Dirigir un partido para un entrenador desde el banquillo
no es tarea fácil, dar una receta mágica desde aquí también resulta harto
complicado (cada equipo, cada situación, cada partido es un mundo distinto y
con unas connotaciones específicas y muy diferenciadas). La direccíon desde el
banquillo empieza mucho antes de poner el balón en juego, vamos a indicar dicho
proceso:
1.- El trabajo previo
Comienza con el scouting del rival, de
sus características físicas, emocionales, técnicas y tácticas. Nos basaremos en
la observación directa si podemos llevarla a cabo, o en su defecto del video (una
vez visualizado se emite un informe posterior y, si podemos, realizamos un
montaje para sacar lo que creamos de más importancia para que lo vean los
jugadores).
2.- Entrenamientos previos
2.- Entrenamientos previos
Desde el mismo lunes prepararemos algo especial
de forma global,
a partir del miércoles
nos centraremos en los pequeños detalles, y no olvidaremos
nunca la preparación
psicológica.
3.- Elección de jugadores y sistemas
Iremos pensando en la elección de los jugadores idóneos en función del partido a jugar y las rotaciones adecuadas. Todo ello sujeto a una gran flexibilización (huimos de las ideas que sean demasiado sistemáticas y cuadriculadas, si sobre la marcha se tiene que cambiar se hace).
4.- Nos marcaremos objetivos parciales
Contra un equipo superior (llegar al final con opciones). Si nos ponemos por delante (jugar sin precipitaciones, selección adecuada del tiro, etc). Analizaremos también la fase de la temporada en la que nos encontremos, y sus objetivos.
5.- Relación con los árbitros
Mantener siempre un trato correcto (antes, durante y al finalizar el partido). Es bueno tener contacto con los árbitros (a un amigo no le vas a montar un numerito). No debemos obsesionarnos en los partidos con ellos, un árbitro nunca cambia su decisión y además nos salimos del partido y así no ayudamos a nuestro equipo.
6.- Últimos comentarios en el vestuario
Tienen que ser consejos concretos y claros, hacer un recordatorio de lo hablado y no tener dudas.
7.- El calentamiento
Tiene más importancia de lo que parece. El jugador debe salir desde el primer segundo conectado y preparado física y mentalmente para lo que le va a venir. Me gusta que los jugadores corran concentrados (sin hablar), que estiren a conciencia y que se hagan las ruedas con ritmo y de forma progresiva.
8.- Organización del banquillo
Hay quién se coloca aleatoriamente, pero a mí me gusta que los servicios médicos estén al final, el delegado cerca de la mesa de anotadores y junto al entrenador principal, al otro lado de éste los entrenadores ayudantes (si los hubiera), cada vez que se haga un cambio el jugador es atendido por el 2º entrenador.
9.- Comunicación del cinco inicial y último comentario
En el ultimo minuto antes del salto inicial, haremos las asignaciones y ajustes. A mí me gusta dar el cinco inicial en ese instante para que todos estén motivados durante el calentamiento.
10.- Análisis de los primeros compases del juego
Quizás sean los únicos momentos en los que permanezcamos sentados, estaremos observando concienzudamente el juego. En esos momentos, casi podemos predecir lo que vendrá después. Nos fijaremos fundamentalmente en la intensidad, en el ritmo de juego y en la concentración.
11.- Utilidad y manejo de los tiempos muertos
¿Cuándo debemos pedirlos? Es la visión y la intuición del entrenador la que decide. Recomiendo que lo hagamos: 1) Cuando se enciende la luz de nuestra inspiración (pero para solucionar y aportar cosas). 2) Para cortar el ritmo y la racha del contrario. Y 3) Para una jugada especial de final de partido o de período.
12.- Las faltas personales
No debemos dejar que ningún jugador pase de tres faltas en el primer tiempo. Daremos descanso al que se obsesione con los árbitros o haga dos faltas seguidas muy rápidas. Llevaremos al banquillo al jugador que por tener más minutos se preserve de las faltas. Sentar al llegar a las cuatro faltas (eso sí, sabiendo que cada partido tiene momentos importantes, a veces hay que mantener al jugador según las circunstancias que se den. Hay momentos críticos en los que la presencia de ciertos jugadores se hace imprescindible).
13.- Los cambios
¿Cuándo los solicitaremos? Parto de una premisa y es que el entrenador es el que mejor conoce a sus jugadores. Recomiendo que se hagan por: 1) Mal estado físico. 2) Por no defender adecuadamente. 3) Táctico. 4) Hacerlos por necesidades (sin herir a nadie, dando oportunidades y siguiendo nuestro propio criterio). 5) Huir de cambios de cara a la galeria (salvo en situaciones muy concretas de celebraciones de éxitos, etc).
