Noche de martes en
la ciudad de Granada. El reloj marca las 21h y algo más de 6.000
espectadores se congregan en las gradas del Palacio de los Deportes
para poner su granito de arena en el camino del Covirán Granada hacia
la final de los playoffs por el ascenso.
La noche lo tenía
todo para ser una de esas que terminan pasando a la historia del baloncesto de
una ciudad pero en el deporte nada puede darse por seguro y el Zornotza
ST terminó por culminar su épica eliminatoria con un triunfo que
apeaba a los nazaríes de la lucha por el ascenso a la Liga LEB Oro tras
un año en el que el conjunto de Pablo Pin había sido capaz de
levantar el título de campeón de Copa LEB Plata.
(Foto: Fermín Rodríguez/FGBC)
La temporada tocaba
a su fin pero, unos segundos antes de que la bocina señalara el camino a los
vestuarios, el técnico del equipo andaluz movió su banquillo para realizar el
cambio más simbólico de la temporada. Edu Pérez se
preparaba para entrar en pista señalando a un Jesús Fernández que
anticipaba de algún modo su despedida llevándose las manos al corazón,
agradeciendo a las gradas su cariño y fundiéndose en un abrazo en la banda con
su técnico Pablo Pin.
De este modo, el
jugador más veterano de la Liga LEB Plata ponía el punto y final a dos
décadas y media de baloncesto en las que disfrutó de la Liga
Endesa, celebró ascensos y títulos en la LEB Oro, coqueteó con
el baloncesto internacional en México y recuperó la ilusión de
toda una ciudad en la LEB Plata como abanderado de un Covirán
Granada desde el que dice adiós con unas pequeña espinita al no poder
culminar el ascenso a la Liga LEB Oro.
Pese a ello, Jesús
se va dejando el mejor sabor de boca posible entre la que ha sido la afición de
su vida. Con un ascenso (de EBA a Plata) y un título de campeón de Copa (LEB
Plata), su nombre ha sido sinónimo del renacer del baloncesto en una ciudad en
la que lo ha dado todo durante las dos últimas temporadas. Un notable esfuerzo
que tan sólo los más cercanos al jugador han podido ver con un Jesús Fernández
que madrugaba para trabajar, que realizaba notables esfuerzos para asistir a
cada entrenamiento y al que todavía le quedaban fuerzas a última hora del día
para atender, con la complicidad de su mujer Yadira, a sus hijos Hugo y
Martín.
Sin duda ellos
serán los principales benefactores de una retirada que le llevará a ver desde
la barrera un baloncesto que pierde a uno de sus hijos ilustres pero del que
quiso despedirse a través de una emotiva carta en la que la puerta quedaba
entreabierta…
Y es que quizá muy
pronto, el histórico “americano de Villena” pueda estar de
vuelta en un baloncesto al que aporte su valiosa experiencia desde otro campo
porque, si así sucediera, todos ganaríamos de nuevo.
Mientras llega el
momento… ¡Gracias por todo Jesús!
Carta de
despedida de Jesús Fernández:
Lo primero quiero
dar las gracias a toda la afición de Granada, primero por mí, por todo el
cariño que me llevo de todos vosotros. Llevo aquí 13 años y solo tengo palabras
de agradecimiento. Me siento orgulloso de ser parte de la historia de la
Fundación y me da pena que no se haya conseguido el objetivo, pero esto es
deporte y no siempre se consigue lo que deseas.
Dar las gracias a
Oscar por haberme dado la oportunidad de sentir todo lo que he sentido estos tres años. Animo Oscar, estoy seguro que con el
trabajo que haces seguro que antes de que te des cuenta estarás arriba. Lo
mismo para Fernando Bailón y Javier Molina. Gracias a Pablo Pin por el trabajo
de estos tres años. Eres muy grande y seguro que te espera una larga carrera de
éxitos. Gracias a Nico, Zamo, Alberto, Fermin, Arturo, y todos los que trabajan
en este gran club.
Mi capitán, mi
amigo, mi compañero, Pablo García. Tú sí que eres eterno. Soy afortunado de
haberte conocido. Mi agente, Paco López, Sergio Valdeolmillos, mis padres, Juan
y Loli, hermanas, Virtu y Ana, cuñados, sobrinos, suegros, tíos, etc, etc…
gracias a todos por todos estos años de no estar juntos, pero estar siempre a
mi lado. A mujer, Yadira, mi soporte diario, a mis niños, Hugo y Martín, que
siempre han sufrido por no tener a su padre en casa.
En fin, que esto no
es una despedida, es un hasta luego. El baloncesto ha sido, y será mi
vida.
Os quiero a
todos. Vamos Granada.
Pd: Seguro que me
he dejado a alguien, perdonad.
FUENTE: Pablo Romero (ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB)