El Ecoculture CB
Almería de 1ª División Nacional masculina busca esta temporada el regreso al
baloncesto de elite. De momento, lleva doce victorias en doce partidos y camina
con paso firme hacia la Liga EBA, el gran objetivo de la entidad rojilla este
año en la parcela masculina. A lo lejos, en un futuro, el sueño es volver a
contar con un equipo en las principales categorías, como ya ocurriera en la
campaña 2007-2008 cuando el club almeriense militó en la LEB Plata.
Entonces, en
aquella plantilla, se encontraban, entre otros, dos jugadores que conectaron
con la afición y la sociedad almeriense. Javi Zalvide, un base onubense, y
Jesús Castro, un escolta gallego. Conectaron tanto con Almería y con su gente
que terminarían por echar raíces en la ciudad. Tras ese año, ambos proseguirían
con sus carreras deportivas. Zalvide apenas un par de temporadas más; Castro,
hasta este mismo verano en algunos de los mejores equipos de la LEB Oro. Y
ahora, ambos, establecidos familiar y profesionalmente en Almería, se han
reencontrado en la pista para ayudar al club en su trayectoria de vuelta a las
grandes ligas nacionales.
Ambos echan la vista
atrás. “Vine con ilusión por estar en un sitio relativamente cerca de casa”,
explica Zalvide, que entonces era “un joven con mucha ambición y ganas de
seguir progresando en el baloncesto”. Ahora, casi diez años después, “trabajo
en una empresa que no tiene nada que ver con el deporte, vengo de estar seis
años sin practicar baloncesto y soy una persona mucho más madura”, relata.
“Venía de jugar en
la misma categoría y venía a un equipo muy fuerte”, cuenta Castro, que hace una
década se valía de un juego mucho más físico. “Penetraba más a canasta, hacía
mates, iba a por todos los rebotes… Ahora tengo más experiencia, obviamente el
físico no es el mismo y tengo que intentar otro tipo de cosas más adecuadas a
mi forma de jugar ahora”, comenta.
En 2007, cuando
ambos llegaron a Almería, tanto Zalvide como Castro buscaban lo que todo
jugador joven. “Mis ambiciones eran las que tiene todo el mundo, llegar a lo
más alto posible”, narra el onubense, para quien “alguna gente tiene el camino
más directo, por estar en clubes de ACB, y otra gente tiene que dar un poco más
de vuelta pero acaba llegando a donde tiene que llegar”. Él, personalmente,
tenía “aspiraciones de seguir mejorando y creciendo y de subir el nivel”. “Mi
primera ambición era llegar a la ACB, que es lo que todo jugador quiere”,
reconoce el gallego, “y Almería era un buen sitio para dar el primer paso con
un ascenso a LEB Oro; deportivamente no pudimos conseguirlo pero sí que gracias
a esa temporada pude irme a otro equipo que sí jugaba LEB Oro y fue un paso
adelante con la pena de no haber logrado el ascenso aquí”.
En 2017, Almería es
ahora el final de sus carreras. Una trayectoria que ambos, dentro de ese
carácter ambicioso que tienen, hubieran querido que llegara a más. “Siempre
esperas un poco más”, apunta el base, “pero sí es cierto que en los sitios en
los que he jugado he estado muy a gusto y muy contento, con unos compañeros
magníficos y con directivas y clubes muy profesionales; no tengo ninguna
queja”. “Lo único que he echado de menos ha sido jugar un año entero en ACB, se
ha quedado en un sueño”, dice el escolta, para quien “por suerte he tenido la
oportunidad de jugar en equipos punteros en LEB Oro, así que al final no he
sido la última rotación de un ACB pero sí uno de los jugadores más importantes
en los equipos en los que he estado”.
