He querido rescatar este artículo escrito hace varios años por ALFREDO AICARDI ARCE (entrenador uruguayo que entrenó durante varias temporadas al Marbella de liga EBA EN ESPAÑA). Es un artículo que me encanta releerlo de vez en cuando y que refleja con mucha exactitud los diferentes momentos por los que pasa un entrenador, realmente no tiene desperdicio, juzguen ustedes:
MOMENTOS DEL ENTRENADOR
Por lo general, está solo. Es sin dudas, la más solitaria de las profesiones. Los entrenadores, en conjunto con los jugadores, somos capaces de brindar alegrías y tristezas inusitadas, a tanta gente que a veces ni lo sabemos.
En el momento del triunfo es cuando todos los rostros nos sonríen: afición, directivos, todo el mundo esta feliz. La prensa se muestra cautelosa, casi nunca muy generosa en halagos. Es el momento mágico, el que todos queremos y que nos hace creer que esta profesión es maravillosa, nos da fuerzas para seguir adelante, nos motiva y a veces sentimos que nos da "crédito" para cuando vengan las derrotas.
De todas formas, no nos permite relajarnos, pues sabemos que siempre hay algo que ajustar, aspectos a mejorar, planificar el próximo partido y claro, casi ni disfrutamos ese momento. Pero también hay otros momentos: como el de la derrota: la cual duele, aplasta, perfora, cuando no aparece nadie o casi nadie, cuando las criticas son despiadadas, es normal: le hemos dado a la afición, directivos y a mucha gente, dolor, tristeza.
Sin quererlo hemos provocado eso y es en ese instante es cuando surgen espontáneamente los "buscadores de soluciones" presurosos de opinar, intentando obtener respuestas simples a preguntas complicadas y viceversa. Aparentemente, en ellos están las soluciones a todos los problemas: si hubiéramos hecho esto o aquello, no hubiéramos perdido; ¿cómo no se nos ocurrió antes?,etc. Nadie piensa que hemos pasado la semana trabajando horas y horas en aspectos del juego que después han fallado, pero que se han previsto; tampoco piensan (porque no lo saben o no lo creen), que el insomnio nocturno casi "pertenece a la familia", que nos despertamos durante la noche a hacer anotaciones sobre ideas del juego que surgen increíblemente mientras dormimos.
Tampoco nadie tiene en cuenta jamás las horas y el dinero invertidos en estudios, perfeccionamiento , clinics, apuntes, libros, videos, eso no cuenta: cualquiera puede opinar con soltura de este juego, casi como si lo conociera. En esta profesión, por pertenecer a un deporte, a un espectáculo publico que todos pueden ver, parece autorizar a todos a opinar. Hoy en día abundan los "opinólogos", personajes con escaso conocimiento que apuntan en cualquier dirección sin cuidado alguno, porque así, tal vez, acierten en algún concepto. Se confunde lo que es análisis con critica desmedida y sin sentido; pero a eso y mucho mas, está expuesta esta bendita profesión, ya que las criticas en las derrotas, apuntan casi siempre en la misma dirección: el entrenador.
No conozco entrenador que haya logrado algo importante en su carrera que no sea apasionado; tampoco conozco (ni creo que exista), alguno que no sufra. Alguien dijo:"algún día el mundo los comprenderá". Eso es difícil que suceda, pero lo que sí es necesario es que se respete más la tarea, la profesión, la persona y el trabajo del entrenador.
Todos aceptamos que el camino a recorrer es largo y con obstáculos, que en los niveles profesionales los resultados mandan, que hay muchas injusticias. Pero hemos elegido esta profesión, la amamos y hemos aceptado convivir con los buenos y malos momentos y las consecuencias que estos conllevan. Y tenemos que seguir creyendo en nuestro ideales , luchar por dignificar la profesión y aprender cada día algo más.
Disfrutar los momentos, las alegrías, las victorias. Sentirnos felices por poder entregarnos al trabajo de cada día. Y sin pecar de "incomprendidos" o perseguidos, tenemos la esperanza que se confirme la frase: "algún día el mundo nos comprenderá".