Los entrenadores jóvenes de cualquier deporte, nosotros nos ceñiremos en el baloncesto, suelen enfrentarse a un mundo nuevo lleno de circunstancias para las cuales generalmente no están lo suficientemente preparados.
Casi sin darse cuenta emulan mas a los entrenadores del deporte profesional y ese suele ser su mayor error, ya que en ese tipo de entrenadores prevalece el ganar, porque por mucho que nos pese la competición profesional se trata de un negocio y en función de tener mejores resultados, llegan mas ayudas, mas subvenciones de empresas, mas socios, mas sponsors, mas publicidad, etc. GANAR ES PRIORITARIO.
A los entrenadores noveles hay que orientarles, están empezando y todos cuando hemos empezado hemos dado palos de ciego y nos hemos alejado de las características propias de un entrenador de formación, es decir que los niñ@a aprendan el deporte del baloncesto, divirtiéndose, disfrutando y con el objetivo fundamental de que favorezca la educación en valores y se desarrollen como personas de forma integral.
¿Quiere esto decir que no sean competitivos y que no piensen en ganar?
Sencillamente creo que una cosa no está reñida con la otra, se puede formar compitiendo, aunque yo iría mas lejos SE DEBE FORMAR COMPITIENDO. Simplemente se juega para ganar o es que alguien juega para perder, por favor no seamos demagógicos se compite para ganar, para ser mejores, para intentar destacar, como en la vida misma, o es que no les decimos a nuestros hij@s que no luchen por conseguir las mejores notas y que destaquen en los estudios o consigan los mejores trabajos.
Ahora bien lo importante es el camino que se sigue o los medios que utilizamos para ganar, si nos saltamos pasos en el proceso formativo, si pensamos mas en la táctica que en la mejora individual del jugador, si pensamos mas en nuestro éxito como entrenadores que en la evolución de los jugadores, si solo ponemos a los mejores y olvidamos a los mas lentos en el aprendizaje (que no por eso peores jugadores), si no somos justos con el trabajo de los niñ@s, si no trabajamos por igual con los altos que con los bajos, si sólo atendemos a los jugador@s supuestamente estrella, si solo pensamos en cerrar acta, si machacamos al rival siempre que podemos, si no repartimos los minutos de manera que todos cuenten y todos jueguen, si no tenemos paciencia para que fluya la esencia de los jugadores, si no dejamos que los chavales se lo pasen bien en el entrenamiento con ejercicios variados y sin rutinas pesadas, si nunca utilizamos los reforzadores positivos, si nos creemos que somos el centro del universo porque nos han dado un pequeño título, si no somos humildes y autocríticos, si no nos preocupamos por aprender y buscar nuevos retos y soluciones, si no sembramos para el futuro, está claro que ganar no merece la pena.
Una última reflexión, todos nos hemos equivocado cuando empezábamos, no seamos demasiado inflexibles con los entrenadores si al principio sólo quieren ganar, ya se les pasará la fiebre y encontrarán el camino adecuado, si no lo hacen allí debemos estar los entrenadores mas veteranos para recordárselo y reorientarlos, o el coordinador del club (aunque a veces estos son los primeros que exigen ganar por encima e todo, eso ya es mas grave).
Estamos ante la evolución típica que como entrenadores todos tenemos que pasar, ¿o no?
Por poner un ejemplo cuando empezamos damos muchas voces y radiamos los partidos y poco a poco cada vez nos solemos ir tranquilizando mas y buscamos actuar en mas momentos con la mente fría.
A medida que pase el tiempo mas se irán dando cuenta que "cuanto mas saben mas se dan cuenta de lo poco que saben" o cuando se pasa por el "sindrome del entrenador pizarrin", jugadas y mas jugadas como si eso fuera la panacea de este bendito juego, dedicamos medio entrenamiento a entrenar un saque de fondo en vez de dedicarlo a la técnica y la táctica individual. Todo esto aunque os parezca exagerado lo que voy a decir es hasta cierto punto normal, se llama LA FORMACIÓN DEL ENTRENADOR, que lo mismo que la de los jugadores tiene su proceso y pasa por diferentes fases, dejemos también que los entrenadores se equivoquen, es la única manera de que aprendan progresen y avancen.
Si se que estaréis pensando, si no gano me echan, pues pude ser porque la verbena está montada así, pero es peor que tu conciencia te eche, porque no estés contento con lo que haces porque tu filosofía y manera de formar y entrenar no vaya en concordancia con lo que piensas.