He escrito tantos artículos de baloncesto, escribiendo desde el 2005 en las redes da para mucho, que cuando me pongo a escribir algunas veces pienso que ha he hablado de eso, precisamente sobre poner etiqueta a los entrenadores me suena algo pero como no estoy completamente seguro les voy a exponer lo que pienso.
2) Yo me pregunto, esas personas que etiquetan a los entrenadores, ¿los habrán visto entrenar a diario?, ¿sabrán el tipo de relación que tiene el susodicho entrenador con sus jugadores?, ¿saben cual es el día a día del equipo?, ¿conocen las características de los jugadores de sus equipo?, ¿están al tanto de las interioridades del equipo? ¿han visto jugar al equipo en varios partidos y no en uno solo?
3) Por mi parte jamás me aventuraría a opinar de un entrenador si no conozco todos esos datos que les he mencionado y algunos otros mas que seguro se me han quedado en el olvido. Criticar y calificar es fácil, pero hacerlo con argumentaciones y de forma razonada es ya otra cosa.
Al respecto de lo que les estoy hablando se me viene a la memoria dos ocasiones en la que yo entrenaba a un equipo de Liga EBA de la provincia y jugamos sendos partidos en Córdoba capital.
En la primera de ellas jugamos un partido excelente siendo yo entrenador de Pozoblanco y jugando contra Cajasur, en ese partido nos salió todo, tuvo mucha repercusión medíatica, lo bordamos y apabullamos al equipo rival, no saben ustedes la de calificativos elogiosos que se vertieron sobre mi persona (los tengo aún en recortes de periódico), que si había dado un baño táctico al rival, que si la defensa había rayado la perfección, que el equipo estaba perfectamente organizado y los sistemas de ataque eran diversos, variados e hicieron daño siempre al rival, que si era un auténtico equipo en la pista, que si el lenguaje gestual de los jugadores indicaban que era una piña con el entrenador y no se cuantas mas cosas, tengo que confesar que eso te hacia sentir ufano y contento. los elogios nunca amargan a nadie.
En la segunda ocasión en un partido siendo yo entrenador de Peñarroya en EBA y contra el mismo Cajasur en Vista Alegre, la cosa salió mal y perdimos el partido. Pues bien no voy a señalar a ningún periodista porque no sería ético de mi parte, se me criticó todo, que si no tenia plan de partido, que los jugadores no tenían patrón de juego en el campo, que los cambios y rotaciones fueron nefastos, que el equipo era una banda, que había malas caras en el banquillo, etc. La verdad leer todo eso me parecíó injusto e incluso me molestó si soy sincero, incluso mi hijo me preguntó por lo que se publicó, no me quedó otra que apechugar porque los entrenadores tenemos que estar en las buenas y en las malas. Las críticas se aceptan pero algunos titulares o etiquetas ya no tanto, era un sólo partido y se me ponía en jaque ante todos. Sé que eso es la vida del entrenador y hay que aceptarlo, pero todo tiene su límite.
Resulta sorprendente pero tan injusta era una etiqueta como otra, la contradicción en el tratamiento periodistico y en como se me etiquetó en las crónicas era patente, yo era el mismo entrenador en una ocasión y en la otra y sin embargo...pasé de ser de "lo mas" a "lo menos", de "héroe" a "villano".
Hace varios años que me dedico a ver entrenamientos de otros entrenadores, son gente conocida de los que tenía una opinión mas o menos válida, pues bien cuando los he visto entrenar y trabajar me he dado cuenta que no tenía nada que ver con lo que a priori pensaba, acostumbramos a etiquetar demasiado fácil a nuestros compañeros, si estuviésemos simplemente una semana viéndolos entrenar, observando el trato que tiene con los jugadores, etc, seguramente cambiaramos rápidamente de opinión.
Acostumbramos a pensar que nosotros somos los que hacemos las cosas bien y que incluso subjetivamente creemos que somos buenos entrenadores e incluso los mejores, eso en si no es malo, pero también hay que considerar que hay muchos buenos entrenadores en todas partes.
Si salimos de nuestra zona de confort, enseguida veremos otras maneras de pensar y de entrenar que son tan válidas o mejores que las nuestras, por eso me atrevo a pediros que NO PONGAMOS ETIQUETAS A LOS ENTRENADORES, analicemos como juegan sus equipos (eso se puede hacer), pero no analicemos al entrenador como persona y como trabajador del baloncesto superficialmente si no lo conocemos a fondo, si no sabemos como planifica, como entrena, como se relaciona con el equipo y su staff técnico, se sufre mucho en un banquillo lo mismo que también se tiene muchas alegrías, pero valoremos a los entrenadores en su justa medida es lo mínimo que se debe hacer.