**Desde Zaragoza recibimos esta colaboración técnica titulada "Preparación física, Introducción al rendimiento deportivo" cuyo autor es Oscar Gaspar (licenciado en INEF, Preparador Físico y Entrenador de Baloncesto). Agradecemos a Oscar Gaspar que además es coautor del Blog de Basket "Sobre la bocina" este detalle que ha tenido con el blog y le animamos a seguir colaboranco cada vez que lo crea conveniente**.
"PREPAR. FÍSICA, INTRODUCCIÓN AL RENDIMIENTO DEPORTIVO"
Hoy quiero iniciar una sección sobre preparación física en la que abordaré temas relacionados con el alto nivel (cadete/júnior – profesionales), desde el punto de vista del entrenamiento deportivo y la mejora de los factores de rendimiento asociados al baloncesto.
Unas ideas que pueden ayudar a los coachs con inquietudes, a aquellos que se esfuerzan por enseñar y también por aprender. Un bucle sin fin en el que nos hayamos todos los entrenadores y preparadores, un proceso constante de enseñanza-aprendizaje como suelo decir.
A todos vosotros me dirijo. Incluso a los seguidores del deporte de la canasta, que sin conocimientos –a priori- tan amplios como los anteriores, queráis ampliar vuestro bagaje técnico, porque ante todo, con rigurosidad y exactitud pretendo hacéroslo llegar.
Y a partir de estas premisas intentaré que sea entendible incluso para los más profanos.
De esta forma podréis poner en práctica aquello que os interese y comprobar si realmente conseguís resultados o no, ya que al final lo que manda es la evolución y nadie tiene más razón que quién hace progresar. ¿Verdad?
Dicho esto, comencemos.
Para empezar, las capacidades físicas en el baloncesto de élite son cada vez más importantes. Si comparamos un jugador de baloncesto de ahora con otro de hace 20 años observaremos grandes diferencias en su cuerpo, en el morfotipo. Podríamos hablar de muchos factores que se han mejorado y todos ellos con un elemento en común; la preparación física.
El concepto de entrenamiento físico deportivo lleva desarrollándose como tal desde mediados del S.XX. La extinta URSS y la Alemania nazi fueron las pioneras en probar modelos de entrenamiento entre su población civil y/o prisioneros de guerra, para posteriormente adiestrar a sus ejércitos con los resultados de las investigaciones efectuadas.
Pero el proceso no siempre fue humanitario, los test realizados muchas veces sobrepasan los límites tolerables. Con el paso del tiempo se fueron desarrollando las primeras investigaciones con objetivos de rendimiento y los primeros métodos de entrenamiento.
Hoy en día podemos encontrar miles de investigaciones sobre preparación física.
¿Quién no ha leído o escuchado como entrenar la velocidad, la resistencia, la flexibilidad, la fuerza o conjugar todo en una planificación anual?
Sin embargo en la mayor parte de estas investigaciones los resultados obtenidos no son concluyentes y/o no se ajustan a las características del deporte.
¿Alguna vez os habéis parado a observar las características de los sujetos de un estudio?
Se suelen cometer errores del tipo que todas las personas investigadas tienen el mismo nivel por lo que los resultados solo sirven para esas prestaciones concretas y no de forma específica. El baloncesto es mucho más global.
Otras veces el ratio de edad es muy amplio con lo que al ser heterogéneo pierde validez.
No se comparan resultados físicos entre grupos investigados o con un grupo control para ver la evolución, es decir, el grupo que podría definirse como normal en la población.
No se tiene en cuenta el proceso de formación del jugador, sin diferencias de desarrollo entre jugadores de una misma liga. Y así un largo etcétera también con otros elementos investigados.
De esta forma podemos decir que hay muy pocas investigaciones altamente fiables y reproducibles para el entrenamiento físico deportivo.
Por este motivo no me gusta hablar de la preparación física como ciencia. Esto es muy simple.
En un laboratorio médico-biológico se sabe que siempre que se mezclan los mismos dos componentes se produce una respuesta determinada. Y al ser así se desechan, a veces, otros elementos que conllevan la reacción contraria.
En el deporte y en el baloncesto no es así. Me explico.
Solo podemos llegar a conocer los resultados del trabajo realizado. Así muchas veces nos alegramos por la mejora de nuestro deportista y en extensión del equipo, pero ¿Cómo habría funcionado el jugador con otro trabajo distinto?
Esto es algo que no tiene respuesta ya que no se puede retroceder en el tiempo y hacerle otra planificación para compararla. Lo hecho, hecho está. Y de hacerle ese trabajo distinto al año siguiente no serviría de parangón ya que el sujeto habrá variado morfológicamente después del tiempo transcurrido.
Pero es que incluso el mismo trabajo en un deportista no produce los mismos resultados un día que otro. Por no hablar que el mismo trabajo es eficaz para unos sujetos y no para otros aun con la misma relación de patrones fisiológicos.
Por todo esto la preparación física, a mi modo de ver, no es una ciencia.
A mí me gusta hablar de entrenamiento deportivo. Prefiero definirlo como un proceso pedagógico global (el sujeto aprende y luego puede llegar a enseñarlo), en el que el deportista mejora a niveles técnicos, tácticos, físicos y psicológicos (no solo se mejora en el gimnasio, también con juegos y ejercicios en pista), con una planificación basada en los conocimientos científicos (investigaciones competentes) para lograr el mayor rendimiento deportivo posible.
A partir de aquí vendría el rendimiento, mucho más complejo y del cual os hablaré en el próximo capítulo. Nos sumergiremos en el mundo de los componentes físico-fisiológicos relacionados con el baloncesto. Su definición y en qué medida afectan a nuestro deporte.
Os espero.
Oscar Gaspar en colaboración con http://baloncestotecnico.es/