A VUELTAS CON LA OCUPACIÓN DE ESPACIOS (Reflexión)

La ocupación de espacios (espaciado o SPACING), es fundamental en cualquier deporte colectivo y por supuesto en el deporte que nos ocupa y nos apasiona, EL BALONCESTO.

Saber abrir el campo, ocupar la posición más idónea, saber jugar sin balón, buscar los huecos estáticos, buscar los huecos dinámicos, reemplazar en una posición al compañero, jugar de dentro a fuera y viceversa y dar un pase más si es necesario, no son son conceptos nuevos sino que se han venido realizando desde que conozco el baloncesto.

Sin embargo, LA OCUPACIÓN DE ESPACIOS, popularmente conocida por SPACING es un concepto en la última década (quizás mas), además de en los equipos de nivel avanzado cada vez se trabaja más en los entrenamientos de equipos de base o categorías de formación. Creo que trabajar el SPACING es fundamental y esencial en esas edades y no vamos mal encaminados.

Casi todo el mundo asocia la ocupación de espacios con el ataque, pero no olvidemos que también tiene su influencia en la defensa, conceptos como saber estar en línea del balón, estar en línea de pase, relevos y rotaciones, etc, también tienen mucho que ver con el espacio que ocupa cada jugador en el campo y se debe de tener mucho en cuenta.

Aunque me alegra mucho este salto cuantitativo en cuanto al trabajo de la ocupación de espacios, también me gustaría que fuera cualitativo y que se mejorara la forma de llevarlo a la práctica y que no esté reñido con la creatividad y la toma de iniciativas de los jugadores (plasmar también su impronta en el juego).

Al respecto, se me plantean algunas interrogantes, la principal es: ¿SPACING NATURAL o SPACING DIRIGIDO? 

Si observamos un partidillo de baloncesto informal (una pachanga), un campeonato de 3x3 no profesional o un partido de playground, los jugadores ocupan los espacios de forma natural, intuyen donde pueden desmarcarse mejor y no juegan con normas de SPACING establecidas de antemano, eso supone pros y contras, posiblemente sea una ocupación mas desordenada, pero al mismo tiempo se desarrolla mas y mejor la creatividad y se toman mas iniciativas personales en ese aspecto en función de la defensa que se encuentran.

Si entrenamos y planificamos una ocupación de espacios mas reglada y dirigida, los jugadores juegan de forma autómata, van a donde su entrenador les dice y no se mueven mucho de su sitio (puede ser que les caiga una bronca). Aunque esto no es lo peor, creo que es mas decisivo que están tan pendientes de ir al sitio asignado que desaprovechan situaciones de finalización que se presentan inesperadas en las que el desparpajo, la intuición personal y sus propias decisiones en un momento dado podrían ser claves. Eso si, el equipo juega con un SPACING mucha más ordenado, selecto y de acorde a lo que nosotros como entrenadores consideramos idóneo. 

Yo me pregunto, ¿POR QUÉ SABEMOS QUE SERÁ IDÓNEO?, ¿es qué ya sabemos como el rival va a defender y cuál será la situación real de partido?, creo que en la mayoría de los casos una cosa es la teoría y otra la práctica.

Este dilema siempre me ha rondado por la cabeza, ¿QUÉ PODEMOS HACER COMO ENTRENADORES EN ESE SENTIDO?, la respuesta aparentemente puede parecer obvia, una mezcla del spacing natural y dirigido, les marcamos una estructura espacial mas o menos standard de como ocupar los espacios (ejemplo, la NORMA DEL CÍRCULO), pero al mismo tiempo dejamos que hagan uso de esa intuición personal y de su propia toma de decisiones.

Pero de nuevo se me presentan interrogantes, ¿LIBERTAD o LIBERTINAJE?. Es decir, si dejamos que cada jugador ocupe espacios según su propia intuición, ¿cómo armonizamos esto con lo que hagan sus demás compañeros?

Si queremos que los jugadores actúen con una forma normalizada en el spacing y queremos que lleven a cabo nuestras instrucciones, ¿como van a poder desarrollar, su intuición, sus iniciativas y su impronta? Luego nos quejaremos de que son indecisos.

Como he oido decir a Juanma Lillo en un vídeo, está ocurriendo que con tanta información que hoy día los entrenadores tienen a mano, que de forma inconsciente estamos uniformizando la forma de entrenar y queriendo inculcar un concepto táctico lo generalizamos tanto que va en contra de la naturaleza creativa del jugador, no podemos meter a todos en el mismo envase porque echaremos de menos las diferencias.

Dejo esas interrogantes en el aire, me gustaría saber también vuestras opiniones, soy todo oidos, pongo la sección de comentarios a vuestra disposición.