Ser entrenador de
baloncesto no es una tarea fácil, tampoco lo es cualquier trabajo que esté
relacionado con dirigir a un grupo, se que no estoy descubriendo nada nuevo con
estas frases pero no os hablo sólo a nivel teórico, simplemente con abrir y
leer cualquier libro de psicología y liderazgo de grupos podemos encontrar
muchísimos consejos válidos, pero escribo este post desde la visión de una
persona que lleva muchos años entrenando a equipos y que además ha dirigido un
colegio los once últimos años.
Creo que estamos
de acuerdo en que hay muchas cosas que no están escritas en los libros y que
conforman el día a día de nuestra labor, lo que para un grupo en un momento
puede ser válido para otro no lo es, no hay una respuesta mágica ni existe una
ciencia exacta que controle las emociones de las personas, sus ansiedades, sus
preocupaciones, sus alegrías, sus euforias, etc. Cada persona tiene una
inteligencia emocional y el entrenador debe ser el que las encauce, armonice y
las conduzca en beneficio del equipo y os puedo asegurar que no siempre se
consigue, pero ese es nuestro reto y ese nuestro objetivo fundamental para
conseguir una buena dinámica del grupo.
Cuando las cosas
salen bien y los resultados son positivos casi todo viene rodado y la gente se sube en el carro
rápidamente, nadie suele protestar y aunque algún directivo o jugador no esté
muy de acuerdo con algunas decisiones del entrenador los resultados suelen ser
un escudo importante que para muchas cosas, pero a veces ese escudo no es tan fuerte como aparentemente
parece y siempre hay aves de rapiña que están acechando a la mas mínima para aprovechar cualquier rendija por la que se metan.
Esas sabandijas y buitres siempre van a existir pero tenemos que aprender a
vivir con ellos y saberlos exterminar cuando aparecen, aunque a veces nos
pueden terminar devorando.
La verdadera
calidad en el manejo de grupos de un entrenador se demuestra en su grado
máximo, por la forma de gestionar las situaciones cuando vienen mal dadas, hay
que tener las ideas muy claras y una fuerte personalidad para que el grupo y la
situación dada no te sobrepasen, debemos mantener nuestros principios, nuestra filosofía y nuestras ideas, porque si no lo hacemos seremos unos veletas que lo
mismo irán en una dirección que
en otra, sin rumbo fijo y con la nave a la deriva. Pero lo cortés no quita lo
valiente, porque no se trata de ir hasta el fin del mundo con lo que crees, a
veces no debemos ser unos suicidas, escuchar a los jugadores y saber lo que
piensan, incluso tener capacidad para encajar sus críticas nos puede ayudar,
eso sí sabiendo elegir lo que es bueno para el grupo y descartar lo que
pensemos que no sea tan bueno, no quiero que ningún jugador que lea esto se
moleste pero el entrenador tiene que tener en cuenta que generalmente los
jugadores suelen ser egoístas y
miran mas lo personal (si juegan más o menos minutos, etc,), afortunadamente no todos los jugadores suelen
ser así y también los hay que nos ayudan, que suman, que hacen piña y que
merecen mucho la pena.
¿Qué necesita
tener un entrenador para ser creible y respetado por el grupo?
1) Competencia
Para poder mantener la confianza y cooperación de los jugadores el entrenador
necesita experiencia previa, aunque el tener conocimientos técnicos no se
traduce siempre y necesariamente en ser mas competente, pero si que ayuda
grandemente. Ser competente incluye rasgos como saber tratar al jugador,
manejar el tiempo eficazmente y seguir adelante con los compromisos.
2) Personalidad
La competencia del entrenador es la premisa necesaria para dirigir a los demás, pero no es suficiente. Sin una personalidad abierta y amistosa se pierde enseguida la autoridad y el respeto de los jugadores.
La competencia del entrenador es la premisa necesaria para dirigir a los demás, pero no es suficiente. Sin una personalidad abierta y amistosa se pierde enseguida la autoridad y el respeto de los jugadores.
3) Empatía
Es algo parecido a tener energía positiva, consiste en la impresión de cercanía que sabe inspirar el entrenador, haciendo que los jugadores sean conscientes de que el objetivo perseguido es igual de importante para todos. Para ello saber situarse en el lugar de la otra persona es básico y fundamental.
Cómo podemos conseguir una mayor motivación e implicación de los jugadores?
Independientemente de lo bien preparado física, técnica y tácticamente que pueda estar un equipo, hay componentes psicológicos y emocionales que influyen de forma poderosa en el rendimiento que después da en la canchas de juego.
Uno de esos factores psicológicos y que tienen una importancia esencial en el desarrollo del juego de un equipo es la motivación. Está claro que saber dinamizar y motivar al grupo será uno de los eslabones fundamentales para que el engranaje del equipo funcione.
