
González firmó el año pasado unos grandes números al anotar una media de 15 puntos por encuentro, lo que le ha catapultado como uno de los aleros de más progresión en la provincia cordobesa.
Una lesión a finales del ejercicio liguero le hizo perderse la fase de ascenso a LEB Bronce y le quedó clavada una espiníta de la que espera resarcirse en la campaña venidera, en la que será dirigido por un entrenador de la casa, Antonio Luis Luna, quien ya dispone de una auténtica columna vertebral en el equipo, pues tras la renovación del alero son ya cinco los jugadores comprometidos con el CP Peñarroya: el base Felipe García, los aleros Antonio Franco y Juan González y los pivots Alberto García-Cuevas y José Manuel Aveledo.
Juan González es una alero de mucha clase y de condiciones físicas envidiables, es un jugador dotado de forma especial para el ataque (capacitado para anotar de tres, penetrar con ambas manos, finalizar con máxima efectividad el contraataque y además capaz de dar un mate delante de las narices de cualquier defensor si hace falta), ha madurado enormemente en los últimos años y ha perdido la timidez de sus inicios en EBA, ha ganado confianza en su juego y se ha convertido en un baluarte de su equipo.
Tuve la suerte de entrenar a Juan y la verdad es que es el jugador que desea todo entrenador, no falta aun entrenamiento y se emplea a fondo siempre, le gusta entrenar y disfruta trabajando. Su carro de batalla era en su momento la defensa (el sabe que hablamos muchas veces de ello), pero como siempre mostró total predisposición a mejorar, con su esfuerzo de los últimos años también ha progresado en esa faceta.
Me alegro enormemente por su progresión y espero que siga dado muchas tardes de gloria al equipo de su pueblo (al que lleva en la sangre desde chiquito), viene de una familia amante del baloncesto y eso se nota en la cancha y en como lo quiere su afición, su hermano Dani también ha sido un jugador brillante e histórico en Peñarroya.