**Hace pocos días tuvimos la oportunidad de asistir a la charla que dio Antonio Carrillo Ruíz en Córdoba dentro del ciclo de conferencias organizado por la Federación Andaluza de Baloncesto para la temporada 2016-17 sobre "el diseño de tareas con incertidumbre", en su momento ya escribí una breve reseña sobre la misma. Días después Antonio Carrillo se puso en contacto conmigo para agradecerme dicha reseña y tuvo la generosidad de ofrecerme el envío de un artículo escrito sobre el desarrollo de la misma. A continuación podéis leerlo en su totalidad y aprovecho la ocasión para felicitar públicamente a Antonio Carrillo por su exitosa charla y le agradezco desde Viveelbasket su colaboración con el blog. Esperamos volverlo a ver pronto por Andalucía**
EL DISEÑO DE LAS TAREAS CON INCERTIDUMBRE EN SU DESARROLLO
Alberto Lorenzo (Entrenador Superior, Profesor de la UPM…) nos dice que “la realidad del baloncesto no sigue un patrón lógico en su desarrollo; es decir, que se podría decir que es I-LÓGICA. Sabemos que se van a producir situaciones de juego diferentes: 1c1, 5c5, 1c0, 2c1, un tiro liberado, 2c2… pero no sabemos cuándo se van a producir, ni cómo, ni qué jugadores van a intervenir en la acción, ni en qué lugar, ni en qué momento del partido…”.
Por lo tanto, debemos preparar al jugador para que reaccione a las diferentes situaciones que den en el juego y no le sorprendan éstas cuando aparezcan.
El psicopedagogo estadounidense David Perkins en una entrevista concedida en La Contra del diario La Vanguardia nos dice que “Hay que educar a los niños para enfrentarse a lo desconocido y lo inesperado”. O sea, que se desenvuelva con incertidumbre. Y entonces, ¿qué es la incertidumbre? El diccionario de la RAE la define como “la falta de certidumbre”.
Y, en definitiva, ¿qué quiere decir eso? Pues no es otra cosa que tener la certeza de no saber qué es lo que va a ocurrir ni al principio, ni en el desarrollo ni al final de la acción, ni quién intervendrá, ni cuándo lo harán, ni de qué manera lo harán…
Se nos llena la boca a todos los entrenadores cuando decimos que entrenamos para formar jugadores inteligentes. Pero, si ustedes me lo permiten, diseñamos e ideamos tareas que desarrollan automatismos y, por lo tanto, mecanizamos al jugador. Un ejemplo que evidencia este hecho podría ser un 2c2 en aspa (tú pasa aquí y vas a defender allí y tú pasas allí y vas a defender al que queda libre).
Es decir, que el jugador con el balón sabe a quién tiene que pasar y a quién tiene que defender. Por otra parte, su compañero, el receptor del balón, sabe quién le pasará y desde dónde le vendrá el pase y, sobre todo, a quién se la devolverá para montar el ejercicio. Por otro lado, el atacante sin balón sabe quién le defenderá y desde dónde le vendrá la ayuda defensiva. ¿Este es el baloncesto que queremos enseñar? ¿Le sorprendemos en algún detalle? ¿De qué grado de libertad disponen los 4 jugadores que intervienen en la acción (2c2) para desarrollar su creatividad?...
Estas son algunas de las preguntas que me formulo para encontrar alguna respuesta que sacie mi inquietud. Pero no solo actuamos así en el baloncesto, sino que en la vida diaria, los padres se lo damos todo hecho al niño/a. ¿Cómo pretendemos después que ellos sean astutos si no les dejamos pensar porque se lo damos todo empaquetado?
Pierre Parlebás nos dijo en su momento que la incertidumbre es “el factor que determina cualquier acción”. Él ya hizo una clasificación de los deportes y el baloncesto quedó encuadrado en el CAI (donde la C hace referencia a los compañeros; la A a los adversarios y la I al medio. Es decir, que puede haber incertidumbre en el número de compañeros, en el número de adversario, pero sin embargo, el medio es el mismo.
También utilizó un término que reguló el grado de incertidumbre existente en la tarea: el constreñimiento. El diccionario de la RAE define constreñir como “oprimir, reducir, limitar” entre otras acepciones. Es decir, que la incertidumbre la puedes regular a tu criterio reduciéndola o ampliándola según el nivel y experiencia de los jugadores para que ellos la puedan asimilar.
Este cambio en la forma de actuar requiere que modifiques tu manera de pensar, pero recuerda que te va a exigir mucho más que si continúas con un uso de tareas más estándar (y a tus jugadores también).
De hecho, Alberto Lorenzo (Entrenador Superior, Profesor de la UPM) te recordaría para que no te pille por sorpresa que “no te olvides que esta forma de pensar y actuar no te va a dar resultados a corto plazo; tú necesitarás tiempo para adaptarte a pensar así y tus jugadores también para adaptarse a una tarea que no está estructurada y, sobre todo, a un entrenamiento imprevisible; es decir, que no será fácil prever lo que sucederá ni en la misma tarea ni en las que le sucederán”.
A continuación y a modo de ejemplo, te muestro una serie de tareas que intentan ilustrar esta pequeña base teórica (centradas en el 1c1, pero que tú las puedes adaptar según tu creatividad a la situación de juego que quieras).
Las puedes encontrar fáciles o difíciles, pero tú las puedes adaptar a tu entorno, a tu realidad… y, por lo tanto, progresarla o regresarla según el nivel de tus jugadores/as, la experiencia que tengan éstos, la categoría, la edad, los años de práctica.
En la figura 1 el jugador con el balón decide a qué canasta atacar. Este hecho creará indecisión al defensor en su acción defensiva. Esta tarea la puedes progresar introduciendo por parte del E1 (el entrenador de aquí en adelante) otro balón de partido (de otro color para no confundirlo con el primero) con el consiguiente cambio de rol ofensivo y defensivo. Después de varias acciones donde se hayan producido varios 1c1 en persecución, puedes introducir un pase al E1 si levanta los brazos (percepción visual) para que la situación inicial se convierta en un 1c1+1. O sea, que el inicio de la acción, no tiene nada que ver con el final por las modificaciones que has ido introduciendo.
En la figura 2, arrastramos lo aprendido en la figura 1 y el E1 puede o no (incertidumbre) introducir la percepción sensorial (auditiva) con la palabra “cambio” durante la acción de bote y, a partir de ese momento, se ataca hacia la otra canasta.
En este caso el E1 también puede introducir otro balón de partido (de otro color) con el consiguiente cambio de rol ofensivo y defensivo; es decir, 2 balones.
En la figura 3 ampliamos la incertidumbre (constreñir) dado que ahora ambos jugadores parten con la posesión del balón y reaccionan a la petición de pase del E1.
Esta misma tarea la puedes progresar un poco más introduciendo la percepción sensorial (auditiva) con la palabra “cambio”.
En la figura 4, resumes las anteriores tareas presentadas y aumentas el número de metas (en este caso, a 4 canastas) aumentando la dificultad en la realización de la acción.
Aquí también puedes iniciar la acción ambos con el balón controlado. Y También puedes modificar la ubicación inicial de los jugadores e incluso la manera; a modo de ejemplo, iniciarla tras autopase a tablero + rebote defensivo y contraataque.
Si te interesa ampliar conocimientos en el 1c1, 2c1, 2c2, 1c2 y 3c3 se publicarán INDE Publicaciones.
AUTOR: ANTONIO CARRILLO (ENTRENADOR SUPERIOR DE BALONCESTO)