Érase una vez un niño pequeño que todas las tardes veía jugar a unos
chicos a baloncesto en el parque de su ciudad, siempre que pasaba por allí se
quedaba mirando embelesado como jugaban los chicos y le parecía mágico como
metían la pelota con la que jugaban en las canastas colocadas, que por cierto
le parecían altísimas.
El niño que normalmente iba acompañado por su padre al parque, le dijo que
quería aprender a jugar a baloncesto. Su padre no era demasiado deportista,
pero si tenía interés en que su hijo lo fuera, el padre pensó que lo
mejor que podían hacer era pedirle consejo al jugador que más fama tenía de
entre los que jugaban en el parque, pero quiso su hijo tomara
protagonismo y fuera el que le hiciese las preguntas al entre comillas jugador
estrella del parque del barrio.
El niño con toda la inocencia del mundo le preguntó, ¿qué debo
hacer para aprender a jugar al baloncesto tan bien como tú? y el
jugador le contestó, lo primero que debes hacer es aprender a tirar,
pasar y botar.
El niño que estaba en la típica etapa del "por qué", le
preguntó que esas tres cosas para que le servirían y la respuesta del jugador
fue, "mira chaval el secreto de este deporte es meter más canastas
que el contrario, así que si tiras muchas veces y mejoras tu puntería además de
divertirte posiblemente en el futuro ganarás muchos partidos". ¡Ah qué
bien! contestó el pequeño. Pero ¿y botar para que me servirá?, el
jugador estrella ufano por lo importante que se sentía acaparando la atención
del niño, le dijo: "El campo es muy grande y botando puedes
avanzar y además si un rival se pone delante lo podrás esquivar si consigues
aprender a botar y cambiar de dirección cuando botes", ¡estupendo
practicaré el bote con mi padre y mis amigos! Pero por favor lo último
que me dijiste que era pasar, ¿para qué me servirá?, y el jugador le
contestó, me acabas de decir que irás a practicar el bote con tus amigos ¿no?,
pues ahí encontrarás la respuesta "porque este es un deporte de
equipo y hay que compartir el balón con tus compañeros y para ello hay que
pasarles el balón, además si os pasáis el balón llegaréis antes a la canasta
contraria que si sólo vais botando". ¡Muchas gracias!, creo que con
tus consejos ya podré jugar al baloncesto con mis amigos.
Pasó un tiempo y este niño intentó practicar el tiro, el pase y el bote con
sus amigos, su padre a pesar de su ignorancia deportiva se compró un manual de
baloncesto e intentaba cada tarde ayudar y enseñar a unos cuantos niños de la
edad de su hijo en el parque y cuando podía les organizaba partidos contra
otros niños de su edad. Pero no conseguían ganar casi nunca y le
costaba organizar que se colocaran en el campo de una forma lógica, iban
todos detrás del balón, había mucha aglomeración y el notaba que algo faltaba,
pero no sabía muy bien qué, así que decidió consultar con un amigo suyo que
estaba jubilado pero que había sido entrenador en colegios y clubes federados.
¿Qué tengo que hacer para que mis chavales se organicen y sepan colocarse
en el campo? Y el viejo pero sabio
entrenador le contestó: "Lo primero es ocupar bien los espacios
del campo, estar abiertos y no estar pegados unos a otros, y además que sepan
moverse sin balón (no sólo botando, pasando y tirando)" y ¿cómo
puedo conseguir eso? , hay que enseñarlos a que observen a su defensor y los
huecos que hay entre los defensores, pero "como primera medida te propongo
que cada vez que un jugador pase a un compañero se cruce al lado contrario y al
mismo tiempo que un compañero le reemplace y ocupe el espacio que deja libre
cuando se inicia el cruce, eso se llama pasar, cortar y reemplazar".
Practicarlo un tiempo y ya me cuentas.
El padre-entrenador al que cada vez le entusiasmaba más el juego, no
cesó de entrenar los consejos del viejo entrenador y empezaba a estar cada
vez mas contento porque los niños se apelotonaban menos y daban una sensación
muy distinta. Sin embargo, aunque habían mejorado aún no conseguían ganar a
casi nadie y le daba vueltas a la cabeza de qué cosas les faltaban para dar ese
paso adelante que se necesitaba. Además, les metían demasiadas canastas y les
costaba tener el balón en su poder, así que comenzó a obsesionarse de cómo
lograr hacer eso, es decir tener más veces el balón en su poder que el rival.
Como era muy observador se fijaba mucho en los rivales y también en cada
partido que veía en la televisión y se dio cuenta que se hacía mucho énfasis en
la palabra defensa, se dio cuenta que había dedicado casi todo el tiempo a que
los niños se colocaran y atacaran mejor pero muy poco a que defendieran y
decidió consultar de nuevo con el viejo entrenador para que le orientase al
respecto.
¿Profe que puedo hacer para tener más veces el balón en nuestro poder y
defender mejor? Al viejo
profesor le gustó mucho esta pregunta porque era un fanático de la defensa y su
respuesta fue: "Hay tres maneras fundamentales para que tengáis
más posesiones que el rival, la primera es coger los rebotes cuando tiren y
fallen (practicar cerrar el rebote), la segunda es robar balones (practicar
mucho 1c1 con balón y la tercera es provocar errores de pase al rival (defender
de forma anticipada al posible receptor del balón y cuando corten a
canasta)".
Dicho y hecho, los chavales trabajaron cada tarde en el parque siguiendo
los consejos del viejo profesor y la mejoría se hizo palpable empezaron a ganar
partidos a los niños de su edad y la mejoría cada vez iba en aumento. Ya
parecían un equipo de baloncesto y disfrutaban de lo lindo jugando.
Pero el niño protagonista de nuestra historia que era muy inconformista y
siempre tenía ganas de aprender nuevas cosas, un día le preguntó al padre ¿papá
que es un bloqueo? El padre se sintió un poco atrapado y medio en fuera de
juego, pero se fijó durante varias semanas en los partidos de televisión
y se dio cuenta de que los jugadores atacantes se interponían en el
camino de un defensor distinto al suyo y dejaban libre a un atacante, pero
no terminaba de cogerle la onda a aquello, pero su confidente "el
viejo profesor” siempre estaba allí y de nuevo le volvió a echar una mano.
"Mira lo que has observado se llama bloqueo, pero enseña a tus
jugadores que se puede hacer al jugador que lleva el balón (se llama bloqueo
directo) o al jugador que no lleva balón (se llama bloqueo indirecto)"
y la mejor manera de entrenarlo es que enseñes a tus chicos el concepto de "tras
pasar ir a bloquear".
La historia continuó en el parque y al cabo de los años, metiendo otras
curiosidades y conceptos hasta que nuestro padre fue entrenador destacado, ese
grupo de niños creció y progresó y nuestro niño se convirtió en un adolescente,
más tarde llegó a senior y era la nueva estrella del parque, un día un niño
pequeño se le acercó y le preguntó, ¿Qué tengo que hacer para jugar
igual de bien que tú a baloncesto?