Nos alegra una enormidad desde Viveelbasket conocer que José María Martín Urbano recibirá el lunes 2 de enero el premio "Raimundo Saporta", que otorga anualmente la AEEB en reconocimiento a su trayectoria.
La entrega del premio se enmarcará dentro de la celebración del XXII Clinic Internacional Raimundo Saporta, que tendrá lugar en Huelva y que contará con la presencia de Curro Segura, Gabriel Carrasco y Celes Vizcaíno.
Martín Urbano es uno de
los padres y una figura clave del baloncesto malagueño. Vivió
la rivalidad entre los dos equipos de la capital (Maristas y Caja de Ronda),
siendo entrenador de Caja de Ronda, entre los años 1990-1992 ayudó a que el
baloncesto malagueño diera un salto de calidad. Entrenador y maestro de
vocación, tuvo que elegir entre sus dos pasiones, y se decidió
por ser maestro en 1997.
No se arrepiente de su
decisión, dejó de ser entrenador, pero siguió vinculado
al mundo del baloncesto a través de colaboraciones con distintos medios de
comunicación.
La importancia de ser maestro y a la vez entrenador de baloncesto
Conozco desde hace muchos años a José María Martín Urbano y me he enfrentado a él cuando dirigía la cantera y el EBA de Unicaja, en concreto su equipo disputó en Pozoblanco la fase de Ascenso a Liga EBA en la temporada 1994-95 en la que yo era entrenador del equipo del Valle de los Pedroches, en esa Fase de Ascenso dirigía un grupo de jóvenes en el que destacaban jugadores de la talla de Francis Sánchez, etc. Años mas tarde en la temporada 2003-04, cuando yo era entrenador del Peñarroya, fue a vernos jugar contra el UMA de Málaga y saludó efusivamente a uno de mis jugadores, en concreto al base Javier Muñoz y cuando le pregunté a Javi por el encuentro tan efusivo que tuvo con José María me dijo que era el entrenador de su vida, que para él era como un padre y que gracias a sus enseñanzas y consejos había desarrollado posteriormente una carrera semiprofesional en diferentes equipos de Liga EBA.
Hace poco tiempo coincidí con José María Martín Urbano en Málaga cuando fui a impartir unas charlas en uno de los Clinics que la Fundación Sergio Scariolo organiza habitualmente cada año. Son unos Clinics de reconocido prestigio que coordinados por Pablo Bernabé siempre se superan y cuentan con una asistencia amplia y nutrida de entenadores. De hecho ese año José Maria Martín Urbano, junto a Javier Imbroda, Alfonso Queipo del Llano, Paco Aurioles, Francis Tomé, etc, asistieron a mis ponencias (realmente para mí era impensable ver a estas figuras de alumnos míos) y recuerdo que al terminar mis ponencias José Maria se mostró muy cariñoso conmigo y le dije que poco le iba a poder haber enseñado con mi disertación dada su experiencia y nivel baloncestístico. Su respuesta me dejó noqueado cuando me dijo "de un maestro siempre se puede aprender".
Y es que de eso José María Martín Urbano podría escribir mas de un libro, yo me siento muy identificado con él, con sus opiniones y con sus ideas, porque ambos hemos sido "maestros y entrenadores de baloncesto y os puedo asegurar que eso imprime carácter", yo no he llegado a niveles tan altos ni tan profesionales como él, pero mi vida durante casi cuarenta años ha sido así, maestro o director de colegio por las mañanas y entrenador de baloncesto por las tardes.
Ambos hemos dedicado casi toda nuestra vida a trabajar con jóvenes y en algunos casos con no tan jóvenes, desde la doble vertiente de maestro y entrenador de baloncesto. En estos momentos en los que ya no ejerzo esa actividad de forma directa, aunque mi cabeza piensa y gira casi sin quererlo en torno al magisterio y al baloncesto, he querido hacer una pequeña reflexión al respecto:
Cuando uno se dedica a entrenar a baloncesto y además es maestro, es muy difícil separar una cosa de la otra (al menos para mí lo ha sido y lo sigue siendo). Entrenar y formar o educar van unidos de la mano en todo momento en nuestro quehacer diario.
Leo unas manifestaciones de José María Martín Urbano en las que dice que el ha utilizado el baloncesto como una herramienta para educar y me parece del todo loable la filosofía que ha aplicado con sus jugadores.
