La historia del baloncesto español guarda un hueco de su
memoria para la
plata de los Juegos de Los Ángeles. Aquel equipo con Fernando
Martín, Corbalán, Romay y compañía marcaron el inicio de una era, como también
lo han hecho los hombres de José Manuel Artacho. El equipo de baloncesto en
silla de ruedas se ha colgado en Río una medalla de plata para el recuerdo, la primera
paralímpica de este deporte y la primera en una competición mundial.
(Los jugadores españoles con su medalla de plata-REUTERS)
Atrás quedaba el sueño de Atlanta 96, cuando Estados
Unidos evitó un podio que ayer compartió con España. Los
americanos han marcado el camino
de España y siempre han sido testigos de los éxitos, ya sea
con o sin silla de ruedas. Los Ángeles, Pekín, Londres... y ahora Río.
Tras derrotar
a Gran Gretaña, los españoles ya tenían claro que no se conformarían
con solo jugar la final. Querían ganarla. Era el pensamiento que tenían desde
el primer momento que pusieron un pie en Río y no querían marcharse de los
Juegos perdiendo. Lo hicieron, pero lucharon hasta el final.
Los de Artacho saltaron a la pista creyendo que tenían
opciones de oro y
durante todo el partido demostraron que no había sido casualidad su presencia
en la final. Siempre por detrás, a rebufo del juego de Estados Unidos, pero sin
dejarles marchar.
El inicio del segundo cuarto fue bueno para España. Asier
García ponía el 12-12 pero el acierto de los americanos les hacía marcharse
antes de que sonara la bocina (23-29). Tras la reanudación, Estados
Unidos amplió la diferencia a diez puntos y cortaba las esperanzas españolas, pero el
empeño de los Zarzuela ponían y compañía dejaban en cinco la renta al final del
tercer periodo (42-47).
Ahí aparecieron los nervios y las imprecisiones. Ahí se notó
el potencial americano. La diferencia se estiró hasta los 14 puntos, insalvable
para el conjunto español, que veía cómo se marchaba el sueño del oro y cómo comenzaba su leyenda de plata.
FUENTE: ABC.ES/DEPORTES (Eduardo Rivas, enviado especial a Rio)