La pretemporada de los equipos pronto estará en marcha, la mayoría de los jugador@s han desconectado del baloncesto en su descanso estival, algunos totalmente, otros han asistido a Jornadas de Tecnificación y Campus de Baloncesto y los más elegidos tanto en formación como en la élite, han formado parte de la Selección de su país, en concentraciones y Campeonatos de Europa y del Mundo.
Hacer una buena pretemporada es básico y esencial para optimizar el rendimiento del equipo durante la competición. Para mí, este periodo es crucial y requiere una rigurosa planificación, que ayude a los jugadores a conseguir el mejor acondicionamiento físico y técnico posible, a comprender y entender el componente táctico y estratégico que queremos implantar, crear cohesión de grupo y equipo y crear una mentalidad ganadora.
Los equipos que invierten tiempo y esfuerzo en este periodo, estarán mejor preparados para afrontar los retos y desafíos que lleva consigo la competición.
ME GUSTA ENTRENAR DURANTE LA PRETEMPORADA
1) Porque nos ayuda a conseguir un buen nivel físico para afrontar la temporada
Hacer una buena pretemporada es tremendamente importante, generalmente suele durar unas seis semanas aproximadamente, en Córdoba por el clima que hace con temperaturas rondando los cuarenta grados (supongo que igual que en la mayor parte de Andalucía), suele empezar en la última semana de agosto y hay que saber dosificar los esfuerzos y las cargas de trabajo, tanto en la cancha como en el gimnasio si se dispone de él.
A mí personalmente, no me gusta concertar partidos de preparación durante las dos primeras semanas de la pretemporada. Me importa más dotar al equipo de una base física, técnica y un poquito de táctica pero no demasiada, además me gusta defender en individual y presionando a toda cancha, es una manera agregada para adquirir mas volumen físico, pero doctores tiene la iglesia (respeto cualquier otra idea).
Conviene comenzar poco a poco, de menos a más (progresivamente) y con suavidad (tiempo hay de apretar las clavijas). En los entrenamientos debemos incluir ejercicios y tareas de acondicionamiento físico y bajo mi punto de vista mucho ejercicio con balón buscando una preparación física integrada que nos acerque lo mas posible al nivel de la competición real. Además el hecho de trabajar progresivamente, será un factor clave para evitar posibles lesiones.
Aunque lo he hecho con mis equipos en otros tiempos, no creo demasiado en hacer demasiada carrera continua (el baloncesto no es atletismo) y mucho menos con temperaturas extremas como las de mi ciudad, vueltas y vueltas corriendo sin parar. Hay que ser muy meticulosos en esto y medir moderadamente los tiempos y esfuerzos.
En mi experiencia como entrenador he visto a jugadores pasarlo realmente mal, algunos llegando a la deshidratación, otros con golpe de calor, y algunos como vulgarmente se dice "echando las papillas", vomitando, etc. No creo que haya necesidad de eso, no se entrena mejor por machacar y hacer sufrir a los jugadores, se trata de todo lo contrario, de preparar sus músculos, de mejorar su resistencia cardiovascular, respiratoria, su coordinación y su mejor adaptación técnico-táctica al baloncesto.
Los entrenadores deben trabajar estrechamente y contar con la colaboración de todos los componentes de su staff técnico y si cuentan con personal médico aún mejor (Fisioterapeutas, etc ).
2) Porque se aprende y reaprende, buscando que los movimientos técnicos se automaticen
Independientemente del aspecto físico la pretemporada nos permite trabajar con detenimiento la mejora técnica individual de los jugadores, con sesiones prácticas en la cancha con trabajo específico por posiciones y también con ejercicios grupales.
En esta fase se produce un re-aprendizaje de acciones y gestos técnicos ya aprendidos pero que han podido perder fluidez en su realización por la parada e inactividad durante el verano. Al mismo tiempo podemos aprender otros movimientos nuevos que aumenten el caudal de los fundamentos técnicos que dominen nuestros jugadores. Todo ello se debe automatizar hasta la máxima perfección, para ello corregir y repetir adquirirá su máxima dimensión y la repetición. Ensayo, error y aprendizaje son eslabones de una misma cadena.
3) Porque es cuando se crea, se asienta y se dota al equipo del soporte táctico necesario
Si queremos dotar a nuestro equipo de una filosofía y estilo de juego propios, la pretemporada es el mejor momento tanto con los entrenamientos como en los partidos de preparación que concertemos.
Cuando hablo de soporte táctico y estratégico, me refiero al playbook de defensa y de ataque, además de lo que se conoce como juego de intervalos (es decir, contraataque, transiciones ofensivas y transiciones o balance defensivo).
Además de los sistemas de ataque y defensa propiamente dichos, debemos trabajar alguna salida de presión, saques de banda, saques de fondo, jugadas especiales de últimos segundos, etc. Por supuesto teniendo en cuenta la edad y categoría de nuestros jugadores, no es igual el arsenal táctico para un equipo infantil, que para un equipo senior, por poner algún ejemplo.
4) Buscar la identidad y cohesión de los jugadores, ser un equipo
Si importante es todo lo táctico, no menos importante es cohesionar al grupo de forma que logremos que los jugadores se comporten y actúen como un verdadero equipo, dentro y fuera de la cancha.
Hay que cohesionar el juego de todos los jugadores (antiguos y nuevos), que se conozcan entre sí respecto a como juegan y sepan sincronizarse y engarzarse unos con otros, aplicando la táctica individual a la táctica y estrategia del equipo. Si logramos que se entiendan bien entre sí, también comprenderán mejor la táctica que se aplique y mejorarán en la toma de decisiones durante la temporada.
Pero no nos debemos quedar a nivel grupal en solo eso, también debemos ayudarles a forjar una buena química entre ellos que les derive a una buena mentalidad ganadora, aunando esfuerzos e ideas en el campo de juego.
No es sino a través de aunar todos los puntos anteriores, dando un enfoque integral a la pretemporada (físico, técnica, táctica, cohesión de equipo con determinación, confianza y mentalidad ganadora), como podremos conseguir que nuestro equipo esté preparado para los retos de cada temporada.
5) Se trabaja sin prisas y no importan los resultados
Durante la pretemporada no se trabaja con prisas, es cuando más tiempo se tiene para corregir, rectificar, evaluar las habilidades individuales y colectivas, se trabaja sin prisa, el jugador tiene más tiempo de asimilar todo, etc. Cuando llega la competición, siempre estamos pendientes del próximo rival, entra en acción "el scouting" que nos quita tiempo durante la semana y todo va mucho mas acelerado y de prisa.
Además, aunque a todos nos gusta ganar, es cuando menos miramos los resultados, se piensa más en ir mejorando el juego, en dosificar los minutos a nuestros jugadores, en ensayar defensas y ataques, en construir nuestro estilo de juego y en extraer conclusiones.
Cuando empieza la vorágine de la competición, especialmente con equipos de nivel más avanzado, los resultados nos devoran, aunque no nos guste si perdemos más de la cuenta, nuestra cabeza depende de un hilo y ya se sabe las culpas son casi siempre del entrenador y nos podemos ir a la calle.
CONCLUSIÓN
Si un jugador hace una buena pretemporada siempre estará en mejores condiciones que otro que no la haya hecho. Por ende, si somos capaces de conseguir que el equipo también la haga, iniciará la temporada con una mejor condición física y mucho más preparado mental y anímicamente para comenzar con un ritmo diferente a otros equipos que no la hayan realizado y abordar la competición con mayores garantías de éxito.