Yo creo que de alguna manera con la edad vas moldeando y dando mas valor a unos principios que a otros, siempre en los años mas jóvenes todos hemos querido ganar muchos partidos pensando muy equivocadamente que eso nos abriría mas puertas y no daría mas "familla" como entrenadores, pero con el paso del tiempo te vas dando cuenta que no todo es ganar y que hay cosas mucho mas importantes, como que los chavales disfruten con el baloncesto, se formen como personas, se hagan mas responsables, den valor al sentido de la palabra equipo, luchen por conseguir sus objetivos, le den importancia a la cultura del esfuerzo, convivan adecuadamente con compañeros y rivales, aprendan a ganar y a perder y si encima lo hacen de forma sana y saludable, a través del ejercicio físico y del trabajo mental que va asociado a nuestro bello deporte, de alguna manera los estamos preparando para la vida que les espera, una selva en la que también habrá que competir y en la que los mas preparados, los que sepan cuidar de todos los pequeños detalles, que sepan controlar mejor sus emociones, que nunca se den por vencidos, que sepan concentrarse, motivarse, implicarse y comprometerse tendrán mucho ganado.
Hace poco tiempo coincidí con José María Martín Urbano en Málaga cuando fui a impartir unas charlas en uno de los Clinics que la Fundación Sergio Scariolo organiza habitualmente cada año. Son unos Clinics de reconocido prestigio que coordinados por Pablo Bernabé siempre se superan y cuentan con una asistencia amplia y nutrida de entenadores. De hecho ese año José Maria Martín Urbano, junto a Javier Imbroda, Alfonso Queipo del Llano, Paco Aurioles, Francis Tomé, etc, asistieron a mis ponencias (realmente para mí era impensable ver a estas figuras de alumnos míos) y recuerdo que al terminar mis ponencias José Maria se mostró muy cariñoso conmigo y le dije que poco le iba a poder haber enseñado con mi disertación dada su experiencia y nivel baloncestístico. Su respuesta me dejó noqueado cuando me dijo "de un maestro siempre se puede aprender".
Y es que de eso José María Martín Urbano podría escribir mas de un libro, yo me siento muy identificado con él, con sus opiniones y con sus ideas, porque ambos hemos sido "maestros y entrenadores de baloncesto y os puedo asegurar que eso imprime carácter", yo no he llegado a niveles tan altos ni tan profesionales como él, pero mi vida durante casi cuarenta años ha sido así, maestro o director de colegio por las mañanas y entrenador de baloncesto por las tardes.
Ambos hemos dedicado casi toda nuestra vida a trabajar con jóvenes y en algunos casos con no tan jóvenes, desde la doble vertiente de maestro y entrenador de baloncesto. En estos momentos en los que ya no ejerzo esa actividad de forma directa, aunque mi cabeza piensa y gira casi sin quererlo en torno al magisterio y al baloncesto, he querido hacer una pequeña reflexión al respecto:
Cuando uno se dedica a entrenar a baloncesto y además es maestro, es muy difícil separar una cosa de la otra (al menos para mí lo ha sido y lo sigue siendo). Entrenar y formar o educar van unidos de la mano en todo momento en nuestro quehacer diario.
Leo unas manifestaciones de José María Martín Urbano en las que dice que el ha utilizado el baloncesto como una herramienta para educar y me parece del todo loable la filosofía que ha aplicado con sus jugadores.
Yo creo que de alguna manera con la edad vas moldeando y dando mas valor a unos principios que a otros, siempre en los años mas jóvenes todos hemos querido ganar muchos partidos pensando muy equivocadamente que eso nos abriría mas puertas y no daría mas "familla" como entrenadores, pero con el paso del tiempo te vas dando cuenta que no todo es ganar y que hay cosas mucho mas importantes, como que los chavales disfruten con el baloncesto, se formen como personas, se hagan mas responsables, den valor al sentido de la palabra equipo, luchen por conseguir sus objetivos, le den importancia a la cultura del esfuerzo, convivan adecuadamente con compañeros y rivales, aprendan a ganar y a perder y si encima lo hacen de forma sana y saludable, a través del ejercicio físico y del trabajo mental que va asociado a nuestro bello deporte, de alguna manera los estamos preparando para la vida que les espera, una selva en la que también habrá que competir y en la que los mas preparados, los que sepan cuidar de todos los pequeños detalles, que sepan controlar mejor sus emociones, que nunca se den por vencidos, que sepan concentrarse, motivarse, implicarse y comprometerse tendrán mucho ganado.