Ninguno esperaba
echar raíces en Almería. “Ese año en Almería conocí a mi actual pareja y la
ciudad me acogió también dos años después cuando dejé el deporte profesional y
aquí ha sido donde he empezado mi carrera laboral”, expone el onubense, que
siempre pensó que “terminaría en Huelva cuando dejara el baloncesto, pero la
vida es así; en Almería vivo estupendamente y soy súper feliz”. “Desde luego
que no lo pensé, entonces no tenía tiempo para pensar que esta iba a ser mi
ciudad definitiva, pero tuve la suerte de conocer a la persona que me acompaña
en mi vida y la calidad de vida de la ciudad me encanta; no hubo ninguna
discusión acerca del lugar en donde íbamos a vivir”, afirma el gallego.
Con su edad y su pasado,
ambos coinciden en que “contamos muchas batallitas”, ya sean de ese año que
compartieron en Almería en LEB Plata como “cosas personales en otros equipos o
con compañeros que hemos tenido en común en otros sitios”. “Encontrarme con
Jesús diez años después es estupendo; de hecho, después de haber estado seis
años inactivo, uno de los motivos por los que he vuelto era por coincidir con
él”, reconoce Zalvide. “Para mí, que Javi esté en el equipo es un apoyo muy
grande, porque conoce muy bien este deporte y ayuda al equipo con su
experiencia”, añade Castro.
Ambos se siguen
lanzando flores. “Físicamente no le veo demasiado cambiado”, dice Javi de
Jesús, “pero deportivamente, obviamente, ha mejorado porque ha seguido su
carrera en los mejores equipos de LEB Oro”. “Como persona, igual”, sigue,
“siempre echamos unas risas”. “Tanto en lo personal como en lo físico se
encuentra igual, se ha mantenido muy bien”, dice Jesús de Javi, “y a pesar de
que se retiró mucho antes, se le nota que es capaz de manejar el partido a la
perfección y cuando las cosas se ponen calientes para el juego exactamente
igual que hacía antes”.
Aquel año en LEB
Plata, el club almeriense llegó hasta cuartos de final. “Creo que, por equipo,
nos quedamos un poco cortos, pero tuvimos la mala suerte de cruzarnos con
Gijón, que ese año era uno de los cocos de la liga”, recuerda Zalvide. “Al
final el baloncesto, como cualquier deporte, es así; no llegamos en nuestro
mejor momento de la temporada a los play-off”, suma Castro.
Hoy, en 1ª División
Nacional, “teniendo en cuenta nuestra trayectoria y si seguimos trabajando y
siendo una piña, no podemos descartar el ascenso deportivo”, cuenta el primero
de ellos, si bien “no me atrevo a mirar más allá, porque las ligas son
complicadas y dependerá de la planificación del club para años posteriores.
Almería siempre ha tenido mucha tradición de baloncesto y todos queremos tener
un equipo en una división más alta, es a lo que aspiramos todos, los que
estamos aquí, los que hemos jugado aquí y los que vivimos aquí”.
También con cautela
se expresa el segundo, para quien “hoy en día es muy complicado sacar un equipo
adelante”, recordando que “ya ha pasado con el equipo femenino este año
pasado”. “Nos guste o no, en este deporte es muy complicado encontrar patrocinadores
que estén dispuestos a invertir”, algo que “también hay que entender, porque
cada uno mira lo suyo”. Subir es “un deseo que queremos todos, pero prefiero
ser prudente e ir poco a poco, que el club siga intentando enganchar al público
y a las empresas y que cuando llegue el momento de pedir la gente esté tan
enganchada que le apetezca”. Ese, dice, sería “el primer paso hacia la Liga EBA
y poco a poco hacia nuevos objetivos”.
Futuros retos en
los que ni Javi Zalvide (36 años) ni Jesús Castro (33) se quieren mojar aún en
si estarán o no. “Depende de muchas cosas”, coinciden ambos, para quienes el
baloncesto ya es algo para su disfrute. La familia y los negocios ocupan, casi
una década después, el primer lugar en su lista de prioridades.
COMUNICADO CB ALMERÍA