Pautas que pueden mejorar la motivaciónd e los jugadores
1.-Fijar objetivos inmediatos, el hecho de ir consiguiendo objetivos a corto plazo hace que el jugador refuerce su confianza, crezca su autoestima y afronte lo que le va a ir llegando con una predisposición y una fe en sus posibilidades mayor.
2.-Dejar que los jugadores tomen iniciativas, libertad de acción aunque no libertinaje, cada cual debe saber para que está y cúal es su misión, pero no deben sentirse encorsetados y mediatizados en todas las determinaciones que deban tomar durante el juego.
Es algo parecido a tener energía positiva, consiste en la impresión de cercanía que sabe inspirar el entrenador, haciendo que los jugadores sean conscientes de que el objetivo perseguido es igual de importante para todos. Para ello saber situarse en el lugar de la otra persona es básico y fundamental.
Cómo podemos conseguir una mayor motivación e implicación de los jugadores?
Independientemente de lo bien preparado física, técnica y tácticamente que pueda estar un equipo, hay componentes psicológicos y emocionales que influyen de forma poderosa en el rendimiento que después da en la canchas de juego.
Uno de esos factores psicológicos y que tienen una importancia esencial en el desarrollo del juego de un equipo es la motivación. Está claro que saber dinamizar y motivar al grupo será uno de los eslabones fundamentales para que el engranaje del equipo funcione.
Pautas que pueden mejorar la motivaciónd e los jugadores
1.-Fijar objetivos inmediatos, el hecho de ir consiguiendo objetivos a corto plazo hace que el jugador refuerce su confianza, crezca su autoestima y afronte lo que le va a ir llegando con una predisposición y una fe en sus posibilidades mayor.
2.-Dejar que los jugadores tomen iniciativas, libertad de acción aunque no libertinaje, cada cual debe saber para que está y cúal es su misión, pero no deben sentirse encorsetados y mediatizados en todas las determinaciones que deban tomar durante el juego.
3.-Que hablen mucho entre ellos y con el entrenador (la comunicación), todos
los que conformen el equipo deben saber cuales son los objetivos que se
persiguen, deben saber cuales son los mas importantes y cuales son los
prioritarios, es así cómo todos los miembros de la tripulación remarán en la
misma dirección.
4.-Cooperación en todo momento, eso no tiene que ir reñida con una competencia
en los entrenamientos y en el trabajo diario, pero una competencia sana que
hará que suba el nivel del equipo. Si no medimos adecuadamente el grado de esa
competencia, puede ser al final dañina.
5.-Reunirse y estar juntos cuántas mas veces mejor, hay que fomentar puntos de
encuentro, convivencias, reuniones, etc. Estos encuentros no hacen sino
aumentar la unión del grupo y favorecen mucho la integración de unos y de
otros, jóvenes y veteranos, tímidos y extrovertidos, graciosos y serios, etc.
6.-Aprender de los errores, en cualquier trabajo se cometen errores, pero
lo importante es aprender de ellos, saber valorarlos, comprender en que nos
hemos equivocado. A partir del error se crece baloncestísticamente, debemos
corregirlo y sacar conclusiones positivas de ellos en el sentido de mejorar los
fallos. Otra cuestión importante es saber perdonarse los errores de unos a
otros, sin equivocarnos será muy difícil progresar.
7.-El éxito y el fracaso son de todos, no debemos fijarnos solo en los fallos
de los demás, es mas productivo animar y felicitar cuando se dé el caso, a
todos nos gusta que nos digan que hacemos las cosas bien. No debemos olvidar
que somos un equipo y ganamos todos y perdemos todos, y cuando salen las cosas
estupendamente, es culpa de todo el equipo.
8.-Crear la
necesidad al jugador de que mejorar día a día, no vamos al entrenamiento solamente a fichar
y pasar el rato, vamos a mejorar, a aprender, que no sepan de antemano la
rutina establecida, que cada día se encuentren algo nuevo que despierte su
curiosidad e interés, que tengan el reto de aprovechar cada minuto del
entrenamiento para prepararse y aumentar sus conocimientos y capacidad.
Aunque todo lo que aquí he expresado son cuestiones que pueden mejorar las situaciones cuando van mal dadas, a veces no son la panacea y las cosas igual no se llegan aenderezar, en estos casos como suele ser habitual las culpas se centran en el entrenador y todo puede acabar con su cese o dimisión. Pero ya se sabe que aunque las culpabilidades se deberían repartir entre todos, la cuerda se suele romper por el lado mas frágil. Pero mi mensaje final es que si el entrenador trabaja con ilusión, dedicación y honestidad su conciencia estará tranquila y siempre estará orgulloso de su trabajo.