Una vez alguien que no viene a cuento nombrar dijo de mi, es un buen entrenador pero es un maestro de patio de colegio, quizás lo dijese en una reunión de amigos en torno a una cervecita (que no es malo, a mi directamente nunca me lo dijo), pero si lo hizo en tono peyorativo estaba muy pero que muy equivocado, los maestros nos podemos sentir mas que orgullosos de nuestra labor y posiblemente cuando tuvimos a nuestro cargo a jugadores mayores en la mayoría de los casos nuestros conocimientos psicológicos, pedagógicos y didácticos, el conocimiento de la dinámica de grupos, etc, nos habrán servido de herramientas educativas esenciales para conseguir metas con equipos semiprofesionales o profesionales.
Dejémonos de tonterías, falsos conceptos y tópicos absurdos, lo importante para ser un buen entrenador independientemente de que se haya sido maestro, oficinista, jugador de élite, médico lo que sea, es que tengamos ilusión, pasión por lo que hagamos, que demos lo mejor de nosotros mismos en cada momento, que seamos los primeros en llegar y en salir de la cancha, que pensemos no sólo en el jugador de baloncesto sino también en su persona, que planifiquemos con método y criterio, enseñar baloncesto y formar personas a la vez, en definitiva prepararlos para competir y también para vivir.
Por último José María Marín Urbano también ha trabajado como colaborador de prensa y comentarista técnico televisivo de partidos de la ACB y la Euroliga con Canal Sur, etc. Curiosamente también yo hice mis pinitos en esta faceta en la radio como en la televisión local de Onda Mezquita en mi caso como comentarista junto a Luis Fernando Garrido en partidos de EBA y LEB fundamentalmente en con Cajasur de Córdoba, Salsas Musa, etc. En esas retransmisiones mi amigo Luis Fernando me llamaba "maestroburgos" y con ese tarantín me he quedado, ahora todos me llaman así, al principio me daba un poco de corte por lo de aquello de maestro de patio de colegio, pero con el paso del tiempo me siento mas que orgulloso, lo mismo que se debe sentir y lo pongo con mayúsculas DON JOSE MARIA MARTIN URBANO (un maestro y entrenador de alta alcurnia, de reconocida reputación y un perfecto paladín del Premio Raimundo Saporta).
Dejémonos de tonterías, falsos conceptos y tópicos absurdos, lo importante para ser un buen entrenador independientemente de que se haya sido maestro, oficinista, jugador de élite, médico lo que sea, es que tengamos ilusión, pasión por lo que hagamos, que demos lo mejor de nosotros mismos en cada momento, que seamos los primeros en llegar y en salir de la cancha, que pensemos no sólo en el jugador de baloncesto sino también en su persona, que planifiquemos con método y criterio, enseñar baloncesto y formar personas a la vez, en definitiva prepararlos para competir y también para vivir.
Por último José María Marín Urbano también ha trabajado como colaborador de prensa y comentarista técnico televisivo de partidos de la ACB y la Euroliga con Canal Sur, etc. Curiosamente también yo hice mis pinitos en esta faceta en la radio como en la televisión local de Onda Mezquita en mi caso como comentarista junto a Luis Fernando Garrido en partidos de EBA y LEB fundamentalmente en con Cajasur de Córdoba, Salsas Musa, etc. En esas retransmisiones mi amigo Luis Fernando me llamaba "maestroburgos" y con ese tarantín me he quedado, ahora todos me llaman así, al principio me daba un poco de corte por lo de aquello de maestro de patio de colegio, pero con el paso del tiempo me siento mas que orgulloso, lo mismo que se debe sentir y lo pongo con mayúsculas DON JOSE MARIA MARTIN URBANO (un maestro y entrenador de alta alcurnia, de reconocida reputación y un perfecto paladín del Premio Raimundo Saporta).
¡Enhorabuena José María!, te admiro, te respeto y me encanta que seas maestro y entrenador como yo, discúlpame que en algunos comentarios me haya puesto como ejemplo paralelo al tuyo, por su puesto en mi caso sin llegar a los éxitos que tu has llegado, pero muy contento con esa labor formativa que los maestros y entrenadores llevamos dentro y que suelen tener el reconocimiento máximo en los padres, madres, familias y especialmente por esos chavales que pasan por nuestras manos, que cuando con el paso del tiempo nos los reencontramos, siempre nos hacen sentir importantes.
Prólogo de ACB.COM, La importancia de ser maestro y a la vez entrenador (Eduardo Burgos)
Prólogo de ACB.COM, La importancia de ser maestro y a la vez entrenador (Eduardo Burgos)