Me fascinas baloncesto, me enamoras y me subyugas, cuando tengo un balón entre mis manos mas que cogerlo LO ACARICIO CON CARIÑO y sueño que hago cosas maravillosas con él. Mi imaginación vuela, invento jugadas y deseo con todas mis ansias que llegue pronto el próximo entrenamiento con mi equipo, me he dado cuenta que cuanto mas me ESFUERZO mas contento salgo después de los partidos.
Siempre me divierto cuando estoy sólo con un balón y una canasta, pero cuando mas realizado me siento y mas disfruto es cuando entreno y juego partidos con mis compañeros.
(Foto extraída de www.laverdad.es, L.V)Cuando nos sale una jugada bien la alegría y la sonrisa inunda nuestros rostros, la emoción nos embarga y la
UNIÓN se hace mas patente entre todos nosotros. Cuando todos defendemos con ahinco y hacemos ayudas defensivas nos sentimos mucho mas
SOLIDARIOS en el esfuerzo y la palabra
EQUIPO adquiere su máxima dimensión.
Nos gusta animarnos unos a otros tanto en defensa como en ataque, nuestro entrenador nos ha dicho que tenemos que HABLAR mucho y COMUNICARNOS, a veces los gritos y las voces se convierten en MÚSICA necesaria de oír, nos avisan de detalles importantes del juego y tengo la sensación de que formamos una PIÑA que nos hace sentirnos mas fuertes al sentir el aliento y el apoyo de unos y otros.
Siento placer con muchas jugadas, pero cuando consigo dar una ASISTENCIA soy el jugador mas feliz del mundo, veo que mi compañero se pone mas contento al meter la canasta y me agradece el gesto y eso para mí tiene mas importancia que ser yo el autor de la canasta. Pero cuando soy capaz de dar una asistencia con un pase por la espalda o hacer un alley-hoop con algún compañero, el baloncesto se convierte en algo mágico y especial, yo diría que parecido a una OBRA DE ARTE.
Pese a ser un chico joven ya he jugado muchos partidos de baloncesto y he sentido tanto el gozo y la alegría por ganar, como el dolor por el sabor de la derrota, me he acostumbrado a saber asimilar y digerir SABER GANAR Y SABER PERDER.
Un año ganamos una final y fue algo especial y maravilloso, todos estábamos contentos desde nuestros entrenadores, nuestros padres y por supuesto nosotros mismos, dimos una vuelta de honor como los toreros y aquello fue el no va mas, por supuesto después tuvimos la consiguiente celebración que fue punto y aparte y en ella nos descosimos un poco (pero todo controlado).
Sin embargo no todo ha sido un camino de rosas, también he pasado por momentos difíciles y tristes, como es natural se encuentran en ocasiones espinas y dificultades en el camino. He aprendido que no debemos rendirnos nunca y que los obstáculos que nos encontremos con TRABAJO Y DEDICACIÓN se pueden superar.
Recuerdo que una vez fallé una bandeja final en un momento crítico de partido, me quería esconder y huir de la vergüenza que sentí, el mundo por unos momentos se me vino abajo, pero enseguida mis compañeros vinieron al rescate y mi entrenador me enseñó que EL BALONCESTO ES UN JUEGO DE ACIERTOS Y ERRORES, que debemos superar los posibles fallos y que EL DEPORTE SIEMPRE NOS DA LA OPORTUNIDAD DE LEVANTARNOS CUANDO NOS CAEMOS, enseguida llegará otro partido en el que seguramente nos podremos resarcir de ellos.
Una vez lloré amargamente porque perdimos un partido en el último segundo con el sonido de la bocina, fue una sensación dolorosa y lo pasamos mal (era como morir en vivo), PERO MI ENTRENADOR QUE POR CIERTO ES UN GRAN PSICÓLOGO y está en todo, me hizo comprender que esas situaciones son lances del juego que siempre se pueden dar y que en otras ocasiones le sucederá al equipo contrario. No por meter una canasta mas seremos mejores o peores, lo importante según él, es que APRENDAMOS DE CADA SITUACIÓN, MEJOREMOS, PROGRESEMOS Y MADUREMOS.
Hay ocasiones en las que hemos llevado una ventaja de casi veinte puntos en el marcador y al final el rival nos ha remontado, esto verdaderamente si que me ha costado entenderlo y me ha dado cierto PÁNICO de que volviera a repetirse. Nuestro entrenador nos reunió a todos y nos dijo que que si no queremos que eso se repita, siempre tenemos que estar CONCENTRADOS los cuarenta minutos, que NUNCA NOS RELAJEMOS y que siempre RESPETEMOS AL RIVAL, por mucho que nos pueda parecer que tenemos la situación controlada y en nuestras manos.
Quiero destacar situaciones que no cambiaría por nada del mundo y que me hacen estar totalmente enganchado este fabuloso juego. Jugarte el balón decisivo del partido o tirar un tiro libre con el reloj a cero y el partido perdiendo de uno o empatado, son SITUACIONES DE MÁXIMA TENSIÓN en las que la adrenalina me llena y que te llevan al éxtasis o la frustración, pero que todos los jugadores anhelan o desean vivir.
Se viven también momentos de DESESPERACIÓN como cuando perdemos un balón decisivo en un final de partido o cuando perdemos una final de un campeonato, ¡tierra trágame!. Pero como dice un famoso locutor televisivo, son los momentos que diferencian a los niños de los hombres. Tenemos que CRECER COMO JUGADORES y habituarnos a las situaciones que depara el juego por difíciles y trascendentales que sean.
No quisiera dejar de decir que hay cosas que veo en el baloncesto que hacen que me rebele y me cabree en algún momento, me dan coraje los típicos "chupones" que son EGOISTAS y se las tiran todas (con lo bonito que es buscar un pase mas). Tampoco me gusta recibir arbitrajes desfavorables e injustos, aunque mi entrenador nos inculca siempre el RESPETO A LA FIGURA DEL ÁRBITRO (nos dice que es un deportista como nosotros y que puede tener días buenos y malos).
PARA MI EL BASKET ES VIDA, lo quiero y me cuesta vivir sin él, aunque pueda parecer algo exagerado nunca me canso de practicarlo ni de verlo por TV, estos últimos días he disfrutado como un cosaco con el triunfo de la Selección en el Eurobasket de Lituania. Sergio Scariolo, Juan Carlos Navarro, Pau Gasol y todos los demás jugadores me han han hecho vivir momentos inigualables y de gran sabor a basket, me he sentido orgulloso de ser español. Por eso quiero transmitir a otros chavales como yo mi pasión y mi amor por el basket, el deporte de la canasta nunca nos va a defraudar, ¡no dejar de quererlo!