El baloncesto es mi deporte, no me cabe la menor duda, todos los que me conocen saben de mi pasión por él, formo parte de ese grupo de gente al que llaman "locos del baloncesto" aunque yo no me siento así, yo lo que siento es que me gusta el baloncesto, que disfruto con él, que lo siento dentro de mí, que lo quiero y que me ha hecho vivir momentos inolvidables para lo bueno y para lo malo (que ha habido de todo), pero que si estoy metido en él está claro que es porque me llena, me subyuga y me fascina.
No me he podido dedicar profesionalmente a él, aunque en mi vida ha habido dos momentos muy cercanos a ello, uno cuando saqué el curso de entrenador nacional en Madrid en el año 1980 (voy a contar un pequeño secreto que nunca dije porque soy muy vergonzoso y es que fui el nº1 de mi promoción, esto lo saben sólo unos pocos allegados y la Delegación Cordobesa de Baloncesto que en aquél entonces presidía creo recordar el Sr.Hinojosa), pues bíen en el mismo curso Nacional que menciono uno de los profesores del curso me ofreció irme a Cataluña a su staff técnico, yo que había recién aprobado las Oposiciones de Magisterio tenía que renunciar a ellas (en aquél entonces para poder pedir la excedencia había que que haber estado ejerciendo al menos tres años y yo no los cumplía), casado con una hija no fuí capaz o no tuve la valentía de renunciar a mi puesto de maestro definitivo.
La segunda ocasión me llegó trás dirigir a Pozoblanco en el año 1994-95 tras ascender a liga EBA, un representante de baloncesto de la zona levantina, me ofreció hacerme cargo de un equipo EBA de su zona (la EBA por aquél entonces era la segunda categoría Nacional no existía la LEB), la oferta igualaba lo que ganaba de maestro, pero preferí seguir de maestro y por las tardes entrenar en EBA al Pozoblanco (salía mejor económicamente y no existía el riesgo de que me cesaran y me quedara un poco con el culo en el aire), opté por la seguridad y no acepté la oferta.
No he entrenado en profesionales, pero yo siempre me he sentido profesional porque para mi la profesionalidad no se mide por la categoría en que entrenas, ni por el dinero que ganas, sino por el grado de compromiso y responsabilidad que un entrenador pone en el empeño. ¿Es que un entenador de categorías inferiores no puede ser profesional si programa, planifica, desarrolla, ejerce bien su trabajo, es responsable, forma chavales, hace scouting, analiza, ejerce de psicólogo, de preparador físico, de acompañante, de gestor, etc?, lo siento pero hay muchos de esos que son verdaderamente profesionales aunque entrenen a cualquier equipo de colegio, de pueblo o de ciudad.
Me gusta transmitir lo que sé y nunca me guardo nada para lo bueno y para lo malo, se que hay entrenadores mucho mas brillantes que yo pero no me importa al contrario los admiro, los estudio, los analizo y aprendo de ellos. Algunos amigos y compañeros del basket me dicen que por qué no me guardo las cosas como hacen otros (no publican artículos técnicos, o publican lo que hacían en el pasado y ya no hacen, no dan clinics, etc), pues bien la respuesta tiene dos reflexiones, la 1ª es que cuando yo empezaba estaba ávido de buscar información y actualización y apenas si encontraba (no eran tiempos como los actuales que las tecnologías han avanzado al máximo) y yo no quiero que eso pase porque me gusta que todos los entrenadores tengan sitio de donde extraer ideas y conceptos, la 2ª razón y aún mas importante es que si con mis ideas consigo hacer a mis rivales mejores (ojalá tuviera ese don), eso me obligaría a superarme y mejorar para buscar nuevas salidas y nuevas fórmulas que les pudieran sorprender, formando a los demás me formo yo de camino posiblemente mucho mas (porque aprenderé sin duda de los otros).
Jugar a baloncesto es una bendición, no sólo por el hecho de hacer deporte sino por todo lo que implica, es luchar por un objetivo de mejora y superación personal, es darlo todo por un escudo, por un club, por tus compañeros, por tu entrenador, es luchar, no rendirse nunca, es disfrutar cada segundo del partido, es disfrutar con cada acción del juego, es respetar al contrario y a los árbitros, es trabajar en equipo de forma colectiva para conseguir llegar a una meta, es hacer amigos y mejorar socialmente a través de múltiples relaciones interpersonales (familias, compañeros, rivales, áarbitros, periodistas, aficionados, federativos, etc. Con el baloncesto aprendemos a ganar y a perder y es una lección que perdudará en la vida, aprenderemos a encajar los golpes, a caernos y a levantarnos, a defender a muerte en todo momento, pero siempre disfrutando, sin aburrirnos y disfrutando del espectáculo que representa (mates, triples, tapones, etc).
Si señores llevo el baloncesto en el corazón, de eso si me siento orgulloso, lo vivo, lo mimo y no puedo separarme de él, ¿estoy loco por ello? ¿soy un apasionado que pierde el norte? ¿estoy enganchado a su droga?, no tengo ni idea, pero estoy contento de pertenecer a su mundo y nuca me cansaré de estarlo. El baloncesto tiene todo mi respeto y sin él no sería yo mismo. ¿A alguién mas le pasa lo mismo o parecido?