Los entrenadores dedicamos mucho tiempo a preparar nuestros entrenamientos, a realizar scoutings a los rivales, a ver vídeos, etc, pero hay cuestiones que por elementales se nos escapan y son mas importantes de lo que a la primera vista puede parecer.
Es muy importante que sepamos "Observar el entrenamiento", a veces tenemos tantas ganas de que llegue el entrenamiento, tantas ganas de llevar a cabo lo planificado (le hemos dado muchas vueltas la noche anterior, a un ejercicio determinado, a un detalle táctico que queremos incorporar, etc), que no percibimos muchas señales que los entrenamientos nos dan.
Si somos observadores detectaremos señales de alarma que son indicativas del aburrimiento del grupo, por ejemplo el típico bostezo mientras explicamos, jugadores que se entretienen en el vestuario sin razones aparentes, calentamientos inadecuados, demasiadas bromas en determinados momentos, etc.
Recuerdo a un viejo entrenador que decía que el entrenador es como una especie de "disc-jockey", que tiene que estar todo el tiempo con los cascos puestos, llevando la melodía mas adecuada a la pista de baile, cambiando el disco cuando el ritmo baja o moviendo las luces, es decir cualquier cosa para que la gente esté entusiasmada con lo que hace y disfrute a tope.
Si los entrenadores no somos capaces de que el jugador se entretenga y se preocupe por lo que hace, es que a lo mejor no somos todo lo motivadores que debe ser un entrenador para un equipo.
Por ello debemos investigar y buscar nuevos ejercicios, inventándolos si hace falta, la cuestión es que no seamos demasiado repetitivos y que consigamos aburrir al personal.
Tenemos que renovar los chistes de vez en cuando y ampliar nuestro repertorio, que el jugador vaya cada día al entrenamiento a ver que cosas nuevas le contamos, que nunca sepa lo que se va a encontrar, tenemos que tener la música actualizada, pero eso sí repitiendo de vez en cuando las músicas maestras, esos discos que sea la época que sea siempre son bien recibidos y nunca pasan de moda (la técnica individual y su aplicación al juego).
Si somos capaces de hacer entrenamientos entretenidos, variados e interesantes para los jugadores estamos favoreciendo la capacidad de concentración del jugador casi sin darnos cuenta, cuando una música te gusta y te interesa la no solo la oyes sino que además la escuchas con los cinco sentidos, no quieres que se te escape el mas mínimo sonido y te entusiasmas tanto con ella que a veces caes ensimismado.
Si eso lo conseguimos en los entrenos, también se trasladará por correspondencia a la cancha de juego. Situaciones entrenadas y aprendidas con la motivación y concentración a tope se trasladan mejor a la práctica y se llevan a cabo de manera mas eficiente (encarar el aro, cambiar balón de lado, tras un pase me muevo y juego sin balón, disimular el movimiento real, bajar a defender, etc).
Por ello debemos ser mas observadores de nuestros entrenamientos, mirar las caras de los jugadores, sus gestos, sus miradas, su puesta en acción en los entrenos, si se interesan y preguntan sus dudas en los ejercicios, si recriminan a sus compañeros, su grado de intensidad, si son comunicativos con el grupo, etc.
Todos estos factores son muy indicativos y nos marcan pautas de intervención respecto a los entrenamientos, que sin duda repercutirán en la mejoría del trabajo diario y del rendimiento posterior del grupo.
Todos estos factores son muy indicativos y nos marcan pautas de intervención respecto a los entrenamientos, que sin duda repercutirán en la mejoría del trabajo diario y del rendimiento posterior del grupo.