La propuesta que hicimos sobre debatir los mejores tiradores ha tenido una buena respuesta, independientemente de las discrepancias y los diferentes puntos de vista, han salido ideas muy interesantes en los comentarios pinchados en el blog.
Por ello he pensado en proponer otro debate que en este caso tiene una doble vertiente, ya que son muchos los jugadores y entrenadores que lo visitan.
La propuesta objeto de debate es la siguiente:
a) JUGADORES: ¿Quién fue tu primer entrenador? ¿Cómo era tu primer entrenador? ¿Qué recuerdos guardas de él?...
B) ENTRENADORES: ¿Cúal fue el primer equipo al que entrenaste? ¿Qué recuerdas de los jugadores que tuviste? ¿Cuales fueron las mejores satisfacciones que te llevaste?...
Indudablemente puede haber entrenadores que puedan dar su opinión dese las dos vertientes, seguramente habrán sido como es mi caso jugador antes que entrenador.
Como siempre me gusta mojarme, romperé el hielo diciendo que mi primer entrenador fue Antonio Millán Berral, después coincidimos ambos como entrenadores en Maristas de Córdoba, Antonio enseñaba movimientos de piés en el pívot como jamás se lo he visto hacer a nadie, gran entrenador de técnica individual y mas enamorado de dejar libertad de acción al jugador que de encorsetarlo con demasiados sistemas. Pero en lo que mas destacaba era en su afabilidad y humanidad, creaba un clima especial de afectividad y confianza en el equipo. Si hubiera sido mas competitivo (no era lo que mas le importaba), seguramente estaría hoy día entre los grandes entrenadores.
El primer equipo que entrené fue un Infantil Femenino, yo era jugador senior con el Córdoba OJE (de allí nació años después el Club Juventud, que luego se llamó Colecor y conocido por la mayoría por Cajasur de Córdoba), y me ofrecieron llevar al equipo Infantil Femenino del Colegio Jerónimo Luis de Cabrera de Córdoba. Recuerdo que fuimos campeones escolares y disputamos el Campeonato de Andalucía en Cádiz, lo mas importante era la ilusión que teníamos todos por aprender y mejorar nuestro conocimiento del juego (como cualquier chaval de 19 años que era los que yo tenía, dí muchos palos de ciego y cometí muchos errores, pero pocos nos ganaban en dedicación y esfuerzo, eso nunca faltaba).
Bueno, yo ya solté mi historia, ahora espero que los demás vayan interviniendo y recordemos esos momentos tan bonitos, que seguro tiene todo jugador y entrenador de su primer año.