No han podido arrancar mejor los cuartos de final de la Euroliga los equipos españoles, tres victorias como locales que suponen un gran paso del Regal Barça, Caja Laboral y Real Madrid (este ante otro gran equipo español como es el Power Electronics de Valencia).
En el otro encuentro de cuartos de final derrota apabullante del equipo de Montepaschi de Siena ante Olimpìakos por 89-41, con inaudito y parcial increible por escandaloso de 47-9 al descanso.
La historia de los encuentros sin embargo ha tenido un guión muy diferente en cada caso con connotaciones que deben ser consideradas:
Regal Barça 83-Panathinaikos 82
Sufrió de lo lindo el equipo de Xavi Pascual ante el equipo de Obradovic, fue un partido un tanto atípico a lo que es el juego de los blaugranas y mas en consonancia con el sello especial que el técnico del equipo griego suele dar a sus equipos.
Los locales nunca se sintieron cómodos y no consiguieron imponer su ritmo, Diamantidis se hizo dueño del partido (26 puntos) y trajo en jaque a la defensa del equipo catalán.
El Barcelona reaccionó tras un 59-64 en el último cuarto, en ese momento aparecieron Navarro (muy bien defendido durante casi todo el partido por el entramado de ayudas fijada por los griegos) y Lakovic con sus triples y se consiguió darle la vuelta al partido.
Cuando todo parecía enfocado en los 20 últimos segundos pasó de todo y casi con el suspense típico de una película de Alfred Hitchcock el Barça se hizo con una victoria angustiosa que vale su peso en oro.
A falta de 5 segundos con (83-80) el casi siempre infalible Navarro falló un tiro libre y Sada cometió una antideportiva sobre Diamantidis que anotó los tiros libres, a falta de 1´8´´ segundos el tiro final griego no entró con el respiro consiguiente del equipo español.
(Foto extraida de www.terra.es)
Caja Laboral 76-Macabbi Tel Aviv 70
El partido de los de Ivanovic comenzó con un arranque espectacular de los vitorianos que desarbolaron por completo a los israelíes con una defensa magnífica. Su acierto en triples les llevó a obtener una máxima ventaja de 15 puntos y se llegó al descanso con 44-32.
Sin embargo la salida del tercer cuarto y el acierto de Hendrix metió al equipo visitante en el partido acercándose a los cinco puntos de diferencia. Reaccionaron los locales y llevaron al partido a una fase en que las diferencias rondaban próximas a los diez puntos.
El acierto de Logan y Barac parecía catapultar a los del Buesa Arena con 76-64 a falta de unos dos minutos, pero ahí se quedó clavado el equipo de Ivanovic aunque la victoria final no peligró en ningún momento pese al acercamiento del equipo de David Blatt.
Real Madrid 71-Power Electronic 65
Si el partido en Barcelona fue agónico y el gran comienzo del equipo vitoriano impuso su ley en el Buesa Arena, en la Caja Mágica pudimos ver quizás el duelo mas equilibrado e igualado de los cuartos de final de la Liga Europea.
Comenzó bien el Real Madrid con tres triples consecutivos de inicio, pero Tomic como casi siempre comenzó anotando y enseguida cometió dos faltas personales que le llevaron a descansar al banquillo demasiado pronto (minuto 3). La ventaja llegó a los diez puntos pero entre Lishchuk y De Colo junto a una mayor presión defensiva hizo que los de Pesic se acercaran al 20-18 en el final del primer cuarto.
Mejoraron mucho los valencianos en el segundo cuarto, quizás los errores en los tiros libres junto a la fortaleza en el rebote de Felipe Reyes impidieron el despegue de Power Electronics y al descanso las espadas estaban en alto, 33-32.
En el inicio del tercer cuarto los madrileños cogieron una ventaja de siete puntos (43-36), pero rápidamente llegó la reacción taronja y de nuevo la igualdad fue la constante del partido, (52-53) al llegar al cuarto decisivo.
En el tramo final los madrileños siguieron fuertes en rebotes (42 contra 26) y aunque Clay Tucker desesperó al público madrileño con sus tiros errados (algunos sin llegar a tocar aro), la aparición estelar del joven Mirotic (12 puntos en este cuarto) y un triple decisivo en el momento cumbre del partido dieron la victoria a los de Molin pero sin demasiado brillo y notándose demasiado la herencia del estilo Messina.