Cada vez que me acuesto, lo hago con un bronce colgado del cuello, agarrado a esa camiseta que tantas veces me he sentido orgulloso de vestir y con la imagen del domingo 22 en la cabeza. Bueno, miento, digo imagen aunque a mi mente llegan miles: Mi debut con la camiseta azulona cuando sólo tenía 10 años, de esto han pasado ya 8; mi primer torneo fuera de casa, en Zaragoza; aquellas finales épicas de enormes remontadas contra El ejido, nuestras derrotas, nuestras victorias, los gritos de júbilo y alegría o los llantos de rabia y decepción; nuestros sectores , las dos ultimas ligas tan disputadas contra el CB Almería, mi debut con el nacional, tener el honor de ser nombrado capitán de este equipo, y por encima de cualquier otro recuerdo, nuestro último sector. Y de este, una imagen tengo grabada a fuego en mi memoria: Yo, arrodillado en el suelo, llorando como un crio, pero de alegría, con los pelos aun de punta y sin poder creérmelo. Lo habíamos logrado.
Atrás quedó todo el trabajo, aquellos que nos dejaron a mitad del camino, pero que dejaron parte de ellos en nosotros. De esta generación de ADABA, se fueron muchos, aunque nunca se fueron del todo porque siempre estarán en nuestro recuerdo: Miguel, Sergio, Jose Carlos, Carlos, Iván, Adonis, Pablo, Rubio, Chino, Adrián, Pedro, Lukas, Roldan o Leiva, y seguramente me olvide de alguno. También nos influyeron los mayores, las generaciones del 91 y 92, que sentaron las bases del proyecto del club quedando en cuarta posición del campeonato de Andalucía; los del 93 que ascendieron un peldaño más llegando a la tercera posición aunque perecieron en el intersector, de estos últimos Matukas, Sergio y Álvaro nos enseñaron mucho durante nuestro primer año como juniors.
Importante fue el trabajo de la directiva, a la que debemos agradecerle la oportunidad de poder contar con el equipo de primera nacional, un factor determinante en nuestro desarrollo.
Sobra hablar del agradecimiento a mi familia, de mis padres aprendí que el talento es importante, pero el trabajo es lo que determina a una persona, de mi hermano aprendí a amar este deporte y a valorarlo como una parte esencial de mi vida, por último, de mi hermana aprendí a aprovechar el tiempo, a luchar en la vida por lo que me gusta, cueste lo que cueste.
No puedo olvidarme, ni podré nunca de todos los entrenadores que han gastado años de sus vidas en nosotros, ese tiempo gastado ya no lo recuperarán jamás y por ello nosotros tenemos el deber de hacerles ver que mereció la pena
Alexander, Enrique y Juan Ramón, que nos inculcaron lo que significa este deporte desde pequeños.
Juan Fórtes, con los que aprendimos a competir verdaderamente por lo que era nuestra pasión.
Luis Parejo, que por encima de cualquier concepto técnico nos enseñó que no éramos 12 jugadores, ni aunque fueran siglas del equipo éramos 12 amigos, no éramos ni siquiera un equipo, ADABA lo que ha sido, es y siempre será es una familia, una gran familia.
Alberto González, con el cual nos consolidamos como uno de los equipos lideres del baloncesto almeriense.
Raúl Fernández, muchas cosas podría decir de él, muchas buenas y casi ninguna mala, podría decir todo lo que nos ha exigido o todo lo que nos ha enseñado, pero basta con decir que él ha sido el responsable de que hayamos logrado este éxito.
Repaso todos los pasos que he tomado en mi vida y llego a la conclusión de que si la repitiera, volvería a hacer este deporte una y mil veces, ha sido muchísimo lo que he ganado, mucho más de lo que he perdido. Me volvería a esforzar igual o más, volvería a realizar cada sprint, a luchar por cada rebote, por cada balón, a matarme por cada punto como si fuera el más importante de mi vida, como siempre he hecho, pulgada a pulgada.
Y es que ha aprendido que sólo se mejora sufriendo, que hay que saber vivir con agujetas, moratones, el dolor de brazos y el peso de las piernas, porque todo eso merece la pena.
Pero basta de hablar de mi, esto no lo he logrado yo solo, como ya he dicho no somos mas que una familia, nos queremos y bromeamos como hermanos pero nos respetamos como un hijo respeta a su padre. Este fue nuestro primer éxito, ser una piña, los demás no hubieran podido ser posible de otra forma, no podían haber sido posibles sin ellos:
Jorge Puertas: El fichaje del pasado año ya consolidado, el típico unicajero pijillo de la compañía, pero al que hemos convertido en un adabero de raza con nosotros ha madurado, ya no está tan “verde”. Pero aunque lo siguiera siendo, no lo cambiaríamos por nada del mundo.
