Buenos días Sr. Burgos. Soy Dani Viegas, entrenador y ex jugador en diversos clubes en segunda división, EBA en sus distintos cambios de escalón, primera nacional, desde finales de los años 80 hasta principios de la década de 2010. En primer lugar darle la enhorabuena por este interesantísimo blog de basket y agradecerle todo el trabajo que debe implicar el llevarlo adelante. Me gustaría compartir una vivencia del Campeonato de España infantil femenino que en este momento en que le escribo disputa sus semifinales y en el que mi hija Carla Viegas ha participado con el CAB Estepona. Le pongo un poco en situación. El equipo estaba encuadrado en el Grupo A donde ganamos los tres partidos y caímos en octavos de final con Valencia Basket en un partido que se decidió en el último minuto.
El motivo de la presente es compartir con todos los amantes del baloncesto unos de los momentos más bonitos que he vivido en el baloncesto y los "culpables" de esto son las jugadoras y afición del Club Baloncesto San Blas de Alicante. Una afición animosa, con su bombo y su adaptación del "Thunderstruck" de AC/DC. Un equipo aguerrido y con calidad. Deportividad máxima. El segundo día de competición, el equipo de mi hija Carla, el CAB Estepona, se enfrenta a ellos. Ganamos. Un gran ambiente, cada uno animando a las suyas, ni un mal gesto ni una mala palabra. Termina el partido y la afición de San Blas espera a nuestras niñas a la salida para aplaudirles. Mi hija recibe multitud de bonitas palabras que como padre me emocionan. Sin conocernos de nada previamente.
Nuestro equipo acaba como campeón del grupo A y ellos terminan segundos del mismo. San Blas gana su partido de octavos de final y tanto su equipo como sus aficionados vienen a ver el nuestro, contra un gran equipo como es Valencia Basket. Las niñas pelean hasta el último minuto, parece que podemos conseguirlo, pero se nos escapa. Nuestras jugadoras lloran desconsoladas, se van hundidas a una esquina del pabellón a estirar sin poder contener las lágrimas. Lo que habían conseguido era para sentirse orgulloso, pero queríamos más y había estado muy cerca. En ese momento, las jugadoras del San Blas se meten en la pista y se van hacia las nuestras a animarlas, a abrazarlas, a hacerse fotos con ellas. Veo a mi Carla sonreír, me emociono. Sus aficionados nos animan, sentimos una mano en el hombro en un momento triste.
Es solo un juego, está claro, pero los que estamos ahí metidos lo vivimos con intensidad. Hay mucho esfuerzo detrás: de las niñas, los entrenadores, los dirigentes de los clubes, las familias. En ocasiones, vemos situaciones en las que se pierden los papeles. En otras, como esta que comparto, vivimos algo hermoso que debe hacernos reflexionar y por lo que todos debemos luchar para que acabe siendo la tónica habitual. Ha habido un equipo campeón en la pista, pero para mí hay otros campeones de España: las jugadoras y la afición del Club Baloncesto Femenino San Blas Alicante. ¡Gracias por todo amigos!
Sr. Burgos, si cree usted conveniente publicar esta carta, me gustaría que lo hiciera. Entre todos, debemos erradicar las malas formas en el deporte de base en general, y en concreto en el baloncesto que es nuestra pasión. En más de treinta años de baloncesto nunca sentí la emoción que me produjo lo que ví. Fue realmente precioso. En lo deportivo, ser décimas de España ha sido histórico para un club de pueblo como somos. Mi hija ha hecho muy buenos números en los cuatro partidos jugados, lo cual me enorgullece sin duda. Pero le aseguro que lo vivido justo después de la derrota fue lo más bonito de esta semana en Marín.
Un saludo y aquí tiene usted un loco más del basket para lo que necesite.
Dani Viegas
