No pudo ser.
Aceitunas Fragata lo intentó, dio lo mejor de sí, pero acabó cayendo en la
cancha del Covirán Granada en la final de la Copa LEB Andalucía. Un marcador de
84-71 es quizás demasiado castigo, pero explica muy bien qué es lo que ocurrió
durante el encuentro, que estuvo muy igualado en todo momento hasta que los
locales dinamitaron a sus rivales con un último cuarto demoledor.
(Foto extraída de la web de la FAB)
Comenzaba el
partido igual que la ida, con ambos equipos un tanto desconectados, cometiendo
pérdidas extrañas sin que el rival las aprovechase demasiado, aunque Granada sí
hacía algo de mella en el marcador. No obstante, Morón demostraba cierta
superioridad en el juego, gracias a las buenísimas actuaciones, una vez más, de
Tyler, Chagoyen y Rubén, que anotaron varios triples, repartieron juego con
eficacia y lideraron una defensa muy intensa. Esto se traducía en contras
rápidas que hacían mella en la canasta granadina. Pero el Covirán tiene
demasiados recursos y contestaban a los triples sevillanos. Se agarraban a la
grandísima aportación ofensiva de Bortolussi (21 puntos, 7/8 en tiros de dos y
a la postre MVP con 27 de valoración), que hacía mucho daño con sus internadas.
Aun así, Morón mandaba por muy poco en el marcador, 15-16, al final del primer
cuarto.
En el segundo, los visitantes
salieron con más mordiente que Granada. Pronto ponía ventaja en el marcador el
Aceitunas Fragata Morón gracias a la buenísima actuación de Jesús Chagoyen, que
tiró de recursos tanto interiores como exteriores para anotar. Ayudó muchísimo
que Granada se cargase muy pronto de faltas (aunque luego se compensasen un
poco) y el tiro libre se convertía en el gran aliado moronense, especialmente
de Alo Marín, 5/8 en esa suerte, que aun habiendo mejorado, sigue siendo uno de
los talones de Aquiles del conjunto. El jugador de San Fernando fue el más
destacado en este periodo, aprovechando la fantástica defensa para hacer robos
de balón rápidos y encestar canastas de fantasía (él fue el mejor del Morón,
con 17 puntos y 20 de valoración). Granada estaba un poco desbordada, pero
aprovechaba con creces los centímetros que les sacaba a sus rivales para seguir
en el partido gracias a los múltiples rebotes (22 más en total) y las
penetraciones fáciles a canasta (soberbios en esta faceta Corts y,
especialmente, Martínez). Aun así, Aceitunas
Fragata Morón mandaba en el marcador con esa ligerísima diferencia de un punto.
Y tras el paso por
vestuarios, algo cambió. De repente Granada estaba más crecida y al Aceitunas
Fragata Morón le costaba encestar. No es que atrás flaquease la cosa, y la
producción ofensiva generó 21 puntos (por 28 de Granada), pero no había tanta
fluidez como en el partido de ida o en los primeros minutos del encuentro. Aun
así, la cosa estaba igualada, como toda la tónica del partido, con tanteos y
cambios de marcador, hasta que llegó el factor diferencial en forma de tres
puntos. Tras un tiempo muerto, además. No había aparecido en todo el encuentro
salvo para cometer pérdidas, pero Joel Almeida acudió al rescate de su equipo
en un momento crítico. Aprovechó Granada un dos más uno del jugador para que
luego Jesús Fernández (ay, Jesús…) anotase 2 triples casi seguidos, noqueando
al Aceitunas Fragata Morón. Los sevillanos veían cómo su rival empezaba a
romper ese pacto de igualdad y concluía el tercer periodo con un 58-52. El
tiempo muerto fue clave, porque hasta ese momento, Aceitunas Fragata Morón
estaba jugando muy buenos minutos, con Alo a la cabeza y grandes momentos de
los tres de siempre, así como minutos interesantes de Emmanuel Okoroba.
Pero esa pausa y la
que hubo entre el tercer y el último cuarto parecieron acabar con el Aceitunas
Fragata Morón. De hecho, llegó demasiado tarde al periodo final. El marcador de
Granada no paraba de crecer, con Almeida y Corts tocados por una varita, mientras
que el de Morón se mantuvo en ese 52 durante demasiados minutos. De repente,
los triples no entraban, los rebotes caían a las manos granadinas y la defensa
había bajado su efectividad. A eso se le sumó la expulsión de Chagoyen, que fue
acumulando faltas extrañas, durante prácticamente todo este tiempo. No fue el
día de muchos jugadores, que lo intentaban y lo intentaban, pero no entraba
nada. Tuvo que salir Alejandro Rodríguez a aportar algo de luz con muy buenos
minutos, pero eso no fue suficiente. Al final, con los jugadores algo agotados,
Granada se desmelenó y comenzó a poner tierra de por medio para llevarse esta
edición de la Copa LEB Andalucía.
Para sacar una
lectura positiva, está claro que este equipo sabe competir, y muy bien. No
debemos olvidar que el proyecto de Covirán Granada es inmenso, probablemente la
mejor plantilla de la liga, y durante el primer partido y 2 cuartos y medio de
este, se han encontrado con un equipo que les ha plantado cara y les ha ganado.
Estas sensaciones se verán en el debut en casa la próxima semana contra
Albacete. Porque, ahora sí, de forma oficial, vuelve la ilusión. Vuelve
Aceitunas Fragata Morón.