El equipo coruñés salió de inicio frío y atemorizado (acusó la baja de su base titular Lino López que estaba tocado) y también se encontró con un cinco inicial del rival que quizás no se esperaba, por primera vez Ricky salió de titular en esta liga y la altura del primer quinteto cajasureño era de vértigo, Mallory (2´13), Ricky (2´11), Ferrer (2´01), Almazán (1´98) Y Garrido (1´83).
Los cordobeses metían además todos los tiros de inicio y rápidamente se pusieron (12-4) en el marcador. No le quedó mas remedio al entrenador coruñés que poner en liza a Lino López que andaba con molestias y tuvo que suplir también al alero americano Catchings que se hizo un esguince de tobillo en una acción del juego y ya no pudo volver a salir. La escasez de aleros solo se quedo con Seijo y Pereira, le hizo jugar en muchos momentos con dos bases, pero esto le vino piripintado, porque fue desde ese momento cuando su equipo empezó a controlar el ritmo de juego y a jugar conforme mas le interesaba.
El partido entró en una fase de igualdad máxima en el segundo cuarto, ningún equipo se distanciaba demasiado, Robert Joseph demostraba con rotundidad por qué es el MVP de la liga, anotaba, reboteaba e intimidaba y eso que tenía delante a Mallory, que aunque estuvo a mejor nivel que otras veces no podía con el americano rival.
Dos detalles incomodaban especialmente al equipo cordobés que no le dejaban estar cómodo. El primer detalle era el control que sobre Garrido y el timing de juego ejercían los dos bases rivales, consiguieron que el magnífico base cordobés se descentrara y no estuviera a la altura que es habitual en él, tampoco sus sustitutos Calles y Suka mejoraron en demasía sus prestaciones.
El segundo detalle fue la zona de ajuste que montó Antonio Pérez, combinando ajustes no habituales, jugadores que defendían en zona o en individual, en función de unas claves establecidas y que consiguieron confundir en algunos momentos al ataque cordobés. En el descanso (34-32) y todo estaba por decidir.
El tercer cuarto comenzó mas o menos por los mismos derroteros, pero a mitad de este cuarto el equipo coruñés con una gran racha de aciertos en el tiro exterior, generalmente tras penetraciones y doblar fuera, empezó a dominar por completo la situación y a meter miedo en el equipo cordobés y en la grada, la figura de Arzallus con cuatro triples consecutivos tuvo mucho que ver en ello, 47-54 y un cuarto por jugar.
Siguió la misma tónica en el inicio del tercer cuarto,los gallegos mandaban en el ritmo y en el marcador, a falta de unos seis minutos ganaban 50-59, todo parecía visto para sentencia. Pero como hemos dicho en el titular los partidos duran cuarenta minutos y de nuevo se juntaron dos factores que bajo mi punto de vista fueron claves en el desenlace de juego.
El primer factor es que Coruña empezó demasiado pronto a jugar posesiones de 24 segundos y dejó de mirar el aro, en su afán de controlar el tiempo y el marcador se olvidó de anotar.
El segundo factor tuvo que ver con el último tiempo muerto de Gomariz. El equipo salió con otra actitud, con una marcha mas, intensísimo en defensa presionando como leones y con una defensa zonal muy importante en los saques de fondo que ahogaba al rival y especialmente con la disposición táctica que puso en el campo y que no la digerió del todo el equipo rival, jugó casi sin pívots (Garrido, Suka, Almazán, Ferrer y Ricky). Un equipo para presionar, todos buenos tiradores, muy altos para la defensa de los aleros coruñeses.
Estos dos factores junto a algún componente de suerte (pero que el equipo la buscó) y dos acciones de las que levantan al público (triple de Garrido en carrera) y robo de Eloy Almazán, fueron una losa demasiado pesada para el Basket Coruña.
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Lo plantearemos basándonos en el cinco inicial de ayer (aunque este ejercicio también lo pueden realizar los que estaban en el banquillo). El base nº 1 (Garrido) pasa el balón al alero nº 2 (Almazán), recibe el bloqueo ciego del pívot nº 4 (Ricky Sánchez) y se va al lado contrario donde recibirá consecutivamente dos bloqueos, el primero del alero nº 3 (Ferrer) y el segundo del nº 5 (Mallory). 2.jpg)
El alero nº 2 (Almazán), si no tiene pase al base nº 1 en poste bajo, pasa el balón al pívot nº 4 que se abre a la línea de tres puntos (Ricky si recibe liberado no se lo piensa, desde esa posición anotó dos triples en el comienzo del partido). 
