Dio comienzo con dos vibrantes encuentros resueltos
únicamente sobre la bocina pero el 2-0 resultante ha terminado por decantar la
balanza del ascenso hacia el lado de un ICL Manresa que viajará ahora a la
Ciudad Autónoma dispuesto a culminar su gran objetivo de la temporada. Para
impedirlo, el Melilla Baloncesto deberá ganar en la noche del viernes y
posteriormente en una mañana de domingo que avalaría su regreso a Manresa para
la disputa de un quinto encuentro.
Con un llamamiento a su afición. Así ha comenzado la
última semana de la temporada para un Melilla Baloncesto que si algo tiene
claro es que no va a permitir que el ICL Manresa logre el punto definitivo
sobre su pista. Todo un reto que pasará por ganarle al conjunto manresano los
dos encuentros a disputar en la noche del viernes y la mañana del domingo como
hicieran ya en el campeonato liguero los jugadores de Alejandro Alcoba.
Para ello, el Melilla Baloncesto espera poder contar con
el apoyo de una afición entregada que les ayude a decantar a su favor una serie
sumamente igualada y en la que el 2-0 de los dos primeros encuentros ejerce en
estos momentos como su principal losa. Dos duelos resueltos tanto en la
prórroga como en su última jugada y que han dejado al equipo de Diego Ocampo
realmente cerca del sueño del ascenso. Un reto que el conjunto catalán ha
perseguido desde el primer día de pretemporada y para el que contarán con hasta
tres oportunidades consecutivas. Eso sí, en su cabeza no hay más objetivo en
estos momentos que el poder cerrar la serie mañana mismo, en un tercer asalto
en el que la igualdad se presupone de nuevo como la tónica reinante del choque.
Es por ello que ambos entrenadores han hecho un
llamamiento especial en sus vestuarios a una concentración que marcará el
desenlace final del encuentro. Y es que, aunque pueda parecer un tópico alusivo
a cualquier final, los pequeños detalles serán los que decidan si hay un cuarto
encuentro o si la final tiene ya campeón. Con Diego Kapelan y su lanzamiento
exterior como uno de los factores adicionales atener en cuenta, bases y pívots
volverán a cargar con el peso ofensivo de sus equipos en una noche con mucho en
juego.
Una vez superada, será momento de celebrar o, por el
contrario de pensar en un cuarto asalto que, hasta el momento, no existe en la
cabeza de los protagonistas a uno y otro lado.
La clave: De la dirección al juego interior.Quizás
sus valoraciones no hayan sido un fiel reflejo del trabajo realizado sobre la
pista pero tanto Dani Rodríguez como Lluis Costa han ejercido en los dos
primeros encuentros como los cerebros de dos equipos que han bailado a su son.
Dos playmakers que por calidad bien merecen la promoción a la Liga Endesa y que
han hecho jugar a sus compañeros con una conexión especial para unos juegos
interiores en los que Fran Guerra y Jordi Trias han ejercido como sus principales
aliados. Quien sea capaz
de sacar un mayor rendimiento a su dupla base-pívot, tendrá mucho ganado en la
noche del viernes.
El dato: Ante la heroica de
un 2-0 encontra. Dice la historia de la Liga LEB Oro que ningún equipo
pudo remontar un 2-0 en su contra en una final de la Liga LEB Oro pero sí en
unas rondas previas en la que el precedente más cercano lo firmó durante la
presente campaña el Chocolates Trapa Palencia (cuartos de final) tras 15 años
de sequía. Esa será la principal motivación de un Melilla que, en su último
precedente en una final con factor cancha en contra (2011/12) fue capaz de
forzar el cuarto encuentro tras dos derrotas en Menorca. Un primer paso por el
que pelear en la noche del próximo viernes.
FUENTE FEB (Pablo Romero)