A todos los entrenadores de baloncesto nos gusta obtener
éxitos, no hay ningún técnico que conozca que no quiera ganar, ¿ustedes lo
conocen?, por eso considero un tópico y me hace gracia la expresión “es un entrenador
ganador”, ya lo he dicho en alguna
ocasión aquí y no voy a ser repetitivo porque las razones son obvias. Pero con
lo que todos los entrenadores soñamos es encontrar, buscar y más aún llegar a
construir “un equipo ideal”. Un equipo que sea capaz de
plasmar en la cancha aquellos ideales que tenemos como entrenador, será con
toda seguridad un equipo que ganará partidos y nos hará triunfar y saborear las
mieles de este bello deporte. ¿Qué requisitos debe tener ese equipo? Veamos.
El equipo ideal
Dice el
refrán: “Cada maestrillo tiene su librillo”, eso es cierto como la
vida misma, cada entrenador tiene su propia impronta personal e intransferible.
A veces oímos expresiones como “ese equipo tiene el sello de su entrenador”,
eso es un motivo de satisfacción y de orgullo para ese colega, es un
reconocimiento a un estilo, a una filosofía, eso tiene muchísimo más valor que
una racha más o menos afortunada de victorias.
Pero, sin embargo,
hay una serie de pautas comunes que todo equipo tiene que tener para ser
considerado un equipo ideal, las relacionamos a continuación:
1) Balance
defensa-ataque
Hay que jugar en
todo el campo, por ello debemos mantener un equilibrio en el juego y saber
correr hacia delante y hacia atrás, a los jugadores les cuesta mucho más bajar
a defender que incorporarse al ataque, el juego del basket es un todo y las
transiciones defensa-ataque y viceversa se suceden de forma continuada. Este
balance defensa-ataque incluye cuatro aspectos esenciales que son:
a) La defensa
Sin defensa no hay nada, si no bajamos el
culo y movemos las piernas, sacrificándonos por los demás habremos muerto antes
de nacer. A partir de la defensa se genera el juego de ataque, un equipo que
defiende provocará más errores en el rival, eso generará mas posesiones y
permitirá llegar en más superioridades numéricas al ataque
b) Anotar
corriendo
No todos los
equipos son capaz de ello, pero a mí me encanta que se juegue así, trailers que
llegan al contraataque, aleros que culminan entradas, aleros que incluso
culminan de tres. Está claro que para ello son
básicas dos cosas: 1) Coger rebotes y 2) Anticipación defensiva robando
balones.
c) Juego 5
contra 5 en ataque posicional.
Cada vez cuesta más hacer los ataques cuando la defensa ya está formada,
incluso a equipos con grandes individualidades les cuesta la misma vida hacer
ataques fluidos. A algunos equipos les cuesta mucho desarrollar con eficacia esta faceta del
juego. Está bien que los equipos tengan muchos sistemas de ataque pero a veces
los propios entrenadores encorsetamos a los jugadores con tanta
sistematización. Creo que la clave para tener un buen ataque estático es
el equilibrio interior exterior, los equipos capaces de generar
juego de fuera a dentro y de dentro a fuera (especialmente esto segundo),
tienen mucho terreno ganado.
d) Balance
defensivo.
Si no
anotamos hay que bajar a defender, pero no de cualquier manera, sino de forma
organizada, teniendo previsto los hombres que irán al rebote y los que no y
entorpeciendo la salida del primer pase de contraataque del equipo rival.
2) Conexión
banco-campo
Las dinámicas de
grupo y la psicología en el deporte cada vez toman mayor importancia, no basta
con prepararse física, técnica y tácticamente. Es necesario además que haya un
buen feeling entre el staff técnico y los jugadores, cuando se
consigue esa conexión todo es más fácil. Se respeta la autoridad del jefe, pero
todos opinando y participando de forma constructiva. En este punto la figura
del “líder” puede ser clave.
3) Las
rotaciones
Hoy día el
baloncesto actual no no permite jugar con cinco o seis hombres. Cualquier equipo
que se precie debe tener al menos dos hombres por puesto de similar nivel. La
frescura en el juego requiere de esa política, si se quiere jugar intenso y no
tener miedo a las faltas requiere la participación de más hombres, esto además
hará sentirse importantes a todos.
4) Espíritu de
equipo
Las
individualidades por sí solas no ganan los partidos, pero si esas
individualidades se ponen al servicio del colectivo seguramente serán claves
para el posible éxito. Compromiso, unión, y sacrificarse por el grupo son las
pautas que nos harán más fuertes, todos juntos será más fácil conseguirlo.
5) La triple A
(actitud, ambición y amor)
- Actitud. Imprescindible para todo (para entrenar, para
cuidarse, para jugar los partidos, para apoyar al compañero), manteniendo
siempre la mejor predisposición y talante.
- Ambición. Sin ambición, sin hambre de triunfos, sin
ganas de comerse el mundo poco se puede hacer, no hay que ser conformistas y
tratar siempre de mejorar día a día tanto en los entrenos como en los partidos.
- Amor. Amor a este deporte tan bello, quererlo,
hacerlo nuestra droga personal, hacerlo nuestro, no serle nunca infiel, vivirlo
y disfrutarlo. Y, además, amor a los colores que defendamos aunque estemos de
paso, comprometerse en los proyectos y no ser meros mercenarios.