14.- Análisis táctico del rendimiento
Mirar las estadísticas, en momentos del partido y en los descansos. Hacerlo después en casa con la cabeza fria, junto a la visión del video del partido.
15.- Situaciones de últimos segundos y posibilidad de prórroga
Leer las situaciones finales. Ver déficits de faltas y sopesar la necesidad o no de prórroga (analizar los riesgos). A mí me gusta más arriesgar que verlas venir, pero como siempre se dice “cada maestrillo tiene su librillo”.
3.- Elección de jugadores y sistemas
Iremos pensando en la elección de los jugadores idóneos en función del partido a jugar y las rotaciones adecuadas. Todo ello sujeto a una gran flexibilización (huimos de las ideas que sean demasiado sistemáticas y cuadriculadas, si sobre la marcha se tiene que cambiar se hace).
4.- Nos marcaremos objetivos parciales
Contra un equipo superior (llegar al final con opciones). Si nos ponemos por delante (jugar sin precipitaciones, selección adecuada del tiro, etc). Analizaremos también la fase de la temporada en la que nos encontremos, y sus objetivos.
5.- Relación con los árbitros
Mantener siempre un trato correcto (antes, durante y al finalizar el partido). Es bueno tener contacto con los árbitros (a un amigo no le vas a montar un numerito). No debemos obsesionarnos en los partidos con ellos, un árbitro nunca cambia su decisión y además nos salimos del partido y así no ayudamos a nuestro equipo.
6.- Últimos comentarios en el vestuario
Tienen que ser consejos concretos y claros, hacer un recordatorio de lo hablado y no tener dudas.
7.- El calentamiento
Tiene más importancia de lo que parece. El jugador debe salir desde el primer segundo conectado y preparado física y mentalmente para lo que le va a venir. Me gusta que los jugadores corran concentrados (sin hablar), que estiren a conciencia y que se hagan las ruedas con ritmo y de forma progresiva.
8.- Organización del banquillo
Hay quién se coloca aleatoriamente, pero a mí me gusta que los servicios médicos estén al final, el delegado cerca de la mesa de anotadores y junto al entrenador principal, al otro lado de éste los entrenadores ayudantes (si los hubiera), cada vez que se haga un cambio el jugador es atendido por el 2º entrenador.
9.- Comunicación del cinco inicial y último comentario
En el ultimo minuto antes del salto inicial, haremos las asignaciones y ajustes. A mí me gusta dar el cinco inicial en ese instante para que todos estén motivados durante el calentamiento.
10.- Análisis de los primeros compases del juego
Quizás sean los únicos momentos en los que permanezcamos sentados, estaremos observando concienzudamente el juego. En esos momentos, casi podemos predecir lo que vendrá después. Nos fijaremos fundamentalmente en la intensidad, en el ritmo de juego y en la concentración.
11.- Utilidad y manejo de los tiempos muertos
¿Cuándo debemos pedirlos? Es la visión y la intuición del entrenador la que decide. Recomiendo que lo hagamos: 1) Cuando se enciende la luz de nuestra inspiración (pero para solucionar y aportar cosas). 2) Para cortar el ritmo y la racha del contrario. Y 3) Para una jugada especial de final de partido o de período.
12.- Las faltas personales
No debemos dejar que ningún jugador pase de tres faltas en el primer tiempo. Daremos descanso al que se obsesione con los árbitros o haga dos faltas seguidas muy rápidas. Llevaremos al banquillo al jugador que por tener más minutos se preserve de las faltas. Sentar al llegar a las cuatro faltas (eso sí, sabiendo que cada partido tiene momentos importantes, a veces hay que mantener al jugador según las circunstancias que se den. Hay momentos críticos en los que la presencia de ciertos jugadores se hace imprescindible).
13.- Los cambios
¿Cuándo los solicitaremos? Parto de una premisa y es que el entrenador es el que mejor conoce a sus jugadores. Recomiendo que se hagan por: 1) Mal estado físico. 2) Por no defender adecuadamente. 3) Táctico. 4) Hacerlos por necesidades (sin herir a nadie, dando oportunidades y siguiendo nuestro propio criterio). 5) Huir de cambios de cara a la galeria (salvo en situaciones muy concretas de celebraciones de éxitos, etc).
14.- Análisis táctico del rendimiento
Mirar las estadísticas, en momentos del partido y en los descansos. Hacerlo después en casa con la cabeza fria, junto a la visión del video del partido.
15.- Situaciones de últimos segundos y posibilidad de prórroga
Leer las situaciones finales. Ver déficits de faltas y sopesar la necesidad o no de prórroga (analizar los riesgos). A mí me gusta más arriesgar que verlas venir, pero como siempre se dice “cada maestrillo tiene su librillo”.