-60 que iría a mucho más en el último periodo.
Aceitunas Fragata Morón trató de plantar cara, pero el 7-0 de salida ponía
a Valladolid con 15 puntos arriba. Tuvo que tardar 6 minutos Morón en meter
algún punto tras canasta de Alo Marín en los primeros instantes, pero era
tarde. Comercial ULSA Valladolid se había plantado ya en la final y lo único
que quedaba era maquillar el marcador del último partido de Aceitunas Fragata
Morón en esta temporada. La mejor temporada de la historia del baloncesto de
Morón. Duele perder siempre, especialmente cuando un equipo sin ningún tipo de
subvenciones (a pesar de que fueron prometidas, ¡ay, las hemerotecas!), que ha
tenido que viajar todo el año en furgonetas por toda España para competir
contra capitales de provincia con más recursos y presencia, se levanta contra todos
los pronósticos y fuerza a un histórico de la ACB a jugar un quinto partido de
semifinales de ascenso a LEB Oro.
Un equipo que ha sido llevado en volandas por una afición de Oro, a la
altura de sus jugadores, comandados por un entrenador que siempre creyó en este
proyecto desde que se hizo con el equipo de aquella manera. Porque está claro
que el carácter del equipo tiene nombre y apellidos: Rafa Rufián, el eterno
capitán, las mejores manos para llevar el timón de un proyecto que regresará el
año que viene para hacer vibrar de nuevo a Morón de la Frontera. Gracias,
equipo y directiva, por esta temporada de Oro.
Juan Luis Mármol