El baloncesto es sin duda uno de los deportes en los que más se trabaja a través de las estadísticas, se hace tanto en los entrenamientos como en los partidos. Indudablemente las estadísticas son una gran herramienta de trabajo para el entrenador de basket, pero no conviene obsesionarse demasiado con ellas, a veces no reflejan con exactitud el rendimiento del jugador porque hay un factor del que tantas veces hemos oido comentar, “Los Intangibles“, que reflejan momentos y situaciones de partido que no se miden en ellas.
Seguramente muchos
lectores no estarán muy de acuerdo con lo que a continuación voy a exponer,
especialmente en como encuadro a los intangibles, ya que hasta ahora siempre se
habla de ellos referidos a acciones que realiza un jugador y que no se ven
reflejados en las estadísticas de juego.
Sin embargo, para mí los
intangibles (quizás no muy bien denominados), también se extrapolan fuera de la
cancha de juego (hay
muchos aspectos que influyen en el rendimiento de un equipo y en la actuación
de los jugadores y que no se asocian con el juego directamente).
Intangibles dentro del juego
Hay muchas acciones
que se realizan durante los partidos y que no se reflejan en las estadísticas
oficiales, aunque con la inclusión de las estadísticas avanzadas algo se ha mejorado en ello. Podríamos citar ejemplos diversos y variados de dichos intangibles: 1) ayudar en defensa, 2) ntimidar y cambiar la curva de tiro del atacante, 3) hacer buenos bloqueos, 4) buenos
pases que no acaban en canasta, 5) dirección y control del ritmo de juego, 6) coger
la posición en defensa, 7) anticipar los cortes, etc.
Las acciones que un jugador realiza en la cancha se suelen reflejar en las estadísticas: rebotes, tiros anotados, tiros fallados, recuperaciones, pérdidas, etc. Todas estas acciones se van contabilizando por el delegado de equipo por regla general y luego son analizadas por el entrenador, si además éste tiene ayudantes el análisis se realizará de forma conjunta.
Una vez analizados los datos recogidos se pude valorar si se han conseguido los objetivos que se pretendían. A las acciones realizadas se le suele dar una “valoración”. Esta valoración a veces puede ser injusta porque hay factores intangibles que no se tienen en cuenta, por poner un ejemplo el estado de ánimo del jugador y su actitud en la cancha (puede haber un
jugador que ha mostrado poca actitud y que apenas se ha comprometido en el
juego, no apreciándosele toma de iniciativas y que sin embargo obtenga una
valoración positiva en función de los puntos, rebotes, etc).
Un ejemplo muy gráfico de intangible es el clásico base de un equipo que se hincha de repartir juego y da el ritmo adecuado que requiere el partido (dominando el “tempus del juego”), con toda seguridad si sus pases no terminan en asistencias poco se reflejará en las estadísticas del mismo.
Hay otro factor que tampoco se tiene en cuenta en las estadísticas a la hora de fijar el rendimiento y es la relación entre los datos registrados y el tiempo de juego que un jugador ha estado en el campo. Un jugador que apenas ha jugado tres minutos por poner un ejemplo aparece con muy poca valoración, ¿es que su rendimiento ha sido malo?
Siguiendo con matizaciones a las estadísticas y sus posibles intangibles, me referiré a la manera de valorar dos situaciones totalmente opuestas. Un jugador que juega los minutos de la verdad (que anota puntos decisivos, puntos de calidad) puede salir con menor o igual valoración que otro jugador que aprovecha los minutos en los que todo está decidido para maquillar su estadística, ¿acaso son igual de valorables unas y otras canastas?.
También es digno de tenerse en cuenta lo poco que se refleja en las estadísticas las actuaciones en defensa, las estadísticas defensivas son muy necesarias debido a que fomentan el espíritu de sacrificio tan necesario para estimular este aspecto del juego. ¿Se reflejan en las estadísticas acciones como dejar libre la línea de fondo, no ayudar, dejarse ganar la posición, no anticipar en los cortes, perder rebotes defensivos, etc.?
