Se esperaba una de
las grandes tardes baloncestísticas del Pabellón Alameda. Se venía barruntando
desde el miércoles. Aceitunas Fragata Morón no iba a bajar los brazos. No se
iba a regalar la eliminatoria. Ya se avisó en su día que, una vez clasificados
para los play-offs se pelearían hasta la última gota. Y eso es lo que ha pasado
en el Pabellón Alameda.
Desde las 5 de la
tarde la gente había comenzado a llenar las gradas. El equipo necesitaba al
jugador número 6 más que nunca y respondió sobremanera. Tocaba que los
jugadores cumpliesen su parte. Y lo hicieron. El partido borró de un plumazo
todas las sensaciones negativas que el equipo trajese del País Vasco y consiguió
una contundente victoria en casa para igualar la eliminatoria. Más contundente
por las formas que por el resultado en sí (72-63). Lucha incansable para
remontar las peores diferencias y gran soltura para conservar las ventajas.
Inconmensurable
trabajo de jugadores como Ola Keshinro (15 puntos, 5 tapones y 9 rebotes),
Jesús Vargas (soberbio partido aun estando mermado físicamente; 12 puntos,
algunos de ellos con mates espectaculares) y, especialmente, las aportaciones
de Mike Phillips y Pape Sow en ataque, y de Rafa Rufián todos los minutos que jugó,
aportando pausa y sensatez al juego del Aceitunas Fragata Morón.
El primer asalto se
lo llevaron los vascos del Sáenz Horeca Araberri, que finalizaron el cuarto
mandando de 7 puntos gracias al buen acierto de Raymond Levesque (9 puntos y 10
de valoración) y los triples de varios jugadores (impecables Joseph Thomas y
Martín Buesa). Pero Aceitunas Fragata contestaba rápidamente gracias a eso que
decíamos de Javi Marín en la previa: penetraciones rápidas y efectivas cuando
el equipo se atascaba. Además, Ola y Mike empezaban a dar muestras de lo que
sería su tónica durante todo el encuentro.
La segunda mitad
arrancaba con el fantasma de la ida pesando, pero enseguida se vio que Morón
iba a ser netamente superior en este periodo. No en vano, el parcial de este
cuarto reflejaba un serio 28-13 que posibilitaba una ventaja de 8 puntos en el
marcador (el antiguo, los nuevos daban la hora muy bien): 44-36. Cuarto
inmaculado de Jesús Vargas y fenomenal Mike Phillips. Araberri no bajaba los
brazos pero no era capaz de contener la ofensiva rival. Morón pudo remontar una
ventaja muy grande de los vascos e imponer su juego.
Pero Araberri no
viene a hacer turismo a Morón. El tercer cuarto fue de un intercambio de golpes
puro y duro. Aceitunas Fragata Morón comenzó a acusar la falta de acierto en el
tiro libre (un lastre toda la temporada) y la reacción rival hizo daño. Varias
pérdidas por precipitación en ataque posibilitando que Araberri se fuese al
final del tercer cuarto mandando de un punto en el marcador. 58-59, pero todo
un mundo. El ambiente de la grada no aceptaría una derrota y el equipo
respondió con creces.
Al último cuarto se
salió tan enchufado como en el segundo, acusando un poco de cansancio y la
presión de un rival correoso. Fantástico partido que nos regalaron ambos
equipos y que pudo haberse llevado cualquiera antes del inicio de este periodo.
Pero Aceitunas Fragata Morón impuso su ley. Y de qué manera. Dejó en 6 míseros
puntos a los rivales en los 10 minutos finales. Eso lo dice todo. Un parcial de
14-6 para cerrar este partidazo. Y pudo ser más si no fuese por ese porcentaje
de tiro libre (10/22), aunque los grandes jugadores respondieron una vez más.
Soberbia actuación de los ya mencionados arriba que posibilitaron la igualada
en la eliminatoria.
Ahora nos queda un
nuevo viaje a Vitoria donde puede pasar cualquier cosa, pero Aceitunas Fragata
Morón ha demostrado que la condición de recién ascendido es solo eso, una
condición, y que tiene todavía mucho que decir en esta temporada 2015/2016. El
martes tenemos una nueva cita para la historia.
Y esta no es la
última crónica que escribo en casa.
Juan Luis Mármol