En los últimos años el lenguaje que se
usa en las retransmisiones televisivas de los partidos de baloncesto está
cambiando notoriamente, simplemente viendo un partido de hace diez años y otro
actual rápidamente lo podemos percibir.
Aunque se
siguen utilizando por los comentaristas técnicos expresiones y términos como: “bloqueos directos, bloqueos indirectos, alto-bajo, bloqueos ciegos, puertas-atrás, cortes, flash,
fintas, dos contra uno, ayudas, rotaciones, recuperaciones,
cambios, aclarado, etc”, que en cierta medida son más familiares para el
teleespectador. Cada vez es más usual, que se utilicen términos y
expresiones de la típica terminología inglesa propia del argot baloncestístico, que por lo general conocemos los que nos dedicamos a entrenar.
No es raro que
se mencionen palabras como: “pick and
roll, pick and pop, backdoor, hand-off, close-out, trap, split, match-up,
flare, flex, last, reject, hammer, alley oop, step back, split, blue, fadeaway,
stunt, stack, roll, bump, next, floppy, stagger, crossower, drop, etc”. Tenemos que entender que estos términos y expresiones
no son fáciles de entender para un espectador neófito y que no sea entrenador. Usarlos sin la más mínima
aclaración o pequeña explicación al respecto será muy "snob", pero sería como oírnos
a nosotros mismos, pero de alguna manera alejándonos del seguidor y aficionado al baloncesto.
(Junto a L.Fdo Garrido, retransmitiendo el debút de la Selección Española en VistaAlegre)
Estos términos son perfectamente conocidos por aquellos que nos dedicamos a
entrenar a baloncesto, sin embargo, para el espectador que se acerca a la
pantalla no es tan fácil saber de qué le están hablando, creo que esto debe ser
tenido en cuenta y el comentarista técnico debe saber buscar ese punto
intermedio que huya de la excesiva explicación técnica (no se trata de
dar un Clinic acelerado) y también de lo excesivamente simplón.
Acercar el lenguaje técnico a la realidad puede ser el camino más adecuado, pero es cierto que no es tan fácil como parece (yo lo he sufrido en mis
carnes), durante varios años colaboré con Onda Mezquita TV como comentarista técnico junto al locutor, amigo y periodista Luis Fernando Garrido, retransmitiendo
los partidos en Córdoba (LEB, EBA, etc) y sé de lo que hablo. Creo que esto
debería cuidarse y las personas que cogen el micro deberían reflexionar y
tenerlo en cuenta en las retransmisiones.
Otra cuestión que no se ve bonita es cuando uno se mete en el terreno del otro (sea locutor en los comentaristas o viceversa), el juego transcurre con
demasiada velocidad y a veces observamos conversaciones sobre jugadas que
pasaron un minuto antes y que ya no vienen a cuento, porque posteriormente a
ellas han pasado tres o cuatro acciones diferentes posteriores. Para eso están
las repeticiones en los tiempos muertos o en los descansos, etc.
No estoy diciendo que el locutor no dialogue con el comentarista o los
comentaristas y viceversa, sino que sepan respetar su espacio y que el que
habla no se alargue en exceso en su comentario y que el que escucha tenga la
paciencia de entrar cuando el momento lo requiera.
Gastar una broma, hacer una apuesta o contar una anécdota durante las
retransmisiones puede ser muy distendido y en ciertos momentos incluso
oportunas, pero estar todo el tiempo de cachondeo, y con lo
mismo sobre la mesa llega a cansar al espectador. Nunca se debe de olvidar que
los televidentes quieren ver el partido de baloncesto, disfrutar con las
jugadas y apostar por el equipo que les guste, necesitan que se les expliquen
cosas que se dan en el juego, datos estadísticos interesantes, anécdotas
curiosas, etc, pero en su justo término.
Cuidar el tono de la retransmisión es otro factor esencial, cada partido requiere una emoción determinada no es lo mismo retransmitir
un amistoso que una Final de la Copa de Europa, un partido que va punto arriba
o punto abajo que otro en que un equipo gana al otro de cuarenta. A mí me gusta
mucho que los encargados de estas retransmisiones vayan documentados, sepan elegir
el momento adecuado en sus intervenciones, de cancha a los demás y que hagan
cercana y amena la retransmisión.
Para no cansar mucho al personal y por último, nunca se debe olvidar
que los protagonistas son los equipos, los jugadores, los entrenadores, las
aficiones y no los comentaristas ni el locutor. Mejor estar callados en los
tiempos muertos que hablar y comentar para que no se oiga al entrenador de
turno, siempre hay tiempo de comentar un resumen de lo oído. Contar una
batallita de vez en cuando de uno hasta cierto punto se puede admitir (somos
humanos), pero estar todo el tiempo con el clásico "yoyismo"
aburre al manso y debemos minorizarlo.
Todo esto que comento es desde la óptica de conocer lo difícil que es
retransmitir y comentar los partidos en TV, no
crean que cualquiera puede hacerlo y que no hay ni que prepararse (ni mucho
menos, todo lo contrario), pero creo que es imprescindible que siempre
se tenga en cuenta al posible espectador sea entendido o neófito y en
ese sentido va esta pequeña reflexión.