En el aprendizaje de las habilidades motrices propias del
baloncesto (también en otros deportes), los mejores resultados se obtienen con
métodos que combinan demostraciones, instrucciones verbales sencillas y guías
visuales. Todas ellas acompañadas por la práctica necesaria.
Los puntos que se
deben considerar de mayor interés son:
**Demostración**
a) En principio la atención del jugador no va
dirigida a los detalles sino a la impresión general.
b) La idea del gesto técnico total puede
fortalecerse en una segunda fase dirigiendo la atención del jugador hacia
ciertos detalles clave que van a servir de puntos de control del rendimiento
que se alcanza.
c) La gran importancia de una imagen correcta, nos
obliga a los entrenadores a mejorar nuestra técnica individual para ofrecer los
mejores modelos a imitar posibles.
**Instrucciones verbales sencillas**
Utilizando el
lenguaje del jugador, llegaremos a él antes que usando términos técnicos que no
comprende. Poco a poco iremos elaborando un vocabulario de movimientos que mas
adelante podrá usarse al trabajar ejercicios mas complejos.
**Objetivos claros**
Cada ejercicio
encaminado al aprendizaje debe ser enunciado por un objetivo claro y alcanzable,
nuestras indicaciones deberán entrarse en él.
**Selección de
ejercicio**
Seleccionaremos los
ejercicios a realizar en función de:
a) Ejercicios de complejidad asimilable por
los chavales.
b) Ejercicios en los que aprovecharemos hábitos motores
adquiridos anteriormente. Ejercicios de transferencia de hábitos.
**Repeticiones**
La práctica si va
acompañada del deseo de superación es necesaria para mantener un estado de
eficacia o para mejorar la destreza que se trabaja.
**Duración e
intensidad**
¿Qué duración e
intensidad deben de tener los ejercicios y las clases?
Esto dependerá de:
-La edad de los
chavales.
-La dificultad de
la destreza.
-El objetivo que se
pretenda.
-El nivel de
aprendizaje previo.
-las condiciones
ambientales.
La duración no debe
ser corta ya que perjudicamos la adaptación del niño al ejercicio y la
retención del gesto técnico. Tampoco debe ser muy prolongada, pues provocamos
la rutina y disminuye la atención del escolar.
En cuanto a la
intensidad se debe tener en cuenta el nivel de maduración fisiológica alcanzado
por el alumno.
La relación
duración-intensidad nos obliga a introducir intervalos de recuperación, esta
pausa puede ser activa (realizando ejercicios ya dominados de baja intensidad)
o pasiva (nos dedicamos a la corrección de errores).