Sergio Hernández: El gran cadetillo, el jugón inocente e infantil del que nos llevamos aprovechando una temporada entera, pero se hizo un hombre y se doctoró como junior en el último sector, fue una verdadera lástima que rompiera con su novio el último día.
Jose María Oliva: El bebé del equipo, el tío más pesado en defensa y el más serio en el vestuario, lo que le ha valido para ganarse el respeto de todos, muy por encima de los cadetillos.
Jose María Aynat: El guapo del equipo, ese chaval que no puede quedar con la novia antes de un entrenamiento y que si no se sabe una jugada no nos pide que se la expliquemos, por no molestar él se la inventa.
Jose Jiménez: El mejor Junior de Almería, la clase de este deporte personificada, el mismo juego desde que lo conocí como el enano del equipo, eso de crecer medio metro sólo de piernas al final lo acabó beneficiando. Dentro de unos años su hijo empezará a despuntar en la liga universitaria estadounidense, y sino al tiempo.
Alberto González Jr.: El gran ganador de tiros de tres en el Elite Jove, pero su mayor mérito por encima de cualquier otro es ser nuestro Alberto Quemásdá, Alberto QueQueQuemásdá (8)
Sergio Romero: El mohicano del bahía, otro unicajero fichado este año, vino prometiendo muchos y dio más todavía, un jugón en la cancha, un crack aun mejor fuera de ella.
Abel Aspas: “Garra, Fuerza y Cojones por encima de todo” algo así seria la descripción de este jugón, a nuestro blanquito no le tiembla el pulso a la hora de jugarse un campeonato de España en un tiro, como él dice, -El otro equipo la puede meter, pero yo no la puedo fallar-
Ives Antonio: El primer unicajero en llegar, él abrió la puerta a los demás, posiblemente uno de los mas grandes y empanados que hayan pasado por el club, pero siempre está si lo necesitas.
Juan Antonio: Ezte tio zi que ez grande, zi noz motivamos para jugar no ez por él, ez por zu padre que lo trae a cada entrenamiento desde Campohermozo, eze zi que vale.
Paco Carrión: El fichaje estelar de este año, el marqués de Tíjola. Abonado en la zona, nos tiene acostumbrados a desayunarse a los pívots rivales cada mañana de partido, el mayor explotador con los cadetillos y peluquero de medio equipo.
Arnoldas: Todos los grandes equipos tenían un extranjero que aporta aire fresco (más fresco que el aire de Lituania no lo vamos a encontrar), el ha cogido el testigo de Matas o Lukas, y lo ha logrado el sólo a base de trabajo, esfuerzo y constancia.
Pensareis que ya he mencionado a todos los campeones, que ya me he acordado de todo el equipo, pues non me queda nombrar a un grupo de ganadores, formado también por grandes jugadores, el CB Almería. La experiencia nos dice que nadie es capaz de acordarse de un equipo triunfador si no ha tenido un gran rival enfrente. Los rojillos nos han ganado dos ligas, se han convertido en unos verdaderos campeones gracias a nosotros. Si ellos, nosotros tampoco lo hubiéramos conseguido. Nos hemos machacado duramente estos años para batirnos los unos a los otros, si no nos hubiéramos exigido tanto mutuamente, ahora mismo no estaría escribiendo estas líneas. Nos hemos enfrentado en seis ocasiones este año, tres victorias para cada equipo, no podíamos estar más igualados. Ambos equipos hemos hecho historia, hemos hecho del campeonato de Andalucía una fiesta del baloncesto almeriense, dando un golpe sobre la mesa para manifestar nuestro nivel a toda la comunidad. Por todo esto, no tengo para este equipo palabras que no sean de verdadera admiración y sincero agradecimiento.
Resulta curioso que el último gran campeonato que juguemos juntos sea en el mismo lugar en el que disputamos el primero, en Zaragoza. De aquel lugar del que salí con la cabeza gacha en diciembre de 2005, será el mismo del que saldré con el cabeza bien alto y orgulloso de lo que logremos, sea mucho o nada. Porque sé, que pase lo que pase, con vosotros yo ya he ganado.
AUTOR: JAVIER CABRERA (Capitán ADABA júnior masculino)