**Antonio Carrillo entrenador de reconocida solvencia y que ha colaborado en anteriores ocasiones con el Blog Viveelbasket, nos envía un extracto de su trabajo titulado "Qué es entrenar? y que forma parte de un nuevo proyecto que saldrá a a luz próximamente de la mano de INDE Publicaciones: Monográfico sobre Minibasquet. Agradecemos como siempre a Antonio su gentileza con el blog y le felicitamos de antemano por su nueva aportación**
¡QUÉ ES ENTRENAR?
Después de lo leído hasta aquí, ¿te
atreves a definir qué es entrenar? No es tarea baladí, ¿verdad? Pues, como no puede
ser de otra manera, ¡voy a intentarlo!
“La esencia de la formación es conseguir que las personas –te
explicaría Alberto Lorenzo (Club Estudiantes)- trabajen
por ellas mismas, no por algo externo”.
Por lo tanto, y como suele repetirme una
y mil veces él a mí: “entrenar
no es simplemente diseñar una serie de ejercicios de forma progresiva con más o
menos sentido, sino ayudar a
alguien a desarrollar su máximo potencial y a que alcance aquello que él quiere
por sí mismo; no lo que nosotros (nuestras metas) o la de sus padres (sus
sueños) pretendamos de él”.
No sé si estarás de acuerdo conmigo o no
pero, para mí, la palabra clave en la definición de Alberto Lorenzo (Club
Estudiantes) no es otra que ayudar.
“Si
logras ayudar a al jugador en algún ámbito de su formación específica o general
–me recuerda siempre Ángel Goñi (Club Estudiantes)– date por satisfecho por la contribución que hayas realizado”.
Esa contribución que realices durante los
primeros años de formación debe ir
enfocada a la persona y no tanto al grupo. Es decir, que debes
entrenar para desarrollar al máximo el talento individual de cada jugador. En
este sentido, Joan Plaza (Entrenador de Unicaja de Málaga), en declaraciones
realizadas al diario deportivo Mundo Deportivo destacaba este hecho: “Hay que entrenar para mejorar como solistas y, con el paso del
tiempo, al conjuntarlos, tendremos una orquesta”.
La mayoría de los entrenadores jóvenes
–tú incluido-, no sé si tenéis clara esta idea y pretendéis formar un equipo
desde muy pronto para poder “competir” contra otros, con lo cual los
entrenamientos no van encaminados a desarrollar el potencial individual de cada
uno de vuestros jugadores, sino a ser un buen equipo desde muy temprana edad.
Cabe recordar que “existen
diferencias en el aprendizaje de unos y otros y que, por lo tanto, éste no se
va a producir de forma lineal y constante” te diría Alberto Lorenzo
(Club Estudiantes). “Cada jugador va a
aprender de forma diferente. En ese camino, el entrenador lo acompañará, pero no podrá enseñarle mientras que la persona (en este caso el niño o el jugador) no quiera aprender o esté preparado para ello”.
Ese aprendizaje, de nuevo Alberto Lorenzo
(Club Estudiantes): “traspasa incluso las
líneas del campo de baloncesto y en muchas ocasiones se produce hasta fuera de
él”. Por lo tanto, el entrenador necesita una formación continua y
global en diferentes materias (humanística, psicológica, pedagógica,
comunicativa…), que va más allá de la meramente deportiva.
Ves, en este punto, Alberto Lorenzo y
Ángel Goñi (no sé si por pertenecer ambos a la disciplina del Club Estudiantes,
o por llegar por el mismo camino o diferente a los mismos porqués) coinciden en
que tu proceso formativo nunca acaba, sino que es continuo y global para que
entiendas el porqué de las cosas y lo transmitas cada día mejor.
No te preocupes por intentar destacar muy
rápido en el aspecto técnico, o táctico, o físico, o psicológico… o incluso a
gestionar bien las problemáticas que aparezcan, sino que lo que debes transmitir en todo momento es mucha ilusión, para
no desanimar al jugador que caiga en tus manos.
¿Qué deberías hacer para que se den unas
buenas condiciones para la enseñanza y el aprendizaje del jugador? Otra vez, en
palabras de Alberto Lorenzo (Club Estudiantes): “deberíamos
generar un
entorno muy
cálido, rico e inestable –para acostumbrar al
jugador a responder ante cualquier situación imprevista, y a no saber
exactamente lo que va a ocurrir de antemano y no se sorprenda porque ya lo
conozca-, que
provoque máxima concentración y participación en el jugador”.
A colación de este comentario David
Perkins (Profesor de Educación en Harvard), en una entrevista publicada en el
diario digital ABC el lunes, 24 de agosto de 2015, te propone que: “en los colegios–en tu caso la pista de
baloncesto- se enseñe a pensar como
una asignatura más”, antes que cualquier otro tipo de enseñanza
que se pretenda.
Es posible aprender a pensar mejor con
estrategias sencillas. Ya se sabe que pensar es cognitivamente costoso, pero se
debe intentar jaqueando la mente (mirar hacia
otro lado, contemplar otras posibles opciones, pensar a largo plazo, pensar más
rápido…) Inténtalo con tu jugador para que se acostumbre a pensar más
rápido y mejor. Está bien enseñarle a tirar a la canasta, pero debe saber
cuándo tirar y por qué, y decidir rápidamente.
Ves, y no es casualidad, otra vez surge
la idea de preocuparte del jugador o, dicho de otra manera, de tus jugadores. “Ante todo debes preocuparte de tus jugadores” –me
recuerda en tono distendido cuando hablamos Ángel Goñi (Club Estudiantes)- y no
tanto de caer bien a sus padres, al Presidente del club y la Junta Directiva,
al Director Deportivo o Coordinador, si tenéis, para que te tengan en cuenta de
cara a la próxima temporada. “Con
estas personas debes tener un trato cordial, pero
no te
olvides que los importantes para ti son los
jugadores a tu cargo durante ese año”, me recalca. Estás al
servicio de las personas (jugadores) no para defender tus ideales deportivos y
baloncestísticos.
En definitiva, la enseñanza debe ser significativa; es decir,
que vaya orientada a la mejora de la práctica y no a la mejora de la
herramienta sin saber el porqué de lo que se hace.
O sea, que no deberías enseñar cinco
formas distintas de cambiar de mano (procedimientos), sin saber cuándo utilizar
un cambio de mano u otro (contexto general) y para qué hacerlo: enseñarles a
pensar. Por lo tanto, deberías empeñarte en perseguir y desarrollar en tu
alumno el pensamiento crítico y la
creatividad que lleve dentro.
AUTOR: ANTONIO CARRILLO (Entrenador Superior de Baloncesto)