Los jugadores se
estimulan viendo sus porcentajes y cifras, pero esto debe ser bien encauzado ya
que hay algunos jugadores que son algo egoístas y a los que sólo les interesa
engordar sus propias estadísticas. Otro peligro es que
los jugadores tomen como referencia fundamental de las estadísticas los
puntos anotados (que ocurre con relativa frecuencia), olvidándose de otros
aspectos si cabe mucho más interesantes.
Hay muchos jugadores que son un gran ejemplo de su trabajo en intangibles, los hay y los ha habido en todas las ligas y además ser bueno en intangibles no está reñido para al mismo tiempo ser buenos anotadores.
La importancia de los intangibles es clave, no olvidemos que las estadísticas nos dicen “el qué”, pero no nos indican la consecuencia o el motivo que lo origina. Debemos ser pragmáticos y fríos con las estadísticas porque nos pueden inducir a engaño. Lo que más vale es la apreciación del entrenador y el énfasis que le queramos dar a algún punto en concreto.
Todo esto pasa porque los intangibles no son mediáticos, los jugadores que los realizan no suelen
tener un reconocimiento público ni sus prestaciones se reflejan en las crónicas
habituales (afortunadamente algo de esto empieza a cambiar). Se valora más un
triple o un mate que una buena acción defensiva, se valora más acabar un contraataque que
bajar a defender, se valora más un pase por la espalda que no acaba en nada que
un pase de pecho que acaba en canasta, etc.
He querido con estas matizaciones de las estadísticas y de los intangibles, desmitificar un poco el uso de las estadísticas. Quiero hacer constar que soy partidario de las estadísticas, pero bien encauzadas y utilizadas con sentido común, teniendo además en cuenta los intangibles que se dan en en el baloncesto.
Relación de intangibles (extraídos de la web, Entrecanasta y canasta):
•Instinto.
•Atención. Concentración.
•Capacidad de seguir instrucciones. Disciplina.
•Capacidad de lectura del juego.
•Conocimiento del juego.
•Agresividad. Determinación.
•Entusiasmo. Trabajo duro. Orgullo.
•Deseo de jugar.
•Ética de trabajo. Responsabilidad.
•Capacidad de asociación. Cooperación.
•Capacidad defensiva individual.
•Capacidad defensiva en equipo.
•Capacidad ofensiva individual.
•Capacidad ofensiva en equipo.
•Capacidad de rebote.
•Capacidad de buenos tiros.
•Selección del tiro.
•Capacidad para penetrar.
•Capacidad para uso del dribling.
•Capacidad de dar buenos pases.
•Condición física.
•Coordinación física y mental.
•Movimiento de pies.
•Velocidad.
•Capacidad de reacción.
•Capacidad de salto.
Intangibles fuera del campo
Indudablemente lo
escrito en el apartado anterior suele ser aceptado por unos y otros como los
clásicos intangibles standards, pero para mí existen otros que no se califican
con dicho término y son tan intangibles como los anteriores.
Cada partido se
empieza a preparar desde que acaba el anterior, por tanto, a partir de ese
momento tenemos que ir cuidado muchos detalles que con toda seguridad incidirán
en el partido siguiente.
Demos por hecho que
el entrenador deberá analizar y estudiar convenientemente el partido jugado,
aspectos positivos, negativos, conclusiones, errores a corregir, etc.
Demos
también por hecho que se tendrá realizada una labor de scouting del siguiente
rival y se planificará convenientemente la semana en función del análisis
realizado y el rival a recibir. Desde ese momento
comienzan a sumarse intangibles que tienen lugar fuera de la cancha y que
tendrán su influencia posterior.
