Ayer me desplacé a Peñarroya para ver el partido que jugaba ante el CAB.Estepona en el Lourdes Mohedano. En los banquillos dos entenadores amigos, en la grada muchos amigos a los que no veía hace tiempo (entrené en dos etapas al CP Peñarroya). En la cancha dos equipos jugándose mucho con dos objetivos distintos, los peñarriblenses jugándose la permanencia en la categoría y los malagueños intentando engancharse a la zona noble de la tabla.
El encuentro entre peñarriblenses y esteponeros tuvo de todo, no dejó indiferente a nadie, eso si de auténtica montaña rusa, cuando todo parecía decidido con un marcador de (41-60) a poco mas de tres mintuos para terminar el tercer cuarto, el equipo minero se queda sin su entrenador José Antonio Santaella descalificado por los árbitros, los jugadores peñarriblenses dirigidos desde la banda por el entrenador-ayudante Fran Dorado realizaron la gran gesta de remontar la situación, llevando el marcador a un (66-65), poniendo al equipo de Pablo Bernabé contra las cuerdas. Aunque el decano del baloncesto cordobés hizo lo más difícil, no pudo rematar la faena, el equipo esteponero no se descompuso supo esperar su momento y ganó un partido que por momentos se le puso cuesta arriba.
LOS DETALLES DEL PARTIDO
-Buen inicio del CAB-Estepona, el equipo de Pablo Bernabé realizó un primer cuarto casi perfecto dueño del ritmo y de practicamente todos los aspectos del juego (13-23). Colchón de diez puntos ideal para manejar puntos de inflexiones que seguramente tendrían que llegar, como así fue.
-CAB Estepona jugaba con mucho criterio y tratando de exprimir el juego interior, su pareja de pívots Raúl Garcia y Reinholt, que hacian estragos en la defensa minera que no mostraba la contundencia necesaria para pararlo.
-Me gustó como sacaba el contraataque el equipo visitante, un ejemplo de como dar el primer pase de contraataque (fuerte, rápido, ganando espacio y para mí lo mas importante teniendo en mente siempre dicha intención).
-En el segundo cuarto el equipo de José Antonio Santaella se mete mas en el partido y basándose fundamentalmente en el tiro exterior comienza hacer daño al equipo malagueño, cuando la muñeca de los francotiradores Pepe Varo y los dos Luises Rodríguez está caliente, hay que echarse a temblar. Solo un triple sobre la bocina de Fourlan evitó que el partido fuera mas igualado, al descanso (36-43).
-Se notó la arenga de Pablo Bernabé a su equipo en el tiempo de asueto, su equipo metió una marcha mas en defensa y se hizo el amo del partido, fundamentalmente por su mayor equilibrio interior-exterior, el equipo peñarriblense parecía perdido y la diferencia se fue a un (41-60) que parecia definitorio, quedaban 3:11 segundos para finalizar el tercer cuarto.
-El baloncesto es impredecible y esa es su magia, justo en este momento de partido el entrenador ddel Peñarroya Jose Antonio Santaella que debutaba como entrenador EBA en cancha minera, es descalificado por protestar, todo estaba en contra del equipo local y a favor del malagueño. Sin embargo todo iba a cambiar, parecíó que el quedarse sin su primer entrenador galvanizó a todo el mundo, los jugadores peñarriblenses se juramentaron para cambiar la situación, el público se unió mas con su equipo y también por qué no decirlo el equipo del CAB Estepona se confió y relajó un poco, la consecuencia fue que se iba a dar una espectacular remontada del equipo local.
-Fran Dorado cogió las riendas del equipo minero, su primera decisión no pudo ser mas acertada puso a su equipo en zona 2-3 que a la postre iba a ser un aliado táctico de su equipo y que tuvo una amplia repercusión en el desarrollo del juego. Los peñarriblenses desbocados comenzaron una remontada épica, su defensa subió en intensidad de forma notable, peleaban el rebote como cosacos y con un equipo mas defensivo en pista con Gonzalo Orozco, Diego Vieira, Marcos Espinosa, Luis Antonio Rodríguez y Juan Gabriel García comenzaron a poner nerviosos al equipo de Pablo Bernabé y llegaron a desquiciarlos. La zona, la defensa, el acierto exterior y la pelea bajo los aros a la que se fueron uniendo los demás jugadores peñarriblenses, lograron la gesta de ponerse por delante, (66-65). minuto 6:24 del último cuarto, partido nuevo. La grada y el equipo se galvanizaron en una comunión perfecta y el pabellón por cierto con muy buena entrada echaba humo.
-Pablo Bernabé se desesperaba con los suyos, por el juego, por sus desaciertos y por la cantidad de tiros libres que fallaban (20/37, 54%), pero en unos instantes en que Fran Dorado quiso sorprender pasándose a individual, tomaron aire y de la mano de Furlan con dos tiros libres y cinco puntos consecutivos del base Pablo Rodríguez que lo hizo muy bien, se pusieron (66-72) y se serenaron y concienciaron para jugar con cabeza los últimos minutos. Fran Dorado´volvió a poner en liza la zona 2-3 que tan buen resultado les había dado, pero un par de pérdidas evitables en ataque y la veteranía del rival hizo el resto.
-Resumiendo fue un partido raro y de montaña rusa, pero lleno de emoción y de buen espectáculo por momentos, con algunas jugadas de bastante mérito. Al CP Peñarroya le faltó mayor regularidad los cuarenta minutos, especialmente en defensa (no tuvo nada que ver como defendieron en el primer tiempo y en la fase de la remontada), otro gallo les hubiera cantado si hubiesen trabajado así los cuarenta minutos) y en ataque, que por momentos fue brillante, le faltó mayor equilibrio interior-exterior (no todo puede ser tiro de tres). Cuando corrió y jugó a campo abierto hizo daño al rival.
-El CAB-Estepona está bien trabajado no cabe duda, se vio en su forma de mover y circular el balón en ataque, en su fortaleza en el rebote, en como sacaban el contraataque y en como eran solidarios y compartían el balón buscando un pase más, pero bajo mi modesta opinión se estrellaron contra la zona, moviendo mucho el balón pero sin objetivos concretos y sin mirar el aro y le ví algo de debilidad mental en momentos psicológicos de partido, precisamente cuando las cosas se le torcieron. Lo mejor fue que a pesar de los pesares, supieron capear el temporal, no perdieron los papeles ni se les cruzaron los cables cuando las cosas peor estaban, su entrenador tuvo paciencia y transmitió a sus jugadores esa templanza que les hizo ganar el partido.
-Si Peñarroya juega los partidos que quedan, de la misma manera que jugaron en su fase de remontada, no me cabe la menor duda que ganaran mas partidos y su salvación será posible.