Los "enemigos intimos" Real Madrid y Barcelona disputarán una vez mas la final de la Supercopa Endesa que suele ser el punto de partida de otra temporada mas que se promete apasionante e ilusionante. Se revive el "clásico" por tercer año seguido, y en la que será su quinta final consecutiva en competiciones ACB. Será este sábado, a las 19h (La1/TV3/OA).
REAL MADRID 89-VALENCIA BASKET 76
El Real Madrid jugará por su tercer título consecutivo de la Supercopa Endesa al batir al Valencia Basket en una intensa semifinal, decidida por el talento de Rudy, Llull o Felipe Reyes.
Los blancos llevan dos Supercopas Endesas seguidas en el bolsillo y para seguir vivos en la búsqueda de la tercera tuvieron que tirar de lo más conocido, de sus cracks: Rudy Fernández, estrella absoluta con 21 puntos y Sergio Llull y Felipe Reyes, determinantes en un formidable último cuarto.
Tres triples seguidos de Llull y seis puntos seguidos de Reyes decantaron la balanza en el último cuarto, acabando con la oposición de un Valencia Basket que dominó toda la primera mitad y llegó a mandar por cuatro mediado el último periodo.
Si bien en los taronja brilló el pívot croata Kresimir Loncar, lo cierto es que no fue el mejor día para las caras nuevas. En muchos casos lastrados por las faltas, pitadas en un alto número, y en otros por su falta de adaptación o de ritmo. Lo cierto es que ni Buycks ni Harangody en los taronja ni Ayón, Maciulis, Campazzo o Rivers en los blancos tuvieron un día brillante. Solo Nocioni (8 puntos seguidos) y Guillem Vives tuvieron su momento, aportando frescura a sus equipos.
Los blancos llevan dos Supercopas Endesas seguidas en el bolsillo y para seguir vivos en la búsqueda de la tercera tuvieron que tirar de lo más conocido, de sus cracks: Rudy Fernández, estrella absoluta con 21 puntos y Sergio Llull y Felipe Reyes, determinantes en un formidable último cuarto.
Tres triples seguidos de Llull y seis puntos seguidos de Reyes decantaron la balanza en el último cuarto, acabando con la oposición de un Valencia Basket que dominó toda la primera mitad y llegó a mandar por cuatro mediado el último periodo.
Si bien en los taronja brilló el pívot croata Kresimir Loncar, lo cierto es que no fue el mejor día para las caras nuevas. En muchos casos lastrados por las faltas, pitadas en un alto número, y en otros por su falta de adaptación o de ritmo. Lo cierto es que ni Buycks ni Harangody en los taronja ni Ayón, Maciulis, Campazzo o Rivers en los blancos tuvieron un día brillante. Solo Nocioni (8 puntos seguidos) y Guillem Vives tuvieron su momento, aportando frescura a sus equipos.
LABORAL KUTXA 76- F.C.BARCELONA 95
El F.C. Barcelona jugará este sábado con el Real Madrid por el título de la Supercopa Endesa tras noquear sin paliativos al Laboral Kutxa Baskonia en su casa, el Fernando Buesa Arena.
Los blaugrana se apuntaron a la revancha de las últimas dos finales supercoperas -o al deseo de refrendar el reciente título liguero, según se mire- a base de un despliegue de físico, talento, concentración y recursos sobre el parqué.
El Barça era favorito, pero se encargó de olvidar toda duda desde el mismo inicio. Un rápido 0-4 dio paso a un 2-9 y a partir de ahí, ya no miró nunca atrás.
Este Barça combina una plantilla rodada y en la que sus estrellas llevan años en la plantilla con jugadores con experiencia en la liga, y exhibe cada instante rodaje y cohesión, precisamente lo que más carece un Laboral Kutxa Baskonia que no solo ha de ensamblar una nueva plantilla sino que ha peleado contra las lesiones y largos viajes en pretemporada.
El primer cuarto tuvo tres nombres propios: Brad Oleson, Álex Abrines y Justin Doellman. Cada uno anotó nueve puntos, para un incontestable 16-31. El Laboral Kutxa Baskonia intentó reaccionar con la intensidad de un mate de Ilimane Diop que avivaba al público y a la propia plantilla, acercando un poco el choque: 25-36.
Pero fue un espejismo. El Barça volvió a pisar el acelerador y llegó a poner los 20 de ventaja al filo del descanso.
A partir de ahí, ya no hubo partido. Solo más oportunidad de ver a las estrellas culés en estado de gracia y de ver algunos destellos de los nuevos baskonistas: la dureza de Iverson, la capacidad atlética de Johnson o sobre todo, la muñeca de Bertans, autor de 11 puntos en el último cuarto. Pero fue anecdótico.
Los blaugrana se apuntaron a la revancha de las últimas dos finales supercoperas -o al deseo de refrendar el reciente título liguero, según se mire- a base de un despliegue de físico, talento, concentración y recursos sobre el parqué.
El Barça era favorito, pero se encargó de olvidar toda duda desde el mismo inicio. Un rápido 0-4 dio paso a un 2-9 y a partir de ahí, ya no miró nunca atrás.
Este Barça combina una plantilla rodada y en la que sus estrellas llevan años en la plantilla con jugadores con experiencia en la liga, y exhibe cada instante rodaje y cohesión, precisamente lo que más carece un Laboral Kutxa Baskonia que no solo ha de ensamblar una nueva plantilla sino que ha peleado contra las lesiones y largos viajes en pretemporada.
El primer cuarto tuvo tres nombres propios: Brad Oleson, Álex Abrines y Justin Doellman. Cada uno anotó nueve puntos, para un incontestable 16-31. El Laboral Kutxa Baskonia intentó reaccionar con la intensidad de un mate de Ilimane Diop que avivaba al público y a la propia plantilla, acercando un poco el choque: 25-36.
Pero fue un espejismo. El Barça volvió a pisar el acelerador y llegó a poner los 20 de ventaja al filo del descanso.
A partir de ahí, ya no hubo partido. Solo más oportunidad de ver a las estrellas culés en estado de gracia y de ver algunos destellos de los nuevos baskonistas: la dureza de Iverson, la capacidad atlética de Johnson o sobre todo, la muñeca de Bertans, autor de 11 puntos en el último cuarto. Pero fue anecdótico.
FUENTE: ACB.COM (Pablo Malo de Molina)
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