1) Semana de entrenamientos
Es importante que
no haya alteración en los planes previstos para el entrenamiento, que las
instalaciones estén disponibles o no (a veces hay conciertos u otros actos en
el pabellón hay éxodo a otras canchas), eso altera y repercute en la
programación del entrenamiento.
Recuperación física
de los lesionados, no es lo mismo tener una asistencia médica adecuada que no,
si hay médico oficial, fisoterapeutas, etc, está claro que será muy diferente a
que no se disponga de ellos. Y además cobra más valor si cabe que se pongan con
la máxima celeridad los medios necesarios para la recuperación del jugador
(tratamientos en clínicas especializadas, etc).
2) Entrenamiento invisible
Aunque se debe
confiar en la profesionalidad de cada jugador, la historia está llena de casos
en que los jugadores no se cuidan adecuadamente. Dormir las horas necesarias,
una buena alimentación, una vida familiar tranquila y estable repercuten de
forma muy positiva en la preparación mental y psicológica del jugador para el
partido. Si importante es toda la semana, el día previo al partido (aún lo será
más).
3) Los prolegómenos del partido
La puntualidad es
básica y fundamental, si se llega tarde se precipitan las cosas, hay rutinas
que seguir y fases que necesitan su tiempo que se pueden ver alteradas por esta
circunstancia (cambio de ropa, vendajes, charla previa, calentamiento, etc).
La labor de los
utilleros (o de quién corresponda)
Instalaciones
acomodadas convenientemente, limpias y adecentadas, buena temperatura interior,
las equipaciones preparadas, botiquín actualizado, botellas de agua, etc,
facilita la preparación mental y psicológica del jugador.
-El calentamiento
Es fundamental y a
veces no se realiza como debiera ser, si tenemos un equipo de ayudantes debemos
tener fijado convenientemente el papel de cada uno y se tiene que exigir al
jugador que lo haga de forma adecuada, esto a veces no ocurre.
Estoy harto de ver
equipos en los que unos jugadores calientan de una manera y otros de otra,
empieza el clásico americano que estira y hace ejercicios diferentes de forma
aislada y enseguida tiene imitadores, al final calentamiento a la carta (no
señores, no se trata de esto).
Se fija por el
staff técnico lo que se quiere hacer y nos ponemos todos manos a la obra, sin
distinciones de ningún tipo, si hay carreritas es para todos, si hay
estiramientos es para todos (y que estos no se conviertan en tertulias, que a
veces ocurre), la concentración individual es el primer paso para estar
concentrado después colectivamente. Si hay ruedas de entradas y tiro todos
hacemos lo mismo (hay quién tira de tres, otro da un mate, otro penetra, ¿por
qué no todos practican todo?).
-Los tiempos muertos
Son de gran
importancia y a menudo vemos como no todos atienden de la misma manera. Hago
una pregunta, ¿los tiempos muertos son para todo el equipo o simplemente para
el cinco que estaba en pista?, a menudo vemos que jugadores se quedan rezagados
por el motivo que sea, no se enteran de nada de lo que se está diciendo y al
poco tiempo hay que hacer un cambio y entran totalmente despistados, cuando se
enteran de la situación ya le han hecho un descosido, esto se tiene que evitar.
-La actitud en el banquillo
El partido hay que
vivirlo, aunque no se esté en pista, es la única manera de que cuando nos toque
salir demos el rendimiento que se espera de nosotros. Si estamos en el
banquillo ausentes o como si aquello no fuera con nosotros, mala respuesta
posterior daremos. Actitudes como la de jugadores a disgusto porque no juegan,
jugadores cabreados porque los han cambiado, jugadores estrella que cuando no
juegan piensan en sí mismos, etc, se deben desterrar de los banquillos porque
tienen repercusión posterior negativa en el juego.
Quizás se me queda
en el olvido alguna que otra cuestión, pero la idea que os quiero expresar creo
que ha quedado latente, no sólo hay intangibles dentro de la cancha de juego
sino también fuera y debemos cuidarlos y valorarlos convenientemente.