Hace varios días presencié un partido de cadetes y me llamó mucho la atención un jugador que hacía las funciones de base y que sorprendentemente para mí hacía un uso adecuado del bote. Aunque parezca mentira estoy aburrido de ver partidos de élite en todas las categorías (ACB, Euroliga, NBA, etc), en los que los jugadores botan, botan y botan sin demasiado sentido y sin objetivos claros, generalmente ese tipo de jugadores casi siempre hacen llegar al espectador el típico baloncesto-tostón para otros llamados baloncesto-control que aburre hasta las ovejas.
A ese tipo de jugadores que botan y botan antes de realizar cualquier acción les llamo "jugadores yo-yo", es como si estuvieran jugando con el bote al juego infantil antes citado, por eso cuando vi al jugador que antes mencioné descubrí ese mirlo blanco que todos los entrenadores deseamos. Un chaval que pese a su corta edad botaba con sentido, 1) para progresar en el campo, 2) para mejorar ángulos de pase y 3) para generar espacios y pare usted de contar, ¿es que hace falta algo mas?, lógicamente su equipo tenía fluidez en ataque y los contraataques finalizaban en dos o tres pases, ¡qué envidia! ¡qué poquitas veces veo eso en ligas profesionales!.
Algunos de ustedes seguramente me podréis decir, que son distintas una categoría y otra, que en las ligas profesionales hay mucho en juego, podríamos inventarnos muchas mas premisas que sirvan de excusas, pero la realidad es que estoy cansado de esa pesadilla de baloncesto control con muy pocas argumentaciones tácticas, al final siempre se repiten hasta la saciedad el ejemplo del típico jugador "yo-yo" que coge el balón, bota, bota y requetebota y al final se juega un 1x1 cuando quedan 3 segundos o si acaso busca al pívot para jugar un 2x2 y continuación (diré pick and roll que suena más moderno) y que termine el pívot tirando de tres (que eso está de moda, ¿y para que se crearon los pívots?, una vez de vez en cuando vale, ¿pero tantas veces?
Los jugadores cogen la costumbre de nada más atrapar el balón botarlo, eso es un error, poner el balón rápido en el suelo nos hace perder más opciones del juego, hay que ver el campo ver a los compañeros mejor situados, la posición de los defensores y sobre todo no perder nunca la posibilidad que nos da al recibir la posición de triple amenaza (poder pasar , tirar o botar).
El bote es casi como una droga para algunos jugadores, siempre quieren tener el balón, dependen de él, les gusta poseerlo, sin embargo no dan tanta importancia al juego sin balón, hay que hacerles ver que están muchísimo más tiempo sin balón que con balón.
Se puede sacar algunas ventajas con el dribling, pero hay que tener cuidado hoy día con la agresividad de las defensas es fácil que te lleven a una esquina donde hacerte un dos contra uno (trap), por eso hay que enseñar al jugador a botar por el centro huyendo de las bandas.
A veces es un error abusar tanto del bote, a través de los pases se consigue mayor fluidez del juego y hacemos más difícil el trabajo de la defensa, por ejemplo cuando nos presionan a todo el campo, se sale más fácil sin botes que con ellos, y sin embargo vemos que los jugadores se empeñan una y otra vez en salir botando. Por todo esto insisto en que hay que usar el bote pero no abusar de ello.
A veces un jugador da más botes de la cuenta sin conseguir ningún objetivo, a todos no habrá pasado que un base está dando 5 ó 6 botes sin buscar ninguna ventaja, pasa el tiempo y al final se nos reducen los segundos de cada ataque, hay que perseguir algo con el bote, generar espacios, mejorar ángulos ,etc (nunca botar por botar, es un hábito que conviene desterrar). Además si botamos más de la cuenta damos a la defensa tiempo para reaccionar y ajustar sus posiciones a las de los jugadores ofensivos.
Los entrenadores tenemos mucho que decir en este aspecto, a veces no toda la responsabilidad del jugador, en ocasiones queremos controlar tanto el partido que echamos las bridas a la toma de decisiones del jugador y terminamos por hacer ataques en el que se dan más de 8 botes en cada uno (pueden contarlos en muchos partidos), eso es una pesadez, quita tiempo a las posesiones, ralentiza el juego enormemente y no ayuda nada al espectáculo del baloncesto.
Por último una reflexión, si abusamos demasiado del bote y jugamos al "yo-yo", ¿cuántas veces desarbolamos al rival con más facilidad porque no le da tiempo a montar su defensa?, ¿cuántas veces llevamos al oponente a un ritmo distinto al que quería?
Mi mas sincera felicitación a todos los entrenadores y en especial a los entrenadores de formación que enseñan a sus jugadores un uso adecuado del bote y hacen desaparecer de sus equipos los jugadores "yo-yo".