El baloncesto es un deporte de equipo en el que todo se decide metiendo canastas y evitando que te las metan, es muy habitual que cuando las cosas nos salen y todo nos va bien todos los jugadores no tengan miedo a tirar y sean decididos a la hora de tomar decisiones y actúen con determinación.
¿Pero que pasa cuando las situación del equipo no es buena o en los momentos decisivos y críticos de un partido igualado, es decir los momentos de partido de la verdad?
Ni que decir tiene que la situación es totalmente diferente y hay jugadores a los que les quema el balón en las manos y ceden "la patata caliente a otros", en ocasiones perdiendo una magnifica oportunidad de definir y de alguna manera obligando a otro compañero a jugársela de cualquier manera porque el tiempo se acaba.
Es cierto que en cada equipo suele haber jugadores con un rol mas definido y con más peso específico para jugarse esos tiros, sin embargo los demás también deben dar un paso adelante y acometerlos, no eludir su responsabilidad por el miedo a su error. Jugadores que se limitan a ser postes repetidores y que se limitan a pasar el balón a los demás, sin asumir riesgos, sin mirar el aro, sin provocar situaciones que castiguen al rival y sin mirar el aro, no me gustaría tenerlos en mi equipo.
Además también tenemos que tener en cuanta que generalmente el equipo rival trabajará nuestro scouting durante la semana y lógicamente incidirá más sobre nuestros jugadores referentes, por todo ello es muy importante que los demás jugadores aporten, tengan desparpajo y tomen iniciativas de ser más verticales y tirar a canasta siempre que estemos desmarcados, hagamos tiros con equilibrio y tengamos rebote No queremos que el balón les queme y sea una patata caliente en sus manos.
Estas reflexiones son a nivel teórico, ¿pero qué podemos hacer os entrenadores entrenadores para que nuestros jugadores no sean patatas calientes?
-Lo primero y fundamental es DARLES CONFIANZA, a veces nos contradecimos porque les decimos que tiren si tienen opción y si fallan les reñimos. No van por ahí los tiros, el jugador tiene que sentir ls confianza de su entrenador para no tener miedo a fallar. Eso pasa por ser un poco psicólogos, hablar con ellos y convencerlos.
-Lo segundo es explicarle y hacerle ver lo que es un buen tiro para él, que a lo mejor es diferente para otro. Hay tres premisas generales para hacer un buen tiro: 1) Sin oposición, 2) Tirar equilibrados y 3) Tirar en posiciones donde tenemos buenos porcentajes. No obstante eso es sobre el papel, porque la realidad suele ser otra distinta y nuestra estrategia debe pasar por que el jugador entienda que es para él un buen tiro.
Para mí es cualquier tiro que te ofrezca con arreglo a tus características opciones de éxito o rendimiento óptimo. Por poner un ejemplo hay jugadores que son capaces de meterlas con un tío encima y para ellos ese es un tiro óptimo y en el extremo contrario jugadores a los que el rival deja premeditadamente solos porque saben que tienen malos porcentajes (aún tirando solos se podría considerar en es caso un mal tiro).
-Entrenar situaciones de tiro con oposición, o sin oposición (en este caso me gusta que sea tras un esfuerzo), en momentos generales de partido y en momentos más específicos (finales de posesión, etc) Pero trabajando que nuestros sistemas de ataque los cinco jugadores en el campo tengan opciones posibles de finalización
Queremos para finalizar y para concluir queremos que nuestros jugadores sean descarados, que asuman riesgos, pero siempre desde aprovechar esas situaciones de tiro, sabiendo donde somos mas eficientes y metemos más. No renunciemos a los tiros y soltemos el balón tal como "